CON VISTA AL ZOCALO
José Agustín Ortiz Pinchetti
UNAM: 50 años en CU
EL ALMA MATER de la ciudad, de la nación, ha cumplido 50 años de residencia en Ciudad Universitaria. En 1952, en el Pedregal de San Angel, se inauguraron las nuevas instalaciones. En 1551, cuatro siglos antes, el rey de España autorizó la creación de una universidad en la ciudad de México, semejante en todo a la de Salamanca. ƑEs la misma universidad? Sí y no. La respuesta da para muchos artículos.
EN ESTOS DIAS, una multiplicidad de voces han celebrado el cumpleaños, destacando la magnificencia y originalidad del proyecto arquitectónico; en él intervinieron más de 200 arquitectos, algunos muy jóvenes, que luego formaron parte de la vanguardia profesional del país.
ES PORTENTOSO EL acervo artístico de la universidad. A partir de los edificios se acumulan el talento y las obras: Diego Rivera, Juan O'Gorman, Gastón González, Francisco Eppens, José Chávez Morado, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Carlos Mérida, son sólo algunos de los grandes nombres que han dejado su impronta.
ES DIFICIL EXAGERAR la trascendencia de Ciudad Universitaria (CU) en los ámbitos específicamente universitarios del conocimiento y la investigación. Tres mexicanos que han merecido el premio Nobel pasaron por sus aulas: Alfonso García Robles, Nobel de la Paz en 1982; Octavio Paz, Nobel de Literatura en 1990, y Mario Molina, Nobel de Química en 1995. Igual que casi todos los creadores de la cultura, la ciencia y la tecnología de este país.
NOSTALGIA DE LO no vivido: puedo confesar mi frustración por no haber formado parte de esta comunidad universitaria. šCómo me hubiera gustado! A manera de compensación, asistí, sí, a las tertulias que sostenía Juan José Arreola en la Casa del Lago. Vi desfilar en la universidad y desde ella a sumos sacerdotes de la política y las artes del país, con poderes de revelación de efecto deslumbrador sobre mi juventud y mi conciencia. He dado clases y he participado en multitud de actos en el ambiente de la UNAM. La mayoría de mis amigos son egresados de ella. Soy ajeno y cercano a la universidad.
LA UNIVERSIDAD TIENE una deuda con la ciudad. Cuando empieza a vivir en el sur y abandona el Centro, se extinguen los espacios universitarios en el corazón de la capital. Estudiantes y maestros dejan de concurrir a los lugares frecuentados durante centenares de años. Se apaga el hervor de vida juvenil e intelectual. No hay duda de que este desapego estimuló la decadencia de la vieja ciudad.
ES CIERTO QUE se mantuvieron las prepas 1 y 2 y numerosos programas de educación continua. Permanecen los hermosos museos de San Ildefonso, de Medicina, de la Luz. No es suficiente. La universidad debe volver al Centro Histórico ahora que empieza su restauración. Volver a crecer ahí, y volver a habitar sus palacios y casonas. Recrear el archipiélago de establecimientos de alta cultura. En Mixcoac, con gran éxito, una institución privada así lo ha hecho. El espíritu de la Universidad Nacional es infinitamente más plural y generoso. Por eso mismo debería prestar todo su enorme poder transformador a la recuperación del Centro del centro del país.
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