Primera proyección de su película,
que compite en la sección oficial de Donostia
El crimen del padre Amaro debe apreciarse como
filme y no por el escándalo: Carrera
Como el cine depende de la taquilla, la Iglesia católica
no tuvo tanto éxito, dijo el director
La vida mexicana funciona con o sin narcos, expresó
el actor Pedro Armendáriz
MERRY MAC MASTERS ENVIADA
San
Sebastian, 24 de septiembre. En la primera de cuatro proyecciones de
El crimen del padre Amaro en el Festival Internacional de Cine de
San Sebastián, al cual llega la película de Carlos Carrera
después de una polémica en México y en busca de la
Concha de Oro, el numeroso público de la sala se carcajeó
en varias ocasiones de los sucesos en la pantalla. Los aplausos de un sector
de los presentes irrumpieron cuando el padre Benito le recuerda al padre
Amaro que hizo un voto de castidad, y éste contesta: ''¡ah,
porque me obligaron!"
Carrera aseguró aquí que el filme -visto
en México por cinco millones de personas- no iba a funcionar de
la misma manera: ''No creo que arme un escándalo similar". Eso,
no obstante, se podría dar en otros países de Latinoamérica
''si se suscita algún problema con la jerarquía católica".
Columbia ya adquirió los derechos para su distribución mundial.
Al director le parece sano que aquí El crimen
del padre Amaro sea visto como lo que es: una película y no
en función del escándalo. Porque ''la intención al
hacerla no fue provocar ni formular una denuncia, sino hacer una cinta
sobre estos personajes -sucede que son sacerdotes-, sus conflictos y contradicciones".
Presiones de Gobernación
Carrera siempre tuvo clara la decisión de hacer
el filme y ''dejar todo como había sido concebido". Pero ''de repente
sí existieron presiones de la Secretaría de Gobernación
para que cortáramos, en concreto, tres escenas: el letrero que pone
México 2002, porque esas cosas no suceden en el país; lo
del manto de la virgen y lo de la hostia al gato. Bueno, primero querían
que la película no saliera, después pidieron esos tres cortes.
Pero no hay manera legal de censurar una cinta, eran sugerencias. Siempre
dijimos no, no cortamos nada. Estaba seguro que finalmente no iba a haber
problema y que muchas personas la iban a apoyar".
Pedro Armendáriz, quien interpreta el papel del
presidente municipal encubridor, expresó:
''De una manera u otra el secretario de Gobernación
(de México) respetó porque la presión de muchos sectores
fue muy fuerte."
Respecto de la fuerza actual de la Iglesia católica
en México, Carrera observó: ''Esta vez no les funcionó,
pero les ha resultado en otras ocasiones. Sobre todo en la televisión
pueden presionar porque tienen muchos vínculos con los anunciantes.
Sin embargo, como el cine depende de la taquilla, allí no tuvieron
tanto éxito. Pero sí se meten en contenidos de prensa, sí
presionan para despedir personas, para que no haya publicidad. Por ejemplo,
una telenovela con este tema es impensable. Hubo una y la sacaron del aire
porque todos los anunciantes se pusieron de acuerdo con los obispos. El
tema de la película es la hipocresía en general".
Basada en la novela homónima de José María
Eça de Queiroz, Carrera introdujo modificaciones para relatar la
historia del joven cura, su relación con Amelia y la caída
moral del personaje. El realizador explicó: ''Lo que respetamos
de la novela fue la historia principal que funciona exactamente igual en
el Portugal de 1875 que en México y, bueno, en otros lugares debido
a que la imposición del celibato sigue sin modificarse. Los cambios
más radicales fueron la introducción de la toma de las narcolimosnas,
aunque había situaciones similares en la novela, y el asunto de
la teología de la liberación". El guión de Vicente
Leñero también alude al tema del aborto.
En
cuanto a la polémica actual en Portugal debido a la ''libre adaptación"
de una historia del monstruo sagrado de la literatura lusitana,
Carrera dijo:
''Ya pedí disculpas en una revista portuguesa por
el atrevimiento. La película no es una ilustración de la
novela. Me hubiera encantado ir a Portugal y filmar una cinta de época,
pero no fue la intención. Entonces, somos un poco irrespetuosos
con una de las obras fundamentales de la literatura lusitana, pero ya lo
hicimos. Ya qué."
La mesa de la sala de conferencias guardó un lugar
vacío en recuerdo del productor de El crimen del padre Amaro,
Alfredo Ripstein, quien se recupera de un accidente.
La política es la política
Es normal la ''convivencia" en México del poder
político y actividades ilegales como el narcotráfico, se
planteó. Armendáriz observó:
''Es que ya nos conocemos. No nos distraen de la vida.
La vida mexicana funciona con o sin narcos. No es nada halagador
tener un grupo de narcos allí haciendo política. Pero
la política es la política. Eso, más bien hay que
preguntárselo al secretario de Gobernación."
Sobre los personajes poco edificantes y controvertidos
que suele interpretar, Armendáriz bromeó: ''Es que los conozco
y por eso me los dan. No, obviamente hay una línea. Hicimos una
película que se llamó La ley de Herodes, en la que
también interpreté a un presidente municipal con ambiciones
políticas. Aquí es lo mismo. Lo que pasa es que en aquel
momento hice un presidente municipal del Partido Revolucionario Institucional
y ahora es del Partido Acción Nacional. Me falta el del Partido
de la Revolución Democrática y acabo con todos".
Para el papel del padre Benito en un principio se pensó
en el fallecido Paco Rabal. Lo sustituyó su ''hermano pequeño",
Sancho Gracia, quien le rinde homenaje cuando el padre Benito dice haber
nacido en Murcia, al igual que el gran actor español.
Gael García Bernal no está en San Sebastián,
pero sí Ana Claudia Talancón (Amelia), quien reiteró
que el revuelo armado en México ''rebasó todo tipo de expectativas,
gracias a Dios".