El dictamen médico le prohíbe
incluso conducir vehículos de calle hasta febrero
Se esfumó el sueño de Fernández;
no correrá en el GP de México
El Chapulín Díaz lo sustituirá;
agradeceré la oportunidad con el máximo esfuerzo, dijo
ABRIL DEL RIO
Tras recibir el dictamen médico que le impedirá
correr el Gran Premio de México, Adrián Fernández,
en buena parte promotor del acontecimiento este fin de semana en el autódromo
Hermanos Rodríguez, se dijo resignado a cuidar su salud y a participar
como "ángel de la guarda" de Luis El Chapulín Díaz,
quien lo suplirá y debutará al mando del Lola/Honda con el
número 51 de la Serie FedexCart 2002.
"Tenía mucha ilusión de correr para mi gente
en el regreso de la categoría a México, en esta pista, en
mi país, pero la verdad es que por ahora primero está mi
salud", expresó Adrián.
La noche anterior había sido enterado por el doctor
Terry Trammell, ortopedista de Cart, de que no está apto para correr
riesgos, ni siquiera en autos de calle, hasta febrero próximo.
El
piloto y propietario de la escudería Fernández Racing había
conservado cierta esperanza de alcanzar al menos una recuperación
parcial que le permitiera tomar parte en la justa que se inicia hoy con
la calificación provisional.
Sin embargo, son escasas tres semanas las que han transcurrido
desde que sufrió una doble fractura torácica a consecuencia
del choque múltiple que se produjo el pasado 27 de octubre en el
óvalo australiano de Surfers Paradise.
Al lado de Trammell, quien ha dado seguimiento a la lesión,
Adrián mostró en su pit la gráfica del tórax,
y explicó que en lugar de que las vértebras afectadas (T2
y T3) se hubieran acomodado, reaccionaron con una separación propia
del proceso de reacomodo.
De ahí que de someterse en esas circunstancias
a cualquier esfuerzo físico, como vibraciones, "el riesgo sería
altísimo, sobre todo si se presenta un nuevo percance. Sería
tan peligroso como para quedar paralítico", explicó el piloto.
"Ha sido un año de mala suerte para el equipo,
porque dos accidentes fuertes en un lapso de dos meses no son deseables
para nadie.
"Ahora sólo me queda poner todo de mi parte en
la terapia y preparar la siguiente temporada", apuntó Adrián,
quien dos meses antes de la justa en Australia había sufrido otro
choque en Vancouver, del que tampoco se ha recuperado del todo.
"No pude dormir anoche pensando en todo lo que tengo que
enseñarle en una cuantas horas a Luis", comentó Fernández,
pero de inmediato inició una intensa labor de asesoría al
lado del bólido del Chapulín.
El piloto terminó este año cuarto en el
campeonato de la Fórmula Atlantic, en la que, aseguró, se
quedará un año más para madurar su desarrollo.
"Lamento mucho lo de Adrián, pero asumo la responsabilidad
y agradeceré la oportunidad con el máximo esfuerzo", afirmó
Díaz, quien hace un par de semanas realizó un examen en Arizona
y enfrentará hoy su segunda experiencia al volante de un Cart.
Mientras Díaz tomaba lecciones a marchas forzadas,
los otros dos mexicanos, Mario Domínguez y Michel Jourdain, así
como la mayoría de los pilotos, laboraron en lo esencial con sus
equipos.
Hacia el mediodía, la leyenda Emerson Fittipaldi
le dio lustre a la pista que lo vio en su época de esplendor en
1971, pero ahora con la remodelación luce otra fisonomía.
Al volante de un Ferrari Spider negro, el legendario piloto
de 53 años pasó casi inadvertido en la solitaria vuelta que
dio de exhibición al trazado de 4.480 kilómetros.
Alfonso Oros y Germán Quiroga marcaron el mejor
tiempo, 2:14.006 minutos en la sesión provisional de los autos Neón,
cuyo campeonato termina con la carrera del sábado.