El gobierno de Fox, incapaz de desarrollar una
estrategia para impulsarla, señala
La industria manufacturera está en su peor crisis:
Canacintra
La convención del IMEF considera que el
peso está sobrevaluado en 40% respecto del dólar
Advierte la Secretaría de Economía
que en 10 años México podría perder ventajas comerciales
DAVID ZUÑIGA ENVIADO
Acapulco, Gro., 22 de noviembre. La industria manufacturera
atraviesa por la peor crisis de su historia y, en forma similar a lo que
ocurre con el campo, el gobierno de Vicente Fox ha sido incapaz de desarrollar
una estrategia para sacarla adelante, señalaron la presidenta de
la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra),
Yeidckol Polevnsky Gurwitz, y el investigador universitario Enrique Dussel
Peters.
Participantes en la 30 Convención Nacional del
Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), ambos coincidieron
en que el tipo de cambio está sobrevaluado alrededor de 40 por ciento,
nivel similar al reportado antes de la crisis de 1994-95, y ello genera
distorsiones en la economía.
Dussel
Peters señaló que en los pasados 20 años se ha producido
una "dramática polarización del aparato productivo mexicano",
pero el gobierno se ha limitado a tratar de hacer competitivos a unos sectores
y mantener estables algunos indicadores macroeconómicos en lugar
de desarrollar una competitividad sistémica con un enfoque regional
y sectorial. "De poco sirve tener empresas muy competitivas en territorios
subdesarrollados".
Por otra parte, Dussel señaló que la banca
de desarrollo no ha servido para compensar el desplome del crédito
comercial a las empresas, de 8 por ciento del PIB en 1994 a sólo
1.5 por ciento el año pasado. Nacional Financiera y el Bancomext,
aseguró, sólo están duplicando programas y algunas
funciones de la Secretaría de Economía, debido a que no existe
una verdadera coordinación interinstitucional.
Mientras, la presidenta de la Canacintra aseguró
que persisten el cierre y venta de empresas mexicanas e insistió
en que México está pasando por un proceso de desindustrialización
similar al ocurrido en Argentina.
La dirigente calculó que por cada punto que crezca
el PIB de México sólo podrán generarse 200 mil empleos;
es decir, de cumplirse el pronóstico oficial de crecimiento, en
2003 apenas podrían recuperarse 600 mil plazas.
A su vez, la subsecretaria de Comercio Interior de la
Secretaría de Economía, Rocío Ruiz, reconoció
que el actual modelo de exportaciones no ha hecho competitivo al país
y las ventajas que México tiene por su cercanía con Estados
Unidos, la mano de obra barata y la red de tratados comerciales no van
a durar ni 10 años, debido a la falta de infraestructura y transporte,
ineficiencia de las aduanas, casi nula inversión en tecnología,
marco legal deficiente, exceso de regulación y trámites,
falta de desarrollo de proveedores y la creciente apertura económica
mundial.
Otra factor en contra, señaló, es que México
no puede ofrecerle a los inversionistas las mismas condiciones fiscales
que varios países asiáticos: exenciones y estímulos
con duración de cinco a 10 años y tasas de impuesto sobre
la renta que van de cero a 15 por ciento. La alternativa, dijo, es invertir
en desarrollo de tecnología para pasar de la maquila a una industria
con mayor valor agregado.
En cuanto a la posibilidad de modificar la política
monetaria, Ruiz Chávez advirtió que la devaluación
no aumenta la competitividad y sólo generaría empobrecimiento
y pérdida de poder adquisitivo.
Interrogada sobre los efectos de la apertura comercial,
Ruiz Chávez coincidió con el secretario de Agricultura, Javier
Usabiaga, en que se han magnificado los efectos de la apertura del sector
en 2003; sostuvo que los problemas de la agricultura son estructurales
y que no se pueden atribuir completamente a la apertura.
En tanto, el director del Centro de Estudios Económicos
del Sector Privado, Mario Rodarte, coincidió en que México
está perdiendo competitividad a pasos "agigantados" y se encuentra
en "el peor de los mundos": agotamiento de la inversión extranjera
directa, un gobierno incapaz de generar consensos y una serie de reformas
estructurales truncas.
Rodarte Esquivel, investigador de la UNAM, aseguró
que las políticas industriales aplicadas en los años 60 y
70 no sólo no crearon una industria competitiva, sino que produjeron
inflación, desigualdad, desempleo, pobreza y devaluación.
El economista sostuvo que las políticas de fomento
no funcionan por la "tremenda" incapacidad de los empresarios, que toman
decisiones sin tener suficiente información, y carecen de sistemas
de contabilidad y administración adecuados, entre otros factores.