La película aporta valor, libertad y
coraje para ser uno mismo, expresa la actriz
Frida creó arte y poesía del dolor: Salma
LUCY OROZCO/ II Y ULTIMA ESPECIAL
Los Angeles, Aal. En esta segunda parte de la conversación
con Lucy Orozco, Salma Hayek habla de Frida Kahlo, de su película
y del personaje, y de sus convicciones políticas y sociales.
-¿Cuándo se te ocurre hacer Frida?
-No se me ocurrió a mí, acuérdate
que teníamos la idea de hacer una miniserie para la televisión
en México, yo me emocioné mucho, porque desde siempre admiré
a Frida. Lo que pasó es que cuando vine a California ya iban a hacer
una película sobre ella; de inmediato intenté que me tomaran
en cuenta, pero no me quisieron ver. Me puse muy triste cuando ese proyecto
se cayó. HBO también lo intentó, pero tampoco
pudieron levantar el proyecto. El grupo de esa compañía se
cambió a Trimark y me ofrecieron el papel, creo que les gustó
mi audición. Les dije que sí lo hacía, pero quería
ser productora. Ellos pensaron que exigía eso sólo por verme
con ese título en pantalla.
-Cuéntame más del proceso de producción
de Frida, porque sé que para ti fue un calvario.
-Terminé sacando el proyecto de ahí, porque
querían hacer la película con 2 millones y medio de dólares,
tenían buenas intenciones, pero yo sabía que no iba a quedar
bien, leí el guión y vi que podía mejorarse mucho.
Ellos la querían hacer por hacerla, y yo no.
-¿Qué te atrajo de Frida, qué te
apasionó de ella?
-Su valentía, su coraje de ser ella misma sin importar
lo que pensara la gente, siempre fue una persona original y no era bien
aceptada, incluso su pintura tampoco lo fue. Vivía con Diego Rivera
y, sin embargo, nunca cambió su estilo; su técnica evolucionó,
pero no se convirtió en imitadora de Diego. Tuvo momentos económicos
muy difíciles cuando se divorció de él, y fue cuando
más pintó. En 1940, vendió un poco de su obra, pero
no lo suficiente como para vivir, aún así nunca cambió,
se mantuvo fiel a ella misma.
Grandeza de espíritu
-Pero,
¿piensas que Frida hubiera trascendido sin Diego?
-Hubiera seguido siendo Frida, pero no sé si hubiera
alcanzado reconocimiento. Creo que tuvo la capacidad de amar a Diego con
intensidad, gracias a su grandeza de espíritu, pero también
pienso que Diego le dio gran apoyo e influyó para su crecimiento
como artista y para el reconocimiento que tiene hoy.
-Por lo que sabemos, era una mujer de carácter,
sin miedo a ser ella misma.
-Sí. Creo que nunca trató de complacer a
nadie, siempre fue honesta consigo misma y experimentó un viaje
interno que la llevó a conocerse y autoafirmarse.
-¿Eso se refleja en la película?
-Sí, afortunadamente... Otra cosa que me impresiona
de Frida es que de las circunstancias más difíciles, del
dolor físico y sicológico, creó arte y poesía,
porque, para mí, su pintura es poesía.
-¿Crees que tu versión de Frida aporta algo
a las mujeres hoy?
-Sí, valor, libertad, coraje para ser quien uno
es.
-¿Te dan miedo las críticas que le harán
en México a tu película? Yo ya la vi y me gustó, pero
hay muchas licencias, como que Antonio Banderas sea David Alfaro Siqueiros,
es por marketing, ¿no?
-Por supuesto, si no fuera así, no se hace la película
con ese presupuesto. Es una escena, ¡que se calmen!
-Hay algo que te voy a criticar de la película.
Conocí a Lupe Marín muy bien y siento que Valeria Golino
es un error de casting, porque Lupe era un tigre, vivaz, inteligente,
pícara, ingeniosa y muy simpática, y en la película
aparece una mujer con cara de tristeza, que era lo que menos tenía
Lupe.
-Esa es tu visión, pero yo estoy en desacuerdo
contigo y la familia está muy contenta con el trabajo de Valeria.
-Pues no me importa, yo la conocí y Lupe era de
"armas tomar"...
-En fin, ¿te gustó mi película o
no?
-Claro, era sólo una observación amistosa.
Hablando de esto, ¿cómo has tomado los ataques de gran parte
de los medios de comunicación mexicanos?
-No me afecta, estoy acostumbrada, no leo lo que escriben,
nunca he desmentido nada porque si me dedico a desmentir no trabajo, no
acabaría nunca. No entienden que no me puedo dedicar nada más
a dar entrevistas; si lo hago, ¿a qué hora trabajo?
-Se agradece mucho la calidad estética de la película
y las afortunadas escenas de animación que introdujo Julie Taymor;
por ejemplo, el viaje a Nueva York de Diego y Frida. También el
sentido del humor. Hay muchos detalles en la cinta que me parecieron muy
acertados. ¿Esto fue idea de Julie Taymor o tú también
participaste dando ideas?
-Yo sólo insistí en que la película
fuera muy rica visualmente, porque el primer lenguaje de Frida fue el visual.
