Los diez minutos más grandes, apreciaciones sobre el tiempo
Colectivo de 15 realizadores propone recuperar el corto
MERRY MAC MASTERS ENVIADA
San Sebastian, 21 de septiembre. En el Festival Internacional de Cine que aquí se celebra se presentan juntas, por primera vez, las dos partes del filme colectivo Los diez minutos más grandes (Ten minutes older), identificadas como La trompeta (The trumpet) y El chelo (The cello). El proyecto tuvo como objetivo reunir a 15 destacados realizadores para que expresaran su concepto del tiempo. Con este ejercicio también se espera reactivar el mercado del cortometraje.
Los directores Aki Kaurismäki, Víctor Erice, Werner Herzog, Jim Jarmush, Wim Wenders, Spike Lee, Chen Kaige (La trompeta), Bernardo Bertolucci, Jiri Menzel, Mike Figgis, István Szabó, Claire Denis, Volker Schöndorff, Michael Radford y Jean-Luc Godard (El chello) participaron en este proyecto.
Hoy por la tarde tres integrantes de ese colectivo se reunieron con la prensa para hablar del proyecto. Según el español Víctor Erice, el conjunto de las películas, de diez minutos cada una, aporta algo que solos no harían. "Los cineastas en general -como decía Jean Renoir- somos ciudadanos del cinematógrafo y pertenecemos a un país que no viene en los mapas y que se llama cine".
Erice señaló que en las experiencias con celuloide cuenta mucho el azar, pero ''para que el azar produzca efectos de revelación hay que tener una disposición personal''.
Para el proyecto tuvo la suerte de trabajar con ''un pintor que hace lo que quiere con su tiempo; sin embargo, los cineastas no tenemos un tiempo propio en general porque el nuestro es el de la fabricación de un producto industrial".
En su oportunidad Wim Wenders dijo que Los diez minutos más grandes fue un desafío, ''en especial para los directores que hacemos películas demasiado largas''. El cineasta alemán, también presidente del jurado de la sección oficial, optó por contar de forma autobiográfica la única vez en su existencia que sintió que diez minutos eran asunto de vida y muerte.
Volker Schöndorff no tomó en serio el tema del tiempo y mejor trabajó con el elemento sorpresa: ''Lo entendí como narradores de cuentos sentados juntos en una aldea africana o en una taberna española, y uno por uno van relatando. También tiene que ver con divertir. Hablamos mucho de las fallas del cine europeo, la diversidad, esto y lo otro. Participamos en uno y otro coloquio con muchas ideas, así que hace falta de vez cuando sentarse juntos y contar historias''.
Añadió, sin embargo, que a veces sucede un milagro, como en el caso de la película de Erice. Incluso, ''hoy por la mañana le sugerí que la desarrollara en un largometraje''.
Respecto de las ''comparaciones'' entre los diversos segmentos, Schöndorff apuntó: ''De inmediato supe que esto se iba a convertir en una competencia, pero amigable. La parte divertida es cuando escuchas a los demás".