Ranulfo Romo Trujillo, Premio de la Academia
de Ciencias del Tercer Mundo
Nuevas luces sobre procesos cerebrales
El problema no es la fuga de talentos, sino que éstos
no pueden regresar, asegura
KARINA AVILES
Desde muy joven emprendió un largo viaje hacia
el interior del cerebro. La motivación de conocer y hacerse preguntas
en cada paraje ha llevado a Ranulfo Romo Trujillo a aportar luces sobre
cómo vemos, cómo memorizamos, cómo aprendemos.
El
científico universitario, ganador del Premio de la Academia de Ciencias
del Tercer Mundo (TWAS, por sus siglas en inglés), habla con La
Jornada acerca de este viaje, en el que ha obtenido distinciones; sobre
todo, emociones que visten de pasión su quehacer diario.
Las investigaciones de Romo Trujillo se han encaminado
a saber cómo se representa la información en el cerebro,
cómo se queda en la memoria y cómo sirve la memoria y la
representación sensorial en la toma de decisiones.
El humano no ve con los ojos sino con el cerebro. El hombre
-indica- vive constantemente en el pasado, porque lo que creemos que está
sucediendo en este momento no es sino la intervención de la memoria.
Explica que en una plática, por ejemplo, el sonido
de una voz activa el receptor auditivo de la persona que está escuchando,
pero ahí ya transcurrió un tiempo, entonces interviene la
memoria. De manera que "lo que vemos y lo que oímos es pasado".
Emocionado, platica que las decisiones que toma un ser
humano no son fortuitas, ya que dependen de cómo dialogue
la memoria y la representación sensorial. "Somos prisioneros del
cerebro" y Romo Trujillo ha dedicado su vida a conocer qué hay en
esta celda con circuitos relacionados con la función de amar, odiar,
entristecer.
Todo comenzó cuando tenía 18 años
y, mientras estudiaba la carrera de medicina, se incorporó a trabajar
a un laboratorio de neurofisiología. Allí surgieron sus preguntas
y su interés por investigar, aunque las cosas no fueron fáciles.
Apenas había llegado de Sonora a vivir en el Centro
Histórico de la ciudad de México. Recuerda que recibía
un giro telegráfico con el dinero exacto para pagar su estancia.
"Las sensaciones de hambre y de cansancio jamás minaron mi espirítu."
Más tarde solicitó una beca al Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para estudiar en Francia, pero
le fue negada. Escribió a un laboratorio francés que, a diferencia
del Conacyt, vio las capacidades del mexicano y lo contrató, lo
que sirvió para que estudiara el doctorado en ciencias en la Universidad
de París.
Posteriormente fue contratado como investigador del Instituto
de Fisiología de la Universidad de Friburgo, Suiza, y en Estados
Unidos, en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
En el cubículo que ocupa en el Instituto de Fisiología
Celular de la Universidad Nacional, Romo Trujillo expresa que aun cuando
un humano viva en un medio desfavorable "con disciplina y esfuerzo es posible
seguir adelante.
"Si fuera mecánico de autos lo tomaría con
mucha pasión y si fuera ebanista también sería el
hombre más feliz y si fuera deportista también." Hoy es el
investigador que siempre quiso ser, pero lamenta que muchas veces las condiciones
en que se trabaja no son las óptimas, desde la posición geográfica,
hasta el estado social y las políticas gubernamentales hacia la
ciencia.
Para Romo, el gobierno que sea es la "misma cosa" en relación
con la actividad científica. "Lo que hay que poner en práctica
es el conocimiento y formar cuadros humanos preparados. Lo que debería
haber es una política de Estado para el sector científico,
deberían existir fondos para becas y la investigación debería
ser parte de la educación."
También es fundamental crear más centros
de investigación, porque lo que hay en México no es fuga
de cerebros; el problema es que "hay cerebros" que no pueden regresar al
país, pues no tienen dónde contratarse.
Hay poca gente seria con el deseo de sentar las bases
de una política de Estado que supere los intereses personales. Romo
Trujillo se dice afortunado por estar en la máxima casa de estudios
y expresa su satisfacción porque el fruto de su trabajo fue reconocido
con este premio que otorga un prestigiado organismo.