Arrestan en Buenos Aires a implicado en desapariciones
Jefe militar chileno se niega a ofrecer disculpas por violaciones a garantías
DPA, PL, REUTERS Y AFP
Santiago, 13 de septiembre. El comandante del ejército chileno, Juan Emilio Cheyre, reiteró que no pedirá perdón en nombre de las fuerzas armadas por las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
En una entrevista con la estación de televisión de la Universidad Católica y difundida por el canal 13, el jefe militar sostuvo que el perdón es "sólo plantarse frente a una cámara y en 30 segundos dar una opinión personal. Es un acto vacío".
Argumentó que la mejor contribución en esta materia es lo que la institución hace, más que palabras. "Lo profundo -explicó- son las cosas que estamos haciendo, como contribuir con los tribunales a aportar antecedentes".
Insistió en su concepto de reconciliación nacional, y reiteró que el ejército "ha hecho todo lo posible por salvaguardar los derechos humanos".
Destacó los esfuerzos desarrollados por la mesa de diálogo, integrada por militares y representantes de entidades humanitarias, que en enero de 2001 entregó sus conclusiones al presidente Ricardo Lagos tras 20 meses de trabajo. La instancia trató de aclarar la suerte de los detenidos y posteriormente desaparecidos, "muchos de los cuales fueron lanzados al mar", de acuerdo con las conclusiones del informe.
Cheyre expresó, por otro lado, la conveniencia de aplicar la ley de amnistía, dictada por Augusto Pinochet durante su régimen de facto, para los juicios aún pendientes sobre derechos humanos.
"La salida (a estos juicios) es que los tribunales a los que compete y tienen la facultad resuelvan lo antes posible. Cuando se hayan agotado las investigaciones, hay que aplicar la ley de amnistía, con la interpretación que corresponda, sin que nadie interfiera en ella", indicó.
Por otro lado, el militar retirado chileno Luis Ramírez Pineda fue detenido por la Interpol en Buenos Aires, a solicitud de la justicia francesa que investiga el secuestro, tortura y desaparición, en 1973, de un ciudadano francés que vivía en Chile.
Fuentes de la Interpol informaron en la capital argentina que Ramírez Pineda, de 77 años de edad, fue capturado en un hotel ubicado en el centro porteño y llevado al despacho del juez Jorge Urso, quien tiene a su cargo el proceso de extradición.
Las justicia francesa requiere a Ramírez Pineda por la desaparición del ciudadano Georges Klein, ocurrida poco después del golpe militar en Chile, el 11 de septiembre de 1973.
Mientras tanto, el abogado chileno de derechos humanos Nelson Caucoto aseguró en Santiago que el militar retirado está vinculado a violaciones a las garantías individuales por la desaparición de más de una decena de militantes de la Unidad Popular que fueron aprehendidos en el Palacio La Moneda.
Caucoto indicó que en el proceso por las desapariciones de los prisioneros de La Moneda, Ramírez Pineda aseguró desconocer la suerte que corrieron y negó poseer otras informaciones.
Por otro lado, la Corte Suprema negó una autorización a la juez Olga Pires para viajar a Uruguay, quien planeaba ir a ese país para indagar sobre el asesinato del ex agente de la dictadura Eugenio Berríos, que la justicia de esa nación investiga desde hace siete años, informó la secretaria del tribunal.
La Corte Suprema también rechazó, por improcedente, la sugerencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de nombrar a un juez con plenos poderes e investigar los vínculos de militares chilenos con el asesinato de Berríos, quien trabajaba para la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) y cuyo cadáver apareció en una playa uruguaya cercana a Montevideo, en 1995.
La agrupación Familiares de Detenidos y Desaparecidos pidió al comandante en jefe de la fuerza aérea, general Patricio Ríos, que dé explicaciones sobre la posible rearticulación del organismo represor llamado Comando Conjunto, que operó durante la dictadura.
Fuentes humanitarias dijeron que la solicitud fue hecha mediante una carta enviada a Ríos, en virtud de una información publicada por el diario chileno La Nación, el domingo, en relación con la reactivación de ese órgano represor.