ENTREVISTA
OTHON RUIZ MONTEMAYOR, PRESIDENTE DE LA ABM
La crisis en EU y América Latina, peligro para
México
LOS PROBLEMAS EN MERCADOS HAN EMPOBRECIDO A ESTADUNIDENSES
Los banqueros rechazan las nuevas auditorías
que pretende efectuar el IPAB. Banorte es la única institución
con capital totalmente mexicano. Se compite para aumentar el crédito,
pero el deterioro del entorno puede frenar la expansión del financiamiento
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El Grupo Financiero Banorte (GFNorte) se ha convertido
prácticamente en una isla en un medio financiero dominado por inversionistas
extranjeros. Convertida en la única institución de crédito
con capital totalmente mexicano, el consorcio regiomontano ha logrado colocarse
a la cabeza del sistema en cuanto al crecimiento de préstamos que
concede. "No estamos en desventaja frente al resto de nuestros competidores",
asegura su director general, Othón Ruiz Montemayor.
En su doble papel de director general de GFNorte y presidente
de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Othón
Ruiz Montemayor pasa revisión, durante una entrevista con La
Jornada, a los retos que enfrenta la institución que dirige.
Y, en los temas generales, afirma que el gremio que representa rechaza
tajantemente la pretensión del Instituto para la Protección
al Ahorro Bancario (IPAB) de realizar una nueva auditoría de los
programas de capitalización y compra de cartera, un proceso contra
el que se han inconformado cuatro grupos bancarios.
El director general del GFNorte apunta que esa institución
se ha colocado a la cabeza en el sistema financiero que opera en el país
en cuanto a crecimiento del crédito, con una tasa promedio en los
diversos instrumentos que ofrece de 12 por ciento real al año. "En
este momento la competencia es por aumentar el crédito", considera,
pero al mismo tiempo advierte sobre un deterioro del entorno que puede
frenar la expansión del financiamiento.
Se trata, dice, de un "riesgo" que está latente
y que identifica claramente con los problemas de los mercados financieros
en Estados Unidos y la creciente inestabilidad en varios países
sudamericanos, factores que combinados representan un potencial peligro
para México.
Explica:
"Realmente los mercados financieros de capitales (las bolsas) han mostrado
una gran volatilidad, y se percibe una pérdida de valor sostenida
y permanente en el mercado de capitales de Estados Unidos y también
en el mexicano.
"Esta pérdida de valor, en el caso de Estados Unidos,
afecta a 77 por ciento de la población que está directa o
indirectamente participando en los mercados de capitales. Y esto ha representado
un empobrecimiento generalizado de los estadunidenses y puede eventualmente
ocasionar un cambio en los hábitos de consumo hacia la baja, que
podría llevarnos a escenarios de crecimiento económico menor
o eventualmente de cero en Estados Unidos. La economía mexicana
desarrolla una gran actividad comercial con Estados Unidos, y si ese país
entrara en un periodo de bajo crecimiento, ello ocasionaría que
México también creciera menos."
Pero no se trata sólo de lo que ocurre al norte
de la frontera. El escenario de menor crecimiento en Estados Unidos, apunta
Ruiz Montemayor, combinado con los problemas financieros en algunos países
de Sudamérica, provoca una situación en la que "hay que extremar
la cautela, tanto en las inversiones como en los gastos".
Se trata, dice, de estar muy atentos a que se fortalezcan
las finanzas públicas. Ello, señala, porque un eventual problema
de incumplimiento en el pago de la deuda de un país como Brasil
-la principal economía latinoamericana- junto con el "resto de las
turbulencias", puede originar una mayor depreciación del peso mexicano
frente al dólar y "eventualmente también causar un incremento
en las tasas de interés".
La clave, asegura, radica en "actuar con cautela", aunque
sin que esto represente frenar proyectos viables que ya están en
marcha.
Banorte, en segmentos específicos
Othón Ruiz no considera que Banorte, el único
banco del país con capital enteramente mexicano, opere en una situación
de desventaja frente a los grandes consorcios financieros, principalmente
españoles y de Estados Unidos, que controlan gran parte del mercado
de crédito en México.
"Competimos en igualdad de circunstancias. Captamos depósitos
en el mercado mexicano y colocamos el ahorro que captamos en el mercado
mexicano. Todo se lleva a cabo en la arena nacional. En ese sentido no
tenemos ninguna limitación para competir. Ellos tienen sus servicios
de captación, nosotros los nuestros. Ahorita la competencia está
en el crédito, en colocar préstamos."
