Se acelera la descomposición social y
crece la pobreza extrema, destaca el análisis
La migración rural aumenta el riesgo de mayor
crisis en el agro, señala un estudio
Documento sobre el impacto del TLCAN resalta el contraste
poblacional campo-ciudad
ROBERTO GARDUÑO
Pese a los numerosos programas de combate a la pobreza
implantados por los gobiernos federales, el deficiente crecimiento de la
producción agropecuaria y la baja en la rentabilidad del sector
durante las últimas cuatro décadas han generado un considerable
incremento de la pobreza y la pobreza extrema en el campo mexicano.
El fenómeno de descomposición social en
las zonas rurales del país comenzó cuatro décadas
atrás. A la fecha, amenaza con una crisis de proporciones desconocidas
por el abandono del campo.
En 1960 la distribución de la población
mexicana entre las áreas urbana y rural estaba en equilibrio: 17
millones 218 mil personas vivían en el campo, y 17 millones 705
mil habitaban en ciudades. Diez años después se inició
el fenómeno de migración. Para 1970 los campesinos y sus
familias sumaban 19 millones 916 mil, y los citadinos aumentaron a 28 millones
308 mil.
Los
datos retomados de los informes presidenciales y censos de población,
incluidos en el documento Impactos del Tratado de Libre Comercio para
América del Norte, elaborado por la Cámara de Diputados
y la consultora Productividad y Operación, resalta la negativa desproporción
poblacional que afecta al campo.
Desde el comienzo de los años 80 la población
rural se volcó a la vida urbana, 22 millones 547 mil, y 44 millones
299 mil habitantes en las ciudades.
En 1990 la curva ascendente hacia las ciudades se disparó.
Los habitantes dedicados a las actividades agropecuarias sumaban 23 millones
289 mil y en el medio urbano se concentraban 57 millones 959 millones de
personas.
Para 1995 los campesinos mexicanos registrados eran 24
millones 156 mil y los residentes en las ciudades alcanzaban los 67 millones
un mil. Cinco años después la proporción de productores
del campo no varió desmesuradamente, y el número se ubicó
en 24 millones 773 mil; no obstante los ciudadanos urbanos se incrementaron
a 72 millones 710 mil.
De acuerdo con los reportes del gobierno federal de la
época, en el Informe México Social de Banamex-Accival y en
el Banco de Información Económica sobre el impacto del TLCAN
en el campo nacional, destaca otro fenómeno de descomposición
en el sector primario:
"En 1960 la población económicamente activa
(PEA) ascendía a 11.2 millones de personas; 54.5 por ciento trabajaba
en el sector agropecuario; 19.6 en la industria y 25.9 en el sector servicios.
Para 2000 la situación se invirtió, la PEA se incrementó
a 33.7 millones de personas, de las cuales 16 por ciento se ocupaba en
el sector primario (campesinos); 27.6 en el sector secundario (industria),
y 56.4 en el terciario (servicios)."
Pese al crecimiento productivo de los últimos 40
años, el producto por activo en el sector agrario es una tercera
parte del producto del sector industrial, y un poco menos en relación
con el de servicios.
Resultado de esto es una dispar evolución: el producto
del sector primario creció entre 1960 y 2000 en 175 por ciento,
el sector industrial lo hizo en 730 por ciento, y el de servicios 660 por
ciento.
Los problemas crecientes de caída en su dinamismo
y disminución general de ingresos que el sector primario ha experimentado
en los últimos años ha generado una emigración masiva
de los productores hacia los centros urbanos, a las zonas maquiladoras
y a Estados Unidos. El análisis sobre el impacto del TLCAN en el
campo refiere un hecho incontrovertible: "Esta situación se hace
más fuerte cuanto más atrasada es la región o entidad
de donde salen los migrantes".
En las tres décadas recientes Chiapas, Oaxaca,
Guerrero, Hidalgo y Zacatecas han sido los estados con menos desarrollo,
y ese atraso se manifiesta por las siguientes causales: la población
rural de esos estados representa en promedio 50.4 por ciento del total;
su población promedio dispersa en localidades de menos de mil habitantes
es de 33 por ciento respecto del total; la participación promedio
en el PIB es de 14.5 por ciento; su producto interno bruto per cápita
oscila entre 5 mil y 9 mil pesos a costos de 1993, mientras el promedio
nacional es de 13 mil.
Son las cinco entidades con mayor población ocupada
en el sector primario. Chiapas 54.1 por ciento; Oaxaca 50.1; Guerrero 43.3;
Hidalgo 40.4, y Zacatecas 36.9. "Con excepción de Zacatecas, estas
entidades representan un analfabetismo de entre 20 y 30 por ciento de su
población mayor de 15 años y tienen una tasa de mortalidad
infantil mayor a 40, mientras que el promedio nacional es de 33."
Esas características se reflejan en los flujos
migratorios que han existido desde 1970 en los que Zacatecas tiene 32.8
emigrantes por cada mil, Hidalgo 24.4, Aguascalientes 26.1, Durango 24.7,
y San Luis Potosí con 24. En aquellos años, el principal
destino fue la zona metropolitana de la ciudad de México, con una
inmigración de 34 personas por cada mil habitantes.
Para 2000 se mantuvieron esas entidades como las principales
expulsoras. Zacatecas con 38.6, Durango, 30.9, Hidalgo 25.9, San Luis Potosí
25.8, y Oaxaca 24.5. Ese año los estados de mayor atracción
migratoria fueron Quintana Roo, Baja California, México, Baja California
Sur, y Morelos.
De tal forma los estados con más altos índices
de migración no han logrado un desarrollo agropecuario, a pesar
de ser esa su principal actividad económica:
"Zacatecas, la entidad con mayor participación
del PIB agropecuario dentro del PIB total estatal, que es de 25 por ciento,
sólo creció 1.3 (este dato se refiere a la tasa de crecimiento
de largo plazo) entre 1970 y 1980, 2.3 entre 1980 y 1993 y 2.5 entre 1993
y 1998; Hidalgo fue reduciendo su ritmo de crecimiento de 5.9 a 1.3 y 0.4,
para los mismos periodos; Durango, quinto estado con mayor participación
del PIB agropecuario respecto al total estatal, con 16 por ciento, presentó
ritmos de decrecimiento de 3.8, menos 0.7 y 3 en los mismos periodos. En
San Luis Potosí, que no es una entidad eminentemente agrícola,
sus flujos migratorios se deben en parte a la caída del sector agropecuario
en 1.9, 3.8 y menos 4.5 por ciento."
Los flujos de mexicanos hacia Estados Unidos se incrementaron
entre 1950 y 1990. Se estima una población de entre 5 y 8 millones
de mexicanos viviendo en Estados Unidos. Esto expresa una relativa incapacidad
de nuestro sistema económico, en especial de agricultura para crear
empleos.