Me parecía muy importante que predominara, antes que nada, la exuberancia
visual, porque así fue el universo de la pintora. Esa fue una de
las razones por las cuales quise que fuera Julie la directora, porque ha
demostrado tener el talento para imaginar mundos que a otros no se les
ocurrirían.
-Pasando a otra tema, ¿cómo es que se te
ocurrió ser directora de cine? Díme el título de tu
película
-Se llama El milagro de Maldonado, y dirigir no
se me ocurrió a mí.
-¿De quién fue la idea?
-Cuando hice la película En el tiempo de las
mariposas, el presidente de Showtime, Jerry Offsay, me habló
un día a mitad de una junta del desarrollo del guión, me
sacó del lugar y me dijo: "No sé si sepas esto, Salma, pero
lo que tú eres realmente es directora", le respondí que no
sabría cómo hacerlo. Me contestó que hablaba en serio,
que quería darme mi primer guión para dirigir. Me volví
a negar, pero me dio el guión y me dijo que lo leyera. Tardé
6 meses en leerlo y un año diciéndole que no. Por cierto,
no me gustó, pero me provocó buscar otras formas de narrar
la historia. Cuando terminé Frida, me ofrecieron actuar en
otra película, leí el guión y me pareció pésimo.
Así que le hablé a Jerry y le pregunté si todavía
seguía en pie la oferta, me dijo que sí, negociamos lo que
yo quería cambiar y me dio su aprobación.
"Trabajé tres meses en el guión con Pepe
Tamez y dejamos uno nuevo. Empecé a filmar y se me olvidó
por unas semanas que un día tuve miedo de dirigir, porque al hacerlo
descubrí que era una actividad tan interesante que no se me hizo
difícil y me dio mucho coraje, porque nunca se me había ocurrido
hacerlo. Imagínate, si me costó trabajo que la gente me tomara
en serio como actriz; ¡qué hubieran dicho si digo que quiero
ser directora!
En política, no me interesa tomar una postura
pública
-¿Eres una mujer politizada?
-¿Comprometida políticamente? No. Me interesa
la política, pero no me atrae la idea de tomar una postura pública,
porque hay cosas de la política que son muy confusas.
-Sí, puede ser terreno peligroso. Ya ves que Frida
acabó aplaudiendo a Stalin y ahora sabemos que fue un gran criminal.
-Pero ella no lo sabía entonces. Por eso no quiero
meterme en política. Tengo intereses sociales, pero tampoco los
quiero hacer públicos, sino tratar de mantener mi imagen pública
relacionada con mi trabajo de actriz o de directora. Algunas veces es bueno
usar la imagen de uno para algunas causas, pero no es bueno hacerse publicidad
a costa de ello. Me interesa la causa de las mujeres, ya que siempre han
sido discriminadas por los hombres e inclusive por la Iglesia y por las
religiones.
-¿Tienes creencias religiosas?
-No. Creo en Dios, pero no religiosamente. Pienso que
no necesito una religión para ser escuchada por Dios o para estar
en contacto con él. No necesito que me den una serie de reglas que
inventaron señores igual que yo, porque las religiones son máquinas
de poder y manipulación...
-¿Cuál es tu visión del mundo que
vivimos?
-Es una época muy difícil, hay mucha gente
loca y fanática en el poder y varios de ellos han tomado el control
de diversos países y el manejo de la economía está
dando muchos elementos para una crisis mundial. De algún modo el
panorama es desolador, pero también pienso que está naciendo
una conciencia colectiva que se opone a los desastres que provocan esos
líderes; hay muchos movimientos para defender el medio ambiente,
gente contra la discriminación racial, el maltrato a las mujeres,
el abuso contra los niños, en contra de las guerras; en fin, creo
que gran parte del mundo desea la paz, por eso no soy tan pesimista.
-¿Crees en ti?
-Sí, y aunque a veces tengo momentos de inseguridad,
no me torturo pensando en lo que vendrá, no me azoto, me siento
tranquila. Si hay algo que me gusta de mí, es que soy una persona
a la que le gusta crecer, que hace un esfuerzo por evolucionar, a lo mejor
no lo consigo tanto como quisiera, pero tengo la voluntad de crecimiento
interno y he madurado.
-Díme cuáles son tus directores favoritos.
-En este momento estoy enloquecida con Alexander Pain,
el que hizo Election, Citizen road y acaba de hacer una cinta
con Jack Nicholson, que se llama About Smith, ¡es buenísimo!
También me encanta Almodóvar, Martin Scorsese, Kieslowski...
-Salma, gracias por darme esta entrevista, aunque te choque
hacerlo.
-No quiero ofender a los periodistas, porque entre ellos
hay gente muy valiosa e inteligente, pero cuando escriben cosas malas de
mí, recuerdo una anécdota: cuando yo vivía en Coatzacoalcos
tenía un perico que se llamaba Paco, mi papá leía
todos los periódicos del día y a la mañana siguiente
los usaban para que el loro hiciera en ellos sus necesidades fisiológicas,
entonces mi filosofía es la siguiente: "Lo que digan de mí
hoy, mañana lo ensucia un perico", pero lo que yo haga va a quedar
en el celuloide por el resto de mi vida.