Sorpresa e impotencia entre el gobernador de Texas y su comitiva
Río de Janeiro, sede de los Panamericanos
ROSALIA A. VILLANUEVA
El júbilo de la delegación brasileña estalló en el amplio salón de la Asamblea de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), cuando el dirigente mexicano Mario Vázquez Raña anunció que la ciudad de Río de Janeiro ganó la sede de los 15 Juegos Panamericanos de 2007, al obtener 30 votos contra 21 que logró un perplejo Rick Perry, gobernador texano, y la derrotada y suplente comitiva de San Antonio. "La ciudad que tendrá la responsabilidad de organizar los juegos de 2007 es Río de Janeiro'', dijo Vázquez Raña.
El sorprendente anuncio ocasionó que reporteros, fotógrafos y camarógrafos de televisión que pensaban que la justa continental sería ganada por delegación texana se dirigieron abruptamente hacia los sudamericanos, que se encontraban festejando del otro lado del salón, brincando, abrazándose y llorando de emoción al compás de La Chica de Ipanema, tema con el que también abrieron su modesta exposición para ganarse el "dulce'' apoyo de los 42 países de América, expresaría el alcalde César Maia, quien mencionó que si de algo estaba orgulloso de su país es "no ser derrotista''.
El presidente del Comité Olímpico de Brasil, Carlos Nuzman, se dijo halagado de obtener la victoria, ya que después de 39 años, Brasil nuevamente organizará los Panamericanos. "Los juegos no son un compromiso de negocios ni de comercialización; nosotros los vemos como un importante apoyo para el desarrollo del deporte brasileño y de los países de América'', dijo, echando abajo la idea del sueño americano que los texanos habían tratado de vender a los delegados con la promesa de si ganaban habría fuentes de que trabajo para los hispanos, porque "la economía de Estados Unidos era fuerte y estable'', afirmaba durante su presentación el alcalde de San Antonio, Henry Cisneros.
Al término de la asamblea y tras escuchar los informes de las dos sedes candidatas, los 42 representantes pasaron a depositar su voto secreto en una urna, para dar muestra de que "nuestra democracia se ha fortalecido'' dentro de la familia olímpica de América, diría Vázquez Raña en el presidium, mientras que el gobernador texano, Rick Perry, como cualquier invitado esperaba sentando en una silla, comiéndose las uñas y apretándose las manos.
La organización de la justa continental programada del 14 al 29 de julio de 2007, representa para los brasileños la vitrina mundial que esperaban para la candidatura olímpica de 2012 o 2016.