Es, dice, en este terreno en el que Banorte está
haciendo frente a esta competencia. La institución lleva adelante
programas intesos de financiamiento al consumo, a vivienda -en este caso
con algunos planes con la participación de instancias gubernamentales-,
y con entidades como Nacional Financiera (Nafin) está otorgando
préstamos para pequeñas y medianas empresas y, en la capital
del país, para la compra de taxis, en un plan en el que además
de Nafin está involucrado el gobierno capitalino.
El director de GFNorte dice que la cartera de crédito
de la institución presenta un incremento anualizado promedio de
12 por ciento, mientras que la cartera vencida ha disminuido. "La diferencia
entre lo que ocurre ahora y la expansión de crédito que se
registró entre 1991 y 1994 (que a la postre fue una de las causas
que agravaron la crisis bancaria de 1995) es que el incremento de los préstamos
se da principalmente con productos de tasa fija", lo que reduce el riesgo
de incumplimiento en caso de que hubiera un incremento brusco de los réditos.
Señala que "el principal reto" que enfrenta hoy
Banorte es si la institución va a tener la misma habilidad que sus
competidores para captar capital. En este momento, dice, el capital no
es problema para este consorcio financiero, pues cuenta "con posiciones
de liquidez muy importantes y no tenemos limitación para crecer
y para competir". Pero, dice, en el mediano plazo "la gran pregunta es
la captación de capital cuando sea necesario. Esto lo vemos en un
horizonte que oscilará entre los tres y los cinco años, porque
nuestro índice de capital actual se ha visto incrementado por reinversión
de utilidades".
La entrevista es aprovechada para tratar un tema de carácter
general de la banca. Hace unas semanas, el IPAB comunicó a cuatro
instituciones (Banamex, BBVA Bancomer, Bital y Banorte) que una nueva auditoría
a los programas de capitalización y compra de cartera sería
necesaria para que los pagarés que emitió el extinto Fondo
Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fueran intercambiados
por otros documentos avalados por el Instituto para la Protección
al Ahorro Bancario.
Se trata de pagarés con un monto cercano a 200
mil millones de pesos, cuyo intercambio por instrumentos avalados por el
IPAB es necesario para que puedan ser liquidados cuando comience a expirar
el plazo de emisión, hacia 2005. Los directivos de esas cuatro instituciones
se opusieron a la decisión del IPAB y recurrieron a solicitar un
amparo ante la justicia federal contra la nueva auditoría, bajo
el argumento de que ésta ya fue realizada en 1998, cuando el Congreso
contrató al especialista Michael Mackey para que efectuara la revisión.
Hasta ahora, no hay una decisión judicial respecto a cuál
de las dos partes tiene la razón.
Ruiz Montemayor explica que la auditoría planteada
por el IPAB tiene el fin explícito de "reducir el costo del rescate
bancario". En ese sentido, asegura:
"No es una auditoría neutra, sino que se ordena
con el fin explícito de reducir el costo del rescate bancario y,
pues definitivamente, nosotros somos administradores de lo ajeno. No estamos
de acuerdo con esa nueva auditoría, pues ya se han hecho y de diversa
índole, y de acuerdo con nuestra interpretación las diversas
disposiciones que regulan todo esto no prevén que haya auditorías
adicionales y menos explícitamente hechas con el propósito
de reducir el costo del rescate."
Desde su punto de vista, "como administradores que somos,
tenemos que utilizar todos los recursos legales que tenemos a nuestro alcance
para inconformarnos con estas auditorías".
-¿Los cuatro bancos que están en contra
de la auditoría ocultan algo, tienen temor a ser revisados?
-No. Si pudiera en alguna forma desarrollarse un ambiente
de neutralidad en la auditoría no habría problema. Los bancos
no ocultamos nada, somos permanentemente fiscalizados. Estamos sujetos
a una regulación exhaustiva, no hay espacio ni manera para ocultar
nada. El problema que vemos es un prejuicio por anticipado, no es que nos
vayan a revisar sino que nos buscan castigar, con independencia de cómo
salga la revisión. Ojalá no hubiera surgido esta polémica,
pero es una excelente oportunidad para desahogar definitivamente este tema
de una manera ordenada, que es acudiendo a la Suprema Corte. Así
se maneja en los países civilizados.