Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 18 de agosto de 2002
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Cultura
VENTANAS

Eduardo Galeano

Verderías

CUANDO LA MAR ya era mar, la tierra no era más que roca desnuda.

Los líquenes, venidos de la mar, hicieron las praderas. Ellos invadieron, conquistaron y verdearon el reino de la piedra.

Eso ocurrió en el ayer de los ayeres, y sigue ocurriendo todavía. Donde nada vive, los líquenes viven: en las estepas heladas, en los desiertos ardientes, en lo más alto de las más altas montañas.

Los líquenes viven mientras dura el matrimonio entre las algas y sus hijos, los hongos. Si el matrimonio se deshace, se deshacen los líquenes.

A veces, las algas y los hongos se divorcian, por riñas y disputas. Según ellas, ellos las tienen encerradas y no las dejan ver la luz. Según ellos, ellas los empalagan de tanto darles azúcar noche y día.

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