Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 7 de octubre de 2002
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Deportes

ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Desencuentro mundial de novilleros

TRES HORAS DE tedio por falta de criterio. No se puede creer que gente con la fortuna, experiencia y habilidad, que no talento, para hacer negocios en diversos campos, nomás no de una cuando de promover la fiesta dé los toros en México se trata.

COMO QUE RESULTA evidente que la manoseada actividad de financiar el ninguneado espectáculo se utiliza para fines menos claros que promover, con los mismos criterios empresariales que tantas utilidades arrojan en negocios serios, el espectáculo taurino en México.

ALGO HAY DE sucio, de evidentemente chueco, en esta diversidad de criterios para ganar dinero y para, a la vez, reducir una tradición de casi 500 años a grotesca pantalla de negocios poco claros.

IMAGINATE LECTOR, que los estos empresarios emplearan idénticos criterios en, por ejemplo, Telmex, Iusacell, Cinemex, Palacio de Hierro y estado de Veracruz, que en promover la fiesta de los toros. Estarían fuera de la competencia y fuera de mercado, Ƒverdad? Sin embargo, los señores hacen como que invierten, arriesgan y pierden en dizque promover, sin ningún rigor de resultados, el espectáculo taurino en nuestro país.

EN LA DECIMOSEXTA novillada en la Plaza México -siete la empresa Promotora Plaza México, SA, seis la Feria Nacional del Novillero Telmex 2002, y segunda del Encuentro Mundial de Novilleros-, con otra pobrísima entrada, se jugó una mansada de José J. Marrón Cajiga que, no obstante, permitió constatar los niveles de entrega y de técnica de los novilleros dizque seleccionados: Rafael Rivera, fichando ya un ilustre apellido en la tauromaquia; Guillermo Martínez, enjundioso pero sin expresión, y Roberto Galán, con oficio pero sin intuición. Si así seleccionaran en sus negocios rentables...

ASI COMO HAY toreros que sacan al público de la plaza, los hay, aunque muy escasos, que lo sacan de la casa para ir a verlos donde se presenten, y más cuando han anunciado, hartos de ser toreros de excepción sumidos en la decepción, su campaña de despedida.

TAL ES EL caso del carismático tlaxcalteca Rodolfo Rodríguez, El Pana (Apizaco, 1952), que en 23 años de alternativa no sólo logró despertar la mayor expectación del público en plena dictadura de Manolo Martínez, sino que además declaró que éste y otros que también figuraban, de plano lo pararon, evitando alternar con él, como luego ha sucedido con otros ídolos en cierne.

MAS QUE UN pecado de El Pana y otro exceso del voluntarioso Martínez -algunas de cuyas imposiciones seguimos padeciendo-, la carrera de Rodolfo es fiel reflejo de las enanas mentalidades empresariales taurinas que por acá se estilan, por lo menos desde hace tres décadas: la mesa puesta para los de fuera, las migajas para los de aquí.

CONGRUENTE CON SU polémica trayectoria, ayer, por segunda vez, fue suspendida la corrida de despedida anunciada en la Villa Charra de Toluca, industriosa ciudad empeñada en futbolizar su vida, más que en revitalizar sus tradiciones.

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