Critica Woody Allen la ''base banal'' del actual
cine estadunidense
La televisión sólo refleja ''la teatralidad
de los sucesos'', dice Miller en Oviedo
Con Edward Said y Barenboim, entre otros, reciben hoy
el Premio Príncipe de Asturias
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 24 de octubre. El dramaturgo Arthur Miller
y el cineasta Woody Allen, galardonados este año con el Príncipe
de Asturias de las Letras y el de las Artes, respectivamente, se estrecharon
por vez primera la mano en Oviedo, a pesar de que ambos viven en Nueva
York y de que dicen sentir mutua admiración por su trabajo.
Miller y Allen, dos voces críticas y desde hace
tiempo clásicos en vida de la dramaturgia y la cinematografía,
lanzaron desde la capital asturiana un llamamiento a la reflexión
ante la violencia en el mundo, para que se ''regrese cuanto antes a la
importancia del individuo frente a esa maquinaria que nos hace a todos
iguales".
Exceso de información
Miller,
de 87 años, será uno de los tres premiados que pronunciarán
un discurso en la entrega de los premios en el teatro Campoamor, además
del propio Allen y del músico argentino-israelí Daniel Barenboim,
quien comparte el galardón con el escritor estadunidense-palestino
Edward Said.
El dramaturgo aseguró que la sociedad occidental
cuenta con ''exceso de información", pero esto no se traduce en
''más reflexión", sino en la ''teatralidad de los sucesos"
por medio de la televisión, instrumento que ha hecho que ''haya
cambiado el modo en que la gente ve el mundo''.
Miller explicó que hoy "el ser humano se pasa gran
parte del tiempo ante un televisor, contemplando a los políticos,
que son actores y actrices que interpretan su papel, ya que la política
es ante todo una interpretación, por lo que importa más la
personalidad del actor que lo que hace".
Apuntó que los ''atentados del 11 de septiembre
en Nueva York hicieron que por un momento George W. Bush se volviera real,
dejara de interpretar su papel y su teatralidad en todo lo que acontece
en el mundo. Porque la violencia dejó de ser virtual, la teníamos
en casa, circunstancia que además de perturbar la interpretación
de Bush ha provocado que menos gente apoye una guerra contra Irak", de
la que se dijo activo detractor.
''De Irak sólo sabemos que tiene armas que nos
dan miedo, pero olvidamos que nosotros se las dimos", afirmó el
dramaturgo estadunidense.
Woody Allen, irreverente y sarcástico, se mostró
muy crítico con la industria del cine de Estados Unidos, pues consideró
que ''se encuentra desde hace mucho tiempo en un punto muy bajo; tiene
una base banal, carece de inspiración y originalidad y su objetivo
es ganar dinero".
Allen agregó que en su país, si se quiere
ir al cine y pensar un poco normalmente, se elige una película que
''no es de Estados Unidos", al tiempo que recordó que entre los
filmes había ''dos mexicanos maravillosos'', Amores perros,
de Alejandro González Iñarritu, es uno de ellos.