Afirma la cúpula empresarial que apoyará al gobierno que surja de las elecciones
Promete Lula que no fallará, "ni traicionaré el sueño" de los brasileños
Resignación de los mercados ante el inminente triunfo del petista; sube la bolsa de valores
STELLA CALLONI ENVIADA
Sao Paulo, 24 de octubre. "No voy a fallar, no puedo traicionar el sueño" de los brasileños, dijo un emocionado Luiz Inacio Lula da Silva ante una multitud de simpatizantes en un acto en Ceará, en el empobrecido nordeste de Brasil, cuando faltan sólo tres días para la segunda vuelta de unas elecciones en las cuales todo indica que el candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) arrollará.
La sensación de que Lula ya es presidente, pues luego de ganar la primera vuelta los sondeos vaticinan que se impondrá el do-mingo próximo por un buen margen de votos, parece incluso haber llamado a la resignación a los "mercados", esa entidad invisible tras la cual se ocultan los poderes financieros de los países.
Una bolsa de valores en alza de 5.45 por ciento la víspera, y una significativa baja del riesgo país, marcan esta nueva situación después de una complicada semana, donde no faltó la posibilidad de que se estuviera fraguando un atentado contra la bolsa de valores de Sao Paulo.
Mientras, la moneda nacional, el real, se ha devaluado alrededor de 40 por ciento en lo que va del año frente al dólar.
Todos los sondeos coinciden en que Lula habrá de convertirse el próximo domingo en el presidente número 36 de Brasil, lo que marcará un cambio histórico para el país tras haber obtenido el 6 de octubre la mayor victoria lograda por la izquierda en el gigante sudamericano.
Aunque cifras de la encuestadora Datafolha muestran un descenso para ambos contendientes, al aumentar levemente la ci-fra de indecisos, la diferencia entre Lula y el candidato oficialista, José Serra, se mantiene en unos 30 puntos.
Hoy, la firma Sensus dijo que Lula tiene 66 por ciento contra 34 por ciento del contendiente del Partido de la Social Democracia Brasileña.
Durante estos días, el hombre clave del PT, José Dirceu, coordinador de la campaña y presidente del partido, se mantiene en comunicación constante con el presidente Fernando Henrique Cardoso para planificar una transición ordenada, mientras que lo equipos petistas y sus aliados trabajan activamente ya con la vista en el gobierno, cuando el proyecto prioritario para el 2003 que se ha fijado Lula es combatir el problema del hambre que afecta a millones de brasileños, cuyo nombe es Hambre cero.
Presiones del FMI
En tanto, Antonio Pallocci, coordinador del programa de gobierno del PT, ha advertido que se trabaja con total responsabilidad, en alusión a la presión que ejercen los hombres del Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes pretenden que Lula anuncie antes de su triunfo el equipo económico "para tranquilizar al mercado", según pidió el economista en jefe de ese organismo financiero, Kenneth Rogoff.
Sin embargo, la decisión se conocerá después de que se confirme el triunfo electoral de Lula, en un intento por no alterar la transición, por lo que los nombres del gabinete serán anunciados el lunes o martes próximo, a continuación de un encuentro con el presidente Cardoso.
Por su parte, el actual diputado y senador electo del PT Aloizio Mercadante dijo a La Jornada que una vez culminado el debate televisivo previsto para este viernes por la red televisiva O Globo entre Lula y Serra, el candidato petista se reuniría con sus equipos de campaña para analizar los nombres de quienes estarán a cargo de manejar la transición.
Precisamente el nombre de Mercadante sería clave en cuanto a su relación con el Congreso brasileño.
Muchos analistas políticos estiman que el gran operador del PT sería Dirceu, quien tiene la mayor capacidad negociadora y es considerado artífice del triunfo del partido.
Sería la figura fuerte para afrontar temas de mayor sensibilidad y complejos, que le habría faltado a Cardoso en este segundo periodo. También Antonio Pallocci estaría en este equipo.
Además de las acciones prioritarias para acabar con el hambre, otro desafío del esquema "cuidar a Brasil" será el tema de la seguridad, ligándola con la justicia, para controlar y acabar con el crimen organizado, que todos saben aquí que es el elemento fácil de utilizar para desestabilizar gobiernos en los juegos de las guerras sucias.
Una muestra de ello fue la ofensiva de los narcotraficantes contra Río de Janeiro en vísperas de la primera vuelta electoral, que paralizó la ciudad, lo que fue interpretado como un tiro hacia la gobernadora, la petista Benedita da Silva.
