Saddam Hussein condenó la toma de rehenes
Antes de que las fuerzas rusas recuperaran el control
del teatro moscovita, Irak y Estados Unidos habían coincidido ayer
en condenar la toma de rehenes en Moscú por un comando rebelde checheno,
a la par que se suscitaron otra serie de condenas y reclamos por una solución
pacífica por parte del Grupo de los Ocho y de los jefes de Estado
y de gobierno de la Unión Europea, además de Alemania y Canadá.
En "nombre del Islam", el presidente iraquí, Saddam
Hussein, instó a los rebeldes chechenos a liberar a los rehenes.
"Los enemigos del Islam son el sionismo y Estados Unidos, no Rusia", aseveró
ante los medios de Bagdad y noticieros rusos.
El mandatario iraquí, considerado aliado de Moscú,
advirtió a los chechenos que con su fundamentalismo religioso perderán
las simpatías del mundo. "El sentido del islamismo está en
el humanismo, no en el fanatismo", expresó, y puntualizó
que el pueblo ruso no se va a interesar en los motivos del acto, sino en
sus resultados.
El Departamento de Estado, a su vez, había repudiado
"enérgicamente" la toma de rehenes en Moscú, y expresó
su preocupación por la seguridad de los cautivos. Estimó
que los secuestradores son encabezados por un combatiente checheno ligado
al ala extremista del movimiento separatista, algunos de cuyos miembros
tendrían lazos con organizaciones terroristas.
Washington había ofrecido enviar a Rusia a especialistas
antiterrorismo, mientras la inteligencia rusa se reunía con expertos
de otras naciones y les informaba sobre las medidas adoptadas. La cita
incluyó a representantes de servicios especiales de países
como Estados Unidos, Argentina, España, Gran Bretaña, Alemania,
Turquía, Francia, Japón, Bélgica, Italia, China y
Croacia.