Tres de cada 50 libros que esa editorial vende
son del premio Nobel
Gracias a Gabo, Diana aún es independiente
Junto con la colombiana Norma, la casa mexicana es de
las favoritas del escritor
RENATO RAVELO
De
cada 50 libros que la editorial Diana vende, de un catálogo conformado
por mil títulos, tres son de Gabriel García Márquez.
Son 150 mil de los 2 y medio millones que, aproximadamente, vende al año
la editorial, que en enero de 2003 publicará la recopilación
de los trabajos periodísticos de García Márquez reunidos
en cuatro tomos.
Gracias a García Márquez la editorial es
una de las últimas opciones de independencia ante las grandes absorciones
empresariales. Incluso Sudamericana, la editorial que publicó por
primera vez Cien años de soledad en Argentina, ya forma parte
de uno de estos nuevos corporativos, Random House Mondadori, que tuvo que
negociar en más de 5 millones de dólares Vivir para contarla,
su esperada autobiografía, cuyos 50 mil ejemplares comienzan a circular
en México el próximo 10 de octubre bajo el sello de editorial
Diana.
Este trato especial que recibe la editorial mexicana Diana,
fundada en febrero de 1946 por José Luis Ramírez Cerda y
que ahora dirige José Luis Ramírez Cota, es una mezcla del
aprecio del Nobel a México, pero tiene su antecedente a finales
de los sesenta, cuando el actual director iniciaba su carrera y conoció
a Carmen Balcells.
La célebre agente literario de García Márquez,
Fuentes, Vargas Llosa y Vázquez Montealbán "es dura, pero
hace su trabajo, que es defender a los escritores", define Ramírez
Cota, y cuenta cómo la conoció físicamente en Washington
-los contactos anteriores habían sido por correo- y cómo
en su momento lo apoyó cuando quiso fundar Diana España.
Solamente Diana y Norma en Colombia mantienen esa preferencia
de García Márquez. La editorial colombiana, por cierto, pondrá
a circular en ese país la autobiografía, que originalmente
se llamaba Vivir para contarlo, el martes 8 de octubre a las ocho
de la noche.
Fue hasta la década de los noventa cuando se pudo
constatar lo que desde mediados de los ochenta se rumoraba: el Nobel colombiano
era pirateado por Oveja Negra, su antigua casa editora. Un libro
fechado en los años ochenta en Santafé de Bogotá -la
capital colombiana retomó ese nombre a partir de la Constitución
de 1991- lo confirmó. Por tratarse de un amigo, García Márquez
no quiso nunca que se siguiera acción penal alguna.
Es a mediados de los ochenta cuando Balcells, la agente
literaria catalana, hace lo que nadie había hecho: ''en un principio
los libros de Gabo los publicaba Sudamericana en Argentina y La
Oveja Negra en Colombia. Carmen decidió por primera vez partir en
cuatro: Sudamericana para el cono sur, Norma para el pacto andino, Mondadori
para España y Diana para México".