Señora directora: Mucho agradeceré la publicación de las siguientes líneas, que tienen por objeto manifestar mi inconformidad por el resultado de los beneficiarios de la beca que otorga el Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca este año, pues entre los muchos excluidos en la disciplina de fotografía en la rama de artes visuales quedó el maestro Héctor García, quien pronto cumplirá 80 años y cuya obra de más de 50 años es un legado para la historia de la fotografía en México.

El jurado pasó por alto que el estímulo, en principio, es para la obra realizada, y sobre la respetable obra de las maestras Almeida, Andrade e Iturbide está, sin lugar a dudas, el trabajo de Héctor García, además de que por su edad necesita la beca.

Me parece que lo mejor sería otorgarle a Héctor García el Premio Nacional de Artes como reconocimiento a este gran artista, pues es humillante que un maestro así tenga que pedir una beca (bastante complicada por todo lo que solicitan) para ser rechazado y ninguneado. ¿Qué nos pasa?

Paulina Lavista

Señora directora: Le agradeceremos mucho la publicación de la siguiente carta en El Correo Ilustrado, dirigida al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador; al rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, y al presidente del TSJDF, magistrado Juan Luis González Alcántara Carrancá.

Los profesores del CCH Vallejo que firmamos este documento deseamos expresar nuestra indignación por los siguientes acontecimientos.

El 28 de junio de 2001 la compañera María de Lourdes Lorenzo Cruz, ex alumna de este plantel y estudiante de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, con más de ocho meses de embarazo, fue arrollada al salir de su casa por la camioneta con placas de circulación 649-AYA, propiedad del Gobierno del Distrito Federal, que forma parte de la Dirección General de Construcción y Operación Hidráulica, asegurada por la multimillonaria empresa Grupo Nacional Provincial. Se abrió la averiguación previa FDGUSTAV713/2486/2001-6; responsable: Mario Alberto Sánchez Rodríguez.

A consecuencia de este accidente Lourdes perdió el olfato, tiene alteraciones en el gusto, secuelas de memoria, dolores de cabeza, mareos, daños sicológicos y problemas para cruzar las calles con mayor tráfico, por lo cual ya perdió dos años escolares, no puede trabajar y se encuentra en total desamparo. Para ella esta ciudad ya no es "la ciudad de la esperanza".

El 30 de septiembre de 2002, el juez quincuagésimo segundo de Paz Penal, José Luis Palacios Fernández, condenó al responsable a la reparación de daños con la ridícula cantidad de 2 mil 209.16 pesos, lo cual nos parece una infamia y una muestra de sumisión del TSJDF ante el poder de la aseguradora, la cual, como ya es costumbre, para no pagar los daños se ha dedicado a asesorar al culpable para negar los cargos.

Doctor Juan Ramón de la Fuente, sabemos que la aseguradora GNP tiene concesión con la UNAM y que se beneficia de las cuotas de profesores y trabajadores, pero utiliza su poder económico con toda mala intención y está atentando en el TSJDF contra una humilde universitaria, además de que es responsable de la poca atención médica que ella ha recibido. Por lo anterior, solicitamos que la abogada general intervenga en el asunto y nos unimos a la propuesta del 4 de julio del maestro Octavio Rodríguez Araujo para que se le retire la concesión a GNP.

Señor Andrés Manuel López Obrador, como usted ha mencionado en sus declaraciones, que las personas que tienen menos a veces pierden todo de manera injusta, pedimos su intervención para que el Gobierno del Distrito Federal repare los daños a la compañera, los cuales están completamente alejados de la legalidad del TSJDF.

Magistrado Juan Luis González Alcántara Carrancá, en conferencia de prensa publicada por La Jornada el 13 de abril, usted rechazó las afirmaciones del relator de la ONU, Dato Param, sobre casos de impunidad del documento Independencia de jueces y abogados, pero lo sucedido a Lourdes, con todo respeto, es uno de los casos que evidencian la falta de justicia. Por lo tanto, solicitamos una revisión de las irregularidades de todo el expediente, en las cuales también ha participado el IMSS de forma irresponsable.

Abraham Reza, Artemio Evangelista Calixto, Flavio Gómez, A. Gómez Gómez, Rubén Vargas, Francisco Quezada, Enrique Aguilar, María de Lourdes Lorenzo Cruz, Alvaro Luna, profesores del área de matemáticas; Manuel Castillo, José Regalado, Javier Meneses, Neftalí Carmona, profesores de historia del CCH Vallejo
 

Señor directora: En atención a que nuestros nombres han sido mencionados calumniosamente en las páginas del diario que usted dirige le solicitamos que publique la siguiente carta.