Lo que el PT busca para la transición es un equipo impecable para las negociaciones. Por su lado, el gobierno designó a Everardo Maciel como interlocutor de asuntos económicos con el mandatario electo, y dictará una orden que fijará las reglas y normas del proceso de transición.
Sin embargo, el jefe de gabinete, Pedro Parente, aclaró que "no habrá decisiones compartidas. Hasta el 31 de diciembre, el presidente ejercerá su mandato".
En el caso de las negociaciones con el FMI, como los efectos de los acuerdos con la actual administración se sentirán recién en la siguiente, "consideramos la opinión del equipo" del próximo gobierno.
Por otra parte, voceros del PT lamentaron el retorno en los últimos días -aunque aparentemente ya volvió la calma- de la campaña de "terrorismo económico", pese a que han habido ciertos acuerdos generales de todos los sectores políticos y financieros para no exponer a Brasil.
"No es al PT al que se perjudica, ya que la campaña (del terror) obviamente no dio resultado, pero se crea incertidumbre cuando todos los sectores están decididos a hacer esfuerzos conjuntos para proteger a la nación", dijeron.
Precisamente la campaña de abril y mayo pasado en este mismo sentido produjo vaivenes que "sirvieron en bandeja" a los especuladores de turno argumentos para la desestabilización.
Hay otra política que resaltan los petistas en respuesta a algunas informaciones "cargadas" sobre divisiones entre radicales y moderados, sobre apoyos y alianzas.
En este último caso, explican, sólo se atan acuerdos con aquellos que tienen una política definida frente al modelo actual y una firme oposición a lo actuado por este go-bierno en sus acciones más obedientes a los mandatos económicos externos.
Una muestra es la creación del Consejo de Desarrollo Económico y Social el pasado sábado, integrado por sindicalistas, empresarios y representantes del futuro gobierno, donde se debatieron los temas prioritarios, con la coincidencia de todos los sectores para atacar la grave situación social que atraviesa el país.
Lula se comprometió a honrar sus compromisos electorales combatiendo la miseria con una propuesta del Fondo de Combate a la Pobreza, así como impedir una vuelta a la inflación, por lo que mantendrá la flotación del cambio de divisas.
Pallocci ha dicho que un gobierno del PT no puede asumir compromisos con cifras de superávit primario aún no precisas, pero sí está decidido a que se equilibren las cuentas de la economía brasileña.
Revolución de opciones
Aunque pocos lo dicen, más allá del fervor de las campañas para el esperado debate de este viernes entre ambos candidatos (Serra sigue combatiendo, y asegura que las cifras de los sondeos son "relativas"), aquí sucede una verdadera revolución en el sentido de que sectores que alguna vez se asustaban ante la mención de Lula, ahora están empeñados en buscar opciones creativas y mostrar que "Brasil puede".
Ya se trabaja para lograr una enmienda constitucional que permita que sean votadas separadamente leyes en temas como las autonomía del Banco Central, el mercado de capitales y el disciplinamiento de la instituciones financieras.
En estos tiempos la votación en bloque de asuntos tan complejos crea dificultades, y la enmienda calmaría también al nervioso mercado financiero.
Por su parte, el presidente de la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp), Horacio Lafer Piva, adelantó que hará una declaración de apoyo al gobierno que surja de la segunda vuelta, con el objetivo de demostrar que esa institución está abierta al diálogo y, sin ser una adhesión al mismo, significará otra buena señal hacia los grupos que desde el exterior insisten en crear turbulencias falsas.
La cúpula de la Fiesp trata de unificar el discurso de esa entidad y mantener canales de comunicación como una "forma de contribuir a mantener un clima de paz".
Con esta acción quedarían sepultados los recuerdos del pasado, cuando el entonces presidente Mario Amato creaba conmoción en 1989 advirtiendo que si ganaba Lula unos 800 mil empresarios se irían del país.
Los sucesos en los últimos años en América Latina también produjeron cambios entre el empresariado productivo que se vio amenazado con la desaparición por las maniobras financieras.
Lo sucedido en Argentina, donde la in-dustria nacional fue desmantelada y desnacionalizada, fue una enseñanza muy dura, pero enseñanza al fin y Brasil quiere continuar "siendo lo que es", dijeron a La Jornada voceros empresariales.
Lula, por su parte, dijo hoy en Ceará que no hará "milagros" y "no sé si podré hacer todo lo que tengo en la cabeza, pero les doy la seguridad que comenzaré a hacer lo necesario. Después haremos lo posible". "No les puedo fallar", afirmó.