Los que no fueron a las urnas
Nadie duda en Michoacán que el movimiento del magisterio democrático es poderoso más allá de las aulas y del terreno sindical.
Veintiún presidentes municipales de los 67 que tiene el sol azteca en la entidad, cuatro diputados, un congreso popular y la Asociación de Trabajadores de Michoacán, que afilia a 40 sindicatos, son los números del magisterio democrático, presume Raúl Morón, diputado local del PRD y ex dirigente de la sección 18 y del partido en el estado.
De esa magnitud es la fuerza de la expresión que ha mantenido la hegemonía en la sección durante siete años, tiempo en el que ha sido la ''piedrita en el zapato'' del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y ha logrado extender su influencia al terreno de la política partidista.
Hasta hace poco se mostraba reacia a participar en política, pero en 2001 cambió de parecer: se sumó de lleno a la candidatura de Lázaro Cárdenas Batel y buscó espacios políticos por todo el estado.
Este pragmatismo político ha generado suspicacias en el magisterio de la entidad y no pocas críticas de algunos sectores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación -aliados del magisterio democrático en Michoacán- que ven con desconfianza la incorporación del gremio en política electoral.
Los opositores de este grupo han aprovechado esta característica para atacarlos. Heriberto Macías y Juan Manuel Macedo -ex integrantes de este grupo y que ahora buscan dirigir la sección 18- los acusan de tener un ''doble lenguaje'', ya que por un lado se oponen a la utilización del sindicato con fines políticos y por otro algunos líderes consiguen puestos.
Dentro de la geografía del PRD, esta expresión está catalogada como de posiciones radicales. El mismo Morón dice que mantienen diferencias con Cárdenas Batel y por eso se han convertido en ''aliados incómodos''.
Además de la política partidista tienen otros ámbitos de acción. En noviembre de 1997 fundaron el Movimiento de Unidad y Lucha Popular (MULP), en el que participan organizaciones como el Frente Popular Francisco Villa, el Bloque de Fuerzas Proletarias, la Organización Campesina Emiliano Zapata y la Unión General de Obreros y Campesinos de Chiapas.
Por eso se dice en tierras michoacanas que en las elecciones del 6 de noviembre está en juego más que una sección sindical.
CLAUDIA HERRERA BELTRAN