La coacción jamás prosperará, señala Bravo Mena
PAN: respaldo al Presidente en su afán de afirmar el estado de derecho
ROSA ELVIRA VARGAS
Con gran optimismo por el avance que llevan las negociaciones salariales con el sindicato petrolero, y a la espera de fijar hoy mismo la posición partidista frente a los recientes hechos en el llamado Pemexgate, Luis Felipe Bravo Mena adelantó que el PAN acompaña "mano a mano y hombro con hombro" el "esfuerzo" de Vicente Fox por afirmar el estado de derecho y el rechazo a toda especie de chantaje.
Aseguró que "no prosperará" ningún mecanismo de coacción, y confirmó que ha estado en constante contacto con el jefe del Ejecutivo federal, "simplemente (para) estar en la información sobre cómo van los acontecimientos" y que el PAN esté en el lugar que le corresponde en este tema, que no es el de ser actor en un asunto ante todo jurisdiccional y laboral, en el cual los partidos políticos "no tenemos que andar metiendo las narices".
Advirtió que si no se evita caer en el chantaje, en México podrían imperar los intereses del más fuerte, del más "mañoso" y del más perverso, y eso "simplemente es la destrucción del país y la anarquía".
Después de clausurar un foro organizado por la fundación blanquiazul Rafael Preciado, al que asistió de manera excepcional el titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, el dirigente del PAN hizo explícito el respaldo que concede esa fuerza política al presidente Fox Quesada en la acción de sobreponerse a todo género de chantaje que implique "poner por encima de las instituciones y las leyes cualquier interés particular o privilegio ilegal que exista en el país".
La posición que ha asumido el Presidente, concedió Bravo Mena, "es altamente loable y positiva".
Agregó que no se está conculcando el derecho a la huelga de los trabajadores petroleros, sin embargo, puntualizó que mezclar una negociación de carácter laboral -"que por cierto va por muy buenos términos, constructivos y de búsqueda del interés de las partes"- con el "otro tema", para buscar la impunidad, es algo que tanto el gobierno como el pueblo de México "rechazan contundentemente".
Se le inquirió entonces si existe confianza de que la huelga anunciada para el primer minuto del 2 de octubre logre conjurarse estrictamente por la vía laboral, y respondió que espera se imponga la responsabilidad de todos los actores involucrados y que el gobierno, con una actitud prudente "pero al mismo tiempo firme", no dejará que se debilite el estado de derecho.