La resolución, "cobertura" para que países
que la apoyan se justifiquen ante sus ciudadanos
EU, optimista de obtener hoy en la ONU luz verde
para atacar Irak
"Amplio apoyo" a la iniciativa entre los países
miembros del Consejo de Seguridad: Negroponte
La votación, para "unir al mundo civilizado y
desarmar a Saddam Hussein", dice George W. Bush
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 7 de noviembre. Estados Unidos está
a punto de lograr en la Organización de Naciones Unidas (ONU) que
el Consejo de Seguridad le otorgue el aval para so-meter a Irak a un proceso
que po-dría culminar en una guerra internacional y a la vez ofrecer
a los países miembros suficiente "co-bertura" diplomática
como para justificarse ante sus ciudadanos.
Esta noche el Consejo de Seguridad anunció que
la resolución impulsada por Estados Unidos y Gran Bretaña
será sometida a vo-tación a las 10 de la mañana de
este viernes, mientras el embajador estadunidense ante la ONU, John Negroponte,
expresó que "hay amplio apoyo" entre los países miembros
de esta instancia.
El secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, Negroponte
y la Casa Blanca han reiterado durante los recientes días que nada
en esta resolución "ata las manos del presidente" de Estados Unidos,
George W. Bush, si Washington decide atacar Irak.
Hoy, el presidente Bush declaró que la ONU votará
a fin de "unir al mundo civilizado para desarmar a Saddam Hussein", y dijo
que estaba "optimista de que obtendremos la resolución mañana".
El debate "sobre si vamos a enfrentar a Hussein ya se acabó; la
cuestión es cómo lo vamos hacer", subrayó.
Insistió en que tiene "un profundo deseo por la
paz" y que se debería entender que Washington "no tiene la intención
de conquistar a nadie... creemos en la libertad", y que "si tenemos que
usar tropas, Estados Unidos, con sus amigos, se moverá ágilmente
con la fuerza para hacer el trabajo".
Francia,
Rusia y México habían dicho que no aprobarían una
resolución que automáticamente autorice el uso de fuerza
si Bagdad no cumple plenamente las condiciones de la inspección
y desarme. Durante las semanas recientes estos países han buscado
eliminar secciones del texto que pudieran ofrecer esta opción a
Washington.
Pero esta tarde se filtró que Francia ya está
dispuesta a apoyar la resolución enmendada, y todo indica que estos
países miembros finalmente aceptarán concesiones esencialmente
semánticas en la resolución ofreciéndoles suficiente
justificación para aprobar -o por lo menos no obstaculizar- la aprobación
de esta resolución.
La tercera versión de la resolución estadunidense
sobre Irak fue formalmente presentada el miércoles ante los 15 miembros
del Consejo de Seguridad, después de ocho semanas de negociaciones,
con la intención de someterla a votación este viernes.
Hoy los 15 miembros se reunieron a puerta cerrada para
evaluar el texto y buscar ciertas enmiendas mínimas en el lenguaje,
para después consultar con sus capitales antes de emitir sus votos.
Una versión algo enmendada (al parecer se cambiaron
sólo dos pa-labras) fue examinada por el consejo esta tarde y noche,
y el resultado de esta última ronda de revisiones resultó
en el texto final que, a falta de una sorpresa inesperada, será
aprobado mañana.
A lo largo del día, diplomáticos franceses
y rusos insistieron en que aún buscaban algunos cambios para remover
"ambigüedades" en el texto, pero aquí todos saben que ellas
no son accidentales sino diseñadas a propósito para permitir
interpretaciones de cuándo y cómo Irak está "en violación
material de sus obligaciones".
Otros países miembros del Consejo de Seguridad
de la ONU, incluyendo a México, se limitaron a comentar que sus
gobiernos es-tán "estudiando" el texto, en tanto que el embajador
ruso dijo que no dejará satisfecho a nadie, pero que evaluarán
esta última versión.
Al parecer, entre las intensas negociaciones en la sede
central de la ONU y una última ronda de llamadas telefónicas
del presidente Bush a sus contrapartes de Francia, Jacques Chirac, y de
Rusia, Vladimir Putin, permitió que el mandatario republicano se
declarara "optimista" de que estos países ya no se opondrían
a su resolución revisada.
Una resolución, para ser aprobada, requiere de
nueve votos en el Consejo de Seguridad, y ningún veto por parte
uno de los cinco miembros permanentes.
¿Quién decide qué?
Por cierto, si esta resolución es adoptada, el
gran debate posterior será en torno a qué constituye, y quién
determina, una "violación material de sus obligaciones" por parte
de Irak, y quién decide qué serán y cuándo
se impondrán las "serias consecuencias" que señala el texto
de la iniciativa.
Estos son los temas que más controversia han provocado
y sobre los cuales se ha centrado la intensa negociación entre Estados
Unidos y Gran Bretaña, por un lado, y los otros tres integrantes
permanentes del consejo, Francia, Rusia y China.
