Reunión de huapangueros
Tamazunchale, SLP, 16 de agosto. El reconocimiento a una vida de trabajo y creación fue el homenaje rendido anoche a cinco maestros de la cultura huasteca potosina: la antropóloga Oralia Gutiérrez; la intérprete e investigadora Socorrito Perea; el capitán de danza indígena Agustín Crisóstomo; el huapanguero Justo Ramos Castro, y el compositor popular Vicente Avilés Campos.
En el Jardín Juárez, con intermitente lluvia, la distinción se realizó después de la apertura formal del séptimo Festival de la Huasteca y antes del arranque del Encuentro de Huapangueros, que concluyó casi a la media noche y fue continuado por un pequeño grupo de músicos que decidió robar algunas horas a la madrugada y a la Luna.
Oralia Gutiérrez es conocida por la fundación en Ciudad Valles del Museo Regional Huasteco, hace 30 años; además, es autora de Ofrendas y rituales huastecos y Leyendas huastecas.
Socorrito Perea recorrió por años decenas de pueblos y rancherías para recopilar unas 650 décimas y valonas. Una parte de esa poesía popular se publicó en el libro Décimas y valonas de San Luis Potosí, y la otra verá la luz en una edición de El Colegio de México.
Agustín Crisóstomo, dijo el ''huastecólogo" Enrique Rivas Paniagua, cuenta con una labor de cuatro décadas en la salvaguarda de una de las tradiciones más antiguas de la danza en México, única en su género.
Con casi 75 años, este capitán de la danza de los voladores del Gavilán, de Tamaletón, municipio de Tancanhuitz, tiene como idioma materno al tének, y su preocupación para que este ritual sea visto como ceremonia y no como espectáculo ilustra más que su escaso español.
Celebrando 50 años de trayectoria musical, Justo Ramos es un maestro de la quinta huapanguera, instrumento del son huasteco, por lo general menos mencionado que el violín o la jarana.
ARTURO JIMENEZ /ENVIADO