La legendaria coreógrafa habla de sus
planes para trascender el tercer milenio
Vivir y soñar son las fuerzas que recibo de
la danza: Alicia Alonso
La cultura y las artes son el mejor idioma para la paz,
considera la artista Realiza gira por el país al frente del Ballet
Nacional de Cuba; el fin de semana se presentará en el DF
ANGEL VARGAS
Alicia
Alonso en primera persona: ''Estoy planificándome para permanecer
no sólo este tercer milenio, sino también el cuarto y el
quinto. La ciencia va a ser suficientemente avanzada para que cumpla lo
que digo: voy a vivir 200 años e incluso un poco más. Mi
vida ha sido, es y será muy rica. He trabajado muy duro, porque
he amado y amo mi carrera. Cuando se ama de verdad, uno es recompensado.
''La danza me ha dado la fuerza para seguir adelante,
viviendo y soñando. Soy optimista por medio de mi danza, vivo a
través del mundo de la danza, bailo con todo, entonces sigo viviendo.
Eso ha sido y es mi existencia, mis características y mi amor a
la vida, a la humanidad, a la paz."
Como parte de su gira por el país, la prima
ballerina cubana llegó ayer a la ciudad de México procedente
de Morelia para presentar este fin de semana, al frente del Ballet Nacional
de Cuba, Giselle en el Teatro de la Ciudad. Serán cuatro
funciones: jueves y viernes a las 20:30 horas y sábado y domingo
a las seis de la tarde.
Afecto por los estadunidenses
Nacida en La Habana en 1923, Alicia Alonso se olvida un
poco del cansancio y estrés del viaje a esta capital. Toma su lugar
en el Teatro de la Ciudad, frente a la prensa. Le piden que pose para la
foto como si bailara. ''Pero si yo bailo hasta cuando camino", responde.
Se dice contenta de estar de nuevo en México, país con el
cual el pueblo cubano está profundamente unido, asegura, no obstante
discusiones y cierta clase de ideas.
Y demuestra esa alegría bro-meando, siendo pródiga
en sus respuestas, compartiendo su dicha porque en la isla, específicamente
en La Habana, a partir de diciembre operará la escuela de ballet
más grande del mundo, con 4 mil 500 alumnos de seis a 16 años.
También manifiesta su regocijo por el doctorado honoris causa
que recibirá de la Universidad de Guadalajara en el contexto de
la próxima Feria Internacional del Libro.
-¿Cómo asume usted la relación con
Estados Unidos?
-No voy a hablar de política. No hay necesidad.
Eso lo dejo a los políticos. Artísticamente, en lo personal,
es un pueblo al que todos nosotros queremos, estimamos y respetamos. Tenemos
grandes amigos, admiradores, es un pueblo para el que hemos bailado durante
muchísimos años y seguiremos haciéndolo. Cuando lo
del 11 de septiembre, todas las compañías se negaron a visitarlo.
Fuimos la primera compañía que dijimos: el pueblo estadunidense
necesita más que nunca que bailemos para él y de inmediato
hicimos una gira por todo ese país, donde el pueblo salió
todo; los teatros estaban llenos y nos recibieron con calor, admiración
y cariño. Eso no se olvida. Mediante la cultura y las artes hablamos
mucho mejor en el mundo. Es algo que se necesita mucho, porque es el idioma
de la paz.
Las alabanzas pueden marear
-¿Cuáles son las características
de la escuela cubana de ballet y en qué se diferencia de la de otras
latitudes?
-Podría contestar rápidamente y sólo
decir que es muy buena escuela. Pero no, explico más: hemos estudiado
muy fuerte nuestras características físicas, culturales e
históricas, y todo eso lo aplicamos física e intelectualmente
en la forma artística que nos producimos, y así se convierte
en la escuela cubana de ballet, más bien en la escuela latinoamericana
de ballet.
''Hemos estudiado para revertir ese complejo, mito o creencia
de que el ballet sólo lo pueden bailar los europeos; nuestra América
puede bailarlo tan o más que cualquiera, la historia así
lo demuestra. Hoy día hay bailarines y profesores en las grandes
compañías y escuelas del mundo, desde Japón, Australia,
las óperas de París y Roma, el Royal Ballet de Inglaterra
y la Scala de Milán.
-¿Cómo crea sus coreografías y de
qué manera se relaciona con los bailarines?
-Componer hoy trabajos es maravilloso, sobre todo con
un gran equipo. Los bailarines son el salero, el tenedor, la cuchara...
los muevo, esto va así y hay que moverse de esta manera. Mi más
reciente obra es Un viaje a la Luna, con la que me di el gusto de
decir que el Ballet Nacional de Cuba es la primera compañía
que ha bailado en la Luna.
''Los bailarines deben bailar hasta que puedan. Lo primero
que deben hacer es erigirse en sus más acérrimos críticos
y analizar después de cada función qué fue lo que
salió bien y mal, qué es lo que querían lograr y si
lo hicieron. No pueden estar escuchando todas las celebraciones que les
propinan, porque las alabanzas son preciosas y un alimento del espíritu,
pero también, como el vino, pueden marear."
-¿Cómo mira el futuro de Cuba?
-El futuro de mi patria, creo, es el mismo de todas las
patrias, pues está abierta a la cultura. Ha empezado un movimiento
cultural con gran fuerza. ¿Hacia donde vamos? Hacia el futuro y
éste no tiene fin, es todo lo que pueda lograrse.