Francia había insistido, con el apoyo de otros
miembros, incluso México, en dos resoluciones o por lo menos dos
etapas en este proceso: una estableciendo las condiciones para la inspección
y desarme de Irak, y otra aparte que consideraría las "consecuencias",
incluso autorizando el uso de la fuerza si Irak no cumplía.
Estados Unidos se negó a ceder ante esta posición,
aunque ofreció en su lugar el compromiso de "consultar" y esperar
una nueva ronda de evaluación por parte del Consejo de Seguridad
en caso de que los inspectores reportaran una violación de las condiciones
impuestas sobre Irak.
Vale subrayar que dentro del contexto de esta resolución,
lo único que se estipula es que si los inspectores reportan problemas
con el régimen de Irak, el asunto será considerado por el
Consejo de Seguridad, pero no hay nada que obligue a Estados Unidos a someterse
al consenso del mecanismo.
Por tanto, la opción por una guerra encabezada
por Estados Unidos contra Irak, legitimida por la ONU sin tener que aprobar
otra resolución, sigue vigente.
Denis Halliday, ex secretario general asistente de la
ONU, comentó hoy que "aun si los iraquíes deseaban cumplir,
y no me queda claro si eso quieren, dudo que podrían cumplir esta
resolución. Tiene componentes que están diseñados
sólo para una guerra del señor Bush".
El también ex encargado del programa de la ONU
en Irak de petróleo por alimentos, advirtió que "es
probable que en algún momento Negroponte utilizará la redacción
confusa para argumentar que Irak esta en violación material, y Estados
Unidos dirá una cosa y el resto del mundo otra".
Agregó que "muchos párrafos de esta nueva
resolución están llenos de dobles normas; gran parte de ella
debería aplicarse a todos los estados de la región que violan
las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y están en
posesión de armas de destrucción masiva".
De hecho, Colin Powell ha repetido la posición
de Washington de que "si Irak viola esta resolución y fracasa en
cumplirla, entonces el Consejo de Seguridad tiene que considerar de inmediato
qué es lo que se debe hacer sobre eso, mientras que Estados Unidos
y otros países que estén de acuerdo podrían determinar
que podríamos hacer sobre eso si el organismo opta por no actuar".
Por tanto, Estados Unidos insiste en que tiene el derecho
de determinar qué es una violación material, y si lanzar
o no una guerra como respuesta.
Michael Ratner, abogado experto en derecho internacional
y presidente del Centro de Derechos Constitucionales, afirmó hoy
que "ésta es una resolución que permitirá a Estados
Unidos argumentar que por sí solo puede decidir las consecuencias,
incluso la guerra, debido a cualquier fracaso de Irak en adherirse al nuevo
régimen de inspecciones".
La resolución establece un calendario para la inspección
y desarme de Irak. Una vez aprobada por el consejo, Irak contará
con siete días para aceptarlo o rechazarlo.
Además, dentro de los 30 primeros días tras
la adopción de la resolución, Irak está obligado a
presentar una declaración detallada y "precisa" sobre toda arma
química, biológica o nuclear en su posesión.
Los inspectores de armas de la ONU, encabezados por Hans
Blix, retornarán a Irak por primera vez en cuatro años dentro
de un plazo de 45 días después de la adopción de la
iniciativa, para reiniciar sus trabajos. El jefe de los expertos ha señalado
que los equipos de inspección probablemente retornarían dentro
de los primeros 10 días después de aprobarse la resolución.
Los inspectores contarán con 60 días a partir
de la fecha en que reinicien sus labores en ese país para presentar
su informe al consejo. Si enfrentan cualquier obstáculo o impedimento
por el régimen iraquí, pueden reportarlo al organismo, el
cual será convocado, lo cual podría resultar en una guerra.
La
negociación de las ocho semanas anteriores no fue sólo un
ejercicio diplomático o de semántica, ya que también
resultó en ex-presión de intereses reales entre diversos
países sobre el papel de la ONU y las relaciones internacionales
en torno a Estados Unidos.
De hecho, diplomáticos de varios países
que integran el Consejo de Seguridad caracterizaron esta negociación
como un debate entre posiciones multilaterales frente a una unilateral
de Estados Unidos, y algunos se atrevieron a comentar que fue un ejercicio
para buscar imponer límites al último superpoder en el ámbito
internacional.
Al mismo tiempo, el gobierno de Bush no necesariamente
decidió mantenerse dentro de este debate y buscar el consenso de
este foro multilateral en torno a una guerra contra Irak porque fue convencido
por los argumentos de otros países, sino más bien en respuesta
a sus propias presiones internas.
Una encuesta de la empresa Gallup en septiembre registró
que 60 por ciento de los estadunidenses se oponen a una invasión
unilateral a Irak, mientras que 83 favorecían una acción
multilateral.
Por otro lado, una encuesta de Newsweek a finales
de septiembre pasado registró que 84 por ciento opinaba que era
importante que Bush consiguiera una aprobación formal de la ONU
para una acción militar.