Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 11 de agosto de 2002
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Economía
ENTREVISTA

OTHON RUIZ MONTEMAYOR, PRESIDENTE DE LA ABM

La crisis en EU y América Latina, peligro para México

LOS PROBLEMAS EN MERCADOS HAN EMPOBRECIDO A ESTADUNIDENSES

Los banqueros rechazan las nuevas auditorías que pretende efectuar el IPAB. Banorte es la única institución con capital totalmente mexicano. Se compite para aumentar el crédito, pero el deterioro del entorno puede frenar la expansión del financiamiento

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

El Grupo Financiero Banorte (GFNorte) se ha convertido prácticamente en una isla en un medio financiero dominado por inversionistas extranjeros. Convertida en la única institución de crédito con capital totalmente mexicano, el consorcio regiomontano ha logrado colocarse a la cabeza del sistema en cuanto al crecimiento de préstamos que concede. "No estamos en desventaja frente al resto de nuestros competidores", asegura su director general, Othón Ruiz Montemayor.

En su doble papel de director general de GFNorte y presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Othón Ruiz Montemayor pasa revisión, durante una entrevista con La Jornada, a los retos que enfrenta la institución que dirige. Y, en los temas generales, afirma que el gremio que representa rechaza tajantemente la pretensión del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) de realizar una nueva auditoría de los programas de capitalización y compra de cartera, un proceso contra el que se han inconformado cuatro grupos bancarios.

El director general del GFNorte apunta que esa institución se ha colocado a la cabeza en el sistema financiero que opera en el país en cuanto a crecimiento del crédito, con una tasa promedio en los diversos instrumentos que ofrece de 12 por ciento real al año. "En este momento la competencia es por aumentar el crédito", considera, pero al mismo tiempo advierte sobre un deterioro del entorno que puede frenar la expansión del financiamiento.

Se trata, dice, de un "riesgo" que está latente y que identifica claramente con los problemas de los mercados financieros en Estados Unidos y la creciente inestabilidad en varios países sudamericanos, factores que combinados representan un potencial peligro para México.

Explica: "Realmente los mercados financieros de capitales (las bolsas) han mostrado una gran volatilidad, y se percibe una pérdida de valor sostenida y permanente en el mercado de capitales de Estados Unidos y también en el mexicano.

"Esta pérdida de valor, en el caso de Estados Unidos, afecta a 77 por ciento de la población que está directa o indirectamente participando en los mercados de capitales. Y esto ha representado un empobrecimiento generalizado de los estadunidenses y puede eventualmente ocasionar un cambio en los hábitos de consumo hacia la baja, que podría llevarnos a escenarios de crecimiento económico menor o eventualmente de cero en Estados Unidos. La economía mexicana desarrolla una gran actividad comercial con Estados Unidos, y si ese país entrara en un periodo de bajo crecimiento, ello ocasionaría que México también creciera menos."

Pero no se trata sólo de lo que ocurre al norte de la frontera. El escenario de menor crecimiento en Estados Unidos, apunta Ruiz Montemayor, combinado con los problemas financieros en algunos países de Sudamérica, provoca una situación en la que "hay que extremar la cautela, tanto en las inversiones como en los gastos".

Se trata, dice, de estar muy atentos a que se fortalezcan las finanzas públicas. Ello, señala, porque un eventual problema de incumplimiento en el pago de la deuda de un país como Brasil -