Con enorme sorpresa nos enteramos que La Jornada hospedó el 4 de agosto un artículo del señor Fazio, en el cual nos embarra, irresponsablemente, en un alucinante complot subversivo en contra el gobierno de Cuba.

Este señor quiere probar que las tesis de un agente de la CIA, que él cita como "fuente", son correctas y que en México existe el "reclutamiento bajo una bandera falsa", y por tanto que "la trama de la conspiración ha involucrado (...) a personalidades mexicanas con amplia trayectoria en los campos académico, social, humanitario y periodístico".

Por esa vía, el señor Fazio toma nombres, a derecha e izquierda, y sin más pruebas, los mezcla en su batidillo conspirativo, para "aclararle" a los lectores que "tradicionalmente" una de las herramientas privilegiadas para los fines subversivos de los agentes de la CIA y sus organismos de provocación o "pantalla" ha sido la promoción de la "democracia" y "la defensa de los derechos humanos".

¿No es acaso ésta la misma tesis de los reaccionarios, que ven subversivos por todas partes, embozados en una "fachada" democrática? Sinceramente, nos parece cosa de locos que se vuelvan a usar, en sentido opuesto, las "teorías" conspirativas y paranoicas de Díaz Ordaz, que en su tiempo nos veía manipulados por el "imperialismo ruso", y como títeres de Fidel Castro en una gran "conspiración" internacional contra México.

Somos militantes de la izquierda mexicana desde hace más de 35 años y nos ha ofendido este trato despectivo e infame que, desgraciadamente, nos recuerda los tiempos de la guerra sucia, cuando el gobierno usaba infiltrados para correr la "bola" de que tal o cual militante era "policía", y así minar la sólida confianza entre compañeros.

Por último, como nosotros no sabemos quién sea el señor Fazio, ni tampoco cuál sea su interés en llenarnos de mierda, le pedimos, por este medio, que le pare a su carro.

Alberto Sánchez y Guillermo Robles

Señora directora: Parece que los izquierdistas de marras no pueden distinguir entre las "teorías conspirativas y paranoicas" de Díaz Ordaz y las conspiraciones reales orquestadas por Estados Unidos en nuestra América (México incluido), con eje en la promoción de "la democracia" y "los derechos humanos".

Al respecto hay abundante literatura (recomiendo los tres tomos de la Cronología de las intervenciones extranjeras en América Latina de Gregorio Selser) y documentos de inteligencia recientemente desclasificados.

También existe bibliografía sobre el uso histórico del terrorismo por los conspiradores anticastristas de Miami y sus promotores en Washington (voladuras de aviones, intentos de asesinatos contra Fidel Castro, atentados con bombas contra hoteles, epidemias contra la caña de azúcar, dengue hemorrágico, etc.).

En cuanto al mensaje críptico que contiene la carta dirigida a usted, hago acuse de recibo, junto con las llamadas telefónicas de "disidentes cubanos" a mi domicilio. Quede como constancia pública, por "si los carros".

Carlos Fazio

Señora directora: Con el afán de contribuir a mantener la objetividad y precisión que han caracterizado a La Jornada me refiero a la información publicada sobre los sucesos del 27 al 28 de agosto de 1968.

El 2 de octubre del presente se publicó en primera página una fotografía en cuyo pie se escribió: "La imagen del desalojo militar del mitin estudiantil del 27 de agosto de 1968 en el Zócalo forma parte del archivo comprado por la UNAM..."

El 3 de octubre (2002) se dice: "...la entrada de las tanquetas al Zócalo capitalino, que arremetieron contra los estudiantes en el desalojo del 27 de agosto de 1968" (p. 7). Cabe aclarar que el desalojo del Zócalo por el Ejército y las fuerzas policiacas se realizó el día 28 de agosto de 1968, aunque en realidad fueron dos: el primero a la una de la mañana, cuando alrededor de cuatro mil personas nos quedamos, después del mitin el día 27, para demandar el diálogo al gobierno el 1º de septiembre. El otro desalojo se efectuó a las 14 horas del 28 de agosto, después del "acto de desagravio" a la bandera, el cual fue convocado por el gobierno.

Dr. Raúl Rojas Soriano, profesor de la UNAM