Aclaró no tener compromisos con diputados,
partidos políticos ni con el presidente Fox
Soy Ana Guevara de México y nada más,
dijo la campeona del mundo
Tumultuoso homenaje rindieron a la velocista sonorense
en el Palacio Legislativo
ROSALIA A. VILLANUEVA
Ana Guevara dejó bien clara su posición
ante los legisladores al decirles que su presencia en la Cámara
de Diputados no representaba un compromiso mutuo, porque cada uno sabe
cómo hacer su trabajo. Ellos en la política y ella en la
pista "con ejemplo, carácter, disciplina y esfuerzo, que son los
valores que represento por México, porque a mí nada me ha
doblegado ni tampoco me he rendido''.
Atenta a los discursos de cada uno de los líderes
de las fracciones parlamentarias que ayer le rindieron homenaje en un repleto
Salón Legisladores, escuchando elogios al por mayor de los diputados
que interrumpieron la sesión, para ver o estar cerca de la velocista
sonorense, quien desde que llegó al recinto causó revuelo
y tumultos, pese al dispositivo de seguridad impuesto hasta que la deportista
se despidió.
En dos horas, Ana Guevara escuchó lo que sabe
y vivió en sus inicios. Que el deporte nacional tiene carencias,
que no hay recursos, que los atletas no tienen apoyos, que falta cultura
deportiva, que se necesita de muchas Anas para salir de la mediocridad
en que se ha caído por la nula capacidad de los directivos.
Empero, también arrancó infinidad de aplausos
cuando la señalaban como ejemplo a seguir de millones de mexicanos
y orgullo del género femenino, en un país donde "vivimos
tiempos turbulentos'', diría la priísta Beatriz Paredes,
presidenta de la 58 Legislatura en San Lázaro, quien no ocultaba
su admiración hacia la campeona de la Liga Dorada de Atletismo en
Europa, del Grand Prix de París y de la Copa del Mundo en Madrid,
España.
En su turno, el perredista Martí Batres, quien
la definió como "mujer de éxitos'', subrayó que falta
una política de Estado que promueva el deporte, porque muchos atletas
se pierden en el camino por diversas circunstancias, por lo que sugirió
que con "el estímulo que nos da Ana'', se eleve el deporte a rango
constitucional.
Tras saludar desde la tribuna a Nelson Vargas, titular
de la Conade, Alberto Anaya, del Partido del Trabajo, incisivo esbozó:
"El triunfo no debe convertirse en botín de instituciones y supuestas
dependencias deportivas'', mientras Felipe Calderón, del blanquiazul,
externó que la velocista "nos abre el rostro de un país diferente
y ganador'', en el que el deporte ya no debe estar en el "el ya merito,
el fallar los penales y buscar culpables''.
Una Ana Guevara tallada en bronce y una réplica
de la antorcha olímpica de los juegos de México 68, que le
entregó Queta Basilio con la esperanza de que la guíe al
triunfo en Atenas 2004 en la prueba de 400 metros planos, la deportista
de Nogales salió del salón acompañada de un prolongado
aplauso.
Fuera de la ceremonia y lejos del apapacho de los políticos,
que aprovecharon el receso de la sesión para tomarse fotos con la
distinguida visitante, de empleados y estudiantes que hacían largas
filas para arrancarle un autógrafo, la monarca del orbe, en conferencia
de prensa, señaló:
"No soy Ana Guevara de los diputados, ni soy Ana Guevara
de los partidos, ni Ana Guevara del presidente (Vicente Fox), ni soy de
los demás. Soy Ana Guevara de México y punto, porque es lo
que represento."
Manifestó que su presencia con los legisladores
no la compromete. "No hay presión, porque yo no trabajo en la Cámara
de Diputados sino en la pista. El compromiso es de ellos y espero que el
deporte sea un derecho constitucional para las futuras generaciones; ojalá
las palabras que escuché no se las lleve el viento''.