Nuevas críticas al panista que se mofó de un legislador porque
habla en tzotzil
Fustigar el uso de lenguas indígenas permite
la represión brutal, advierte diputado chiapaneco
El sonido de ese idioma, hermoso como el "canto de los pájaros",
ha dicho artista pop
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de Las Casas, Chis., 18 de agosto.
El médico Valdemar Rojas López, líder moral
(o bien, histórico) del panismo chiapaneco, diputado estatal,
conocido por sus habilidades ginecológicas, pero sobre todo por
su protagonismo político, se voló la barda el pasado martes
13 en la tribuna del Congreso del estado cuando, para burlarse de un legislador
indígena que acababa de hablar en tzotzil desde la misma tribuna,
tomó la palabra y se puso a hablar en inglés, para exclamar
enseguida: "¿Ya ven cómo no se entiende?" (En aquel momento
de la sesión legislativa se discutían, por cierto, los derechos
de los pueblos indios en el marco de las leyes estatales.)
Quiso
demostrar su punto: que es ridículo hablar una lengua que nadie
entiende. No lo logró, pero levantó una polvareda de pronóstico
reservado. No fue para menos; el tzotzil es la segunda lengua maya de Chiapas,
y posiblemente la más extendida en el territorio. Con sus hermanas
lenguas tzeltal, chol y tojolabal, es hablada por centenares de miles de
ciudadanos chiapanecos y, por ende, mexicanos.
La puntada del legislador Rojas López, con formación
universitaria y decano de la clase política tuxtleca, revela a cuántos
años luz se encuentra la capital chiapaneca del Chiapas indio (aunque
el municipio tzotzil de Zinacantán esté a unos 30 minutos
por carretera del Palacio Legislativo donde perora el doctor Rojas).
En tzotzil se escribe en nuestros días una de las
literaturas más ricas y diversas del boom literario indígena.
Según cálculos personales de este enviado, en los últimos
10 años se han dado a conocer, mediante publicaciones, varias decenas
de nuevos autores de dicha lengua. No es un fenómeno demográfico
(si bien algo hay de eso), sino cultural. Y es extraordinario.
Laurie Anderson, autora, cantante y performer estadunidense,
una de las inteligencias más agudas del mundo pop contemporáneo,
con admiración ha comparado el hermoso sonido del tzotzil con "el
canto de los pájaros".
"Aunque a algunos les moleste que existamos, los indios
tenemos raíces históricas y no nos avergonzamos de hacer
uso en la tribuna de nuestra lengua materna", dijo este jueves el diputado
tzotzil y perredista Marcelino Núñez Pérez, desde
la misma tribuna.
Sumándose a las acusaciones de racismo que le han
llovido al panista, Núñez Pérez manifestó:
"Nadie va a impedir que los pueblos indígenas hagan uso de sus costumbres,
tradiciones y lenguas". Incluso apuntó que esas actitudes del poder
son las que permiten la represión brutal contra los indios, y citó
el caso de 17 tzotziles de El Bosque detenidos el pasado 2 de agosto por
protestar contra el alcalde del lugar.
En un sentido similar se expresaron otros legisladores
locales, como Carlos Pérez, y el controvertido diputado tzeltal
y priísta Pedro Chulín. Como se dice coloquialmente, Rojas
López se puso de pechito.
El presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas
del Congreso federal, el perredista Héctor Sánchez López,
consideró ayer "racista y discriminatoria hacia los pueblos indios
de México" la arremetida del panista. Representante zapoteca del
Istmo, Sánchez agregó: "al hablar en inglés, parece
que su intención (de Rojas) fue más allá. Quería
sentirse superior, y esa actitud debe ser condenada por toda la sociedad".
De propia mano, el doctor Rojas se clavó este viernes
las últimas estocadas en una carta de autodefensa dirigida a un
diario de Tuxtla Gutiérrez, y que por esclarecedora se cita in
extenso:
"Mi intención nunca fue denigrar a los dialectos
indígenas", asegura. (En su apología, el doctor escribe "dialectos",
no lenguas o idiomas).
"Yo mismo sé bastante de tzotzil y lamento no haber
aprendido a cabildear en mi natal Pueblo Nuevo. Es más, mi amigo
el diputado Carlos Pérez me ha enseñado muchas palabras y
alocuciones en tzotzil, y yo le enseño a él algo del inglés
que hablo." (Lector, no te vayas; sigue lo mejor.)
En referencia a su intervención histórica
del día 13, escribe: "Al señalar que la palabra inglesa gay,
cuyo significado todos conocemos, y en cambio muy pocos sabemos qué
significa antzil winick, su equivalente en tzotzil, llevaba una doble intención,
pues según me informan, uno de los diputados batea con la izquierda,
lo cual también es muy su gusto" (el "también" de don Valdemar
resulta inquietante. ¿Se refiere a que hablar tzotzil "también
es muy su gusto" de los indios?), mi intención era simplemente señalar
que es una verdadera pérdida de tiempo que alguien esté hablando
en un dialecto o idioma que la inmensa mayoría de los diputados
y el público no entienden". Eso aduce en su favor, seguro de tener
noción de cuál es el "público" en esta entidad.
Prosigue Rojas: "Prueba de ello es que cuando alguien
en su afán de protagonismo, que no es el caso del diputado Pérez
(se apresura a señalar), hace que los diputados presentes se dediquen
a platicar entre ellos o a otras actividades que nada tienen que ver con
sus actividades legislativas". ("No me defiendas, colega", podrían
replicarle los diputados chiapanecos).
Padre del anterior alcalde tuxtleco (el también
panista Francisco Paco Rojas), Valdemar Rojas reaccionó de
la manera relatada contra el habla del diputado Juan Hernández,
originario de San Andrés Larráinzar, precisamente la localidad
(tzotzil, sí) donde se firmaron los famosos acuerdos del mismo nombre
que, de cumplirse, darían reconocimiento constitucional a los derechos
y la cultura de los pueblos indios. Con este ingrediente, la boutade
del doctor Rojas adquiere dimensiones épicas, y freudianas.