Antonio Gershenson
La orientación de los votantes
Hace unos meses, se habló de un viraje a la derecha en los votantes en varios países. En ese momento decíamos que más bien se trataba de una polarización, pues por ejemplo en Francia una parte de los votos que habían sido socialistas se inclinó por agrupaciones más a la izquierda de su anterior opción, y eso contribuyó a que el candidato Jospin no llegara a la segunda vuelta, sino el ultraderechista Le Pen. Decíamos que el punto de partida de este proceso de polarización, a escala nacional e internacional, habían sido los atentados del 11 de septiembre y la sobre- rreacción contra los mismos. Y que era importante que nuestro país no fuera a ser alcanzado por esa polarización, ni a alinearse con uno de los polos.
Ahora vemos una serie de hechos que muestran una orientación a la izquierda, o a la centro izquierda, en varios países. Primero, en Suecia la derecha es derrotada y el Partido Social Demócrata no sólo conserva el poder, en alianza con comunistas, verdes y Partido de Izquierda, sino que aumenta su porcentaje de votos frente a la elección anterior, de 36 a 40 por ciento. Luego, en Alemania también conserva el poder la socialdemocracia, aunque en una elección más reñida. En este último caso fue notorio el papel de la oposición del primer ministro alemán a la intervención militar en Irak. Y hoy es la elección presidencial en Brasil, en la que más que si gana o no Lula, del Partido del Trabajo, se va a definir si gana en la primera vuelta al tener mayoría absoluta, o si se va a la segunda.
Estos hechos son, a la vez, contrarios a esa polarización que tiene su fase extrema en la guerra. Y en ese contexto se desenvuelve, también, nuestra situación actual. Nuestra situación como país, en general, y en particular en el plano electoral.
En las recientes elecciones locales, los resultados han dependido de cuáles son las fuerzas principales en cada lugar. Así, el PRI ha recuperado terreno donde su principal rival es el PAN, pero en Michoacán perdió frente al PRD. Hoy, en la elección de Guerrero, se verá en qué medida el caso michoacano configura una tendencia. En Guerrero también la elección es básicamente entre PRI y PRD.
Lo que sí es claro es que la tendencia de las elecciones locales ha sido desfavorable al PAN. Con la excepción de la ciudad de Puebla, que ni siquiera el resto del estado del mismo nombre, el partido que podría considerarse como en el gobierno ha perdido varias posiciones y un notorio porcentaje de votos. Sin embargo, el cuadro no apunta, por lo menos hasta ahora, a que el PRI pueda tener mayoría en la Cámara de Diputados, que se renueva el año próximo. Sí se ve probable que el PRI tenga, como ahora, la minoría más numerosa, y a que el PRD aumente su porcentaje de votos y de diputados, pero seguirá habiendo tres fuerzas, de las cuales cualquier agrupamiento de dos tendrá la mayoría. En cualquier caso, el Senado no se renueva sino hasta 2006, por lo que esta situación, en la que el gobierno surgido del PAN requiere del apoyo de uno de los otros dos principales para gobernar, se mantendrá durante varios años.
Este cuadro implica que será difícil hacer que México se sume a uno de los polos en el cuadro mundial. Por más que el secretario de Relaciones Exteriores haya emitido declaraciones, e incluso llegado a algunos hechos, que pudieran apuntar en ese sentido, es claro que el Senado se ha mostrado mayoritariamente en contra de esa tendencia, y esa es la cámara que tiene a su cargo el control, por el Congreso de la Unión, de la política exterior.
Es importante que México no se inscriba en esa polarización, en retroceso a escala internacional, como lo muestran los ejemplos citados al principio de este escrito, ni se deje llevar a ella en lo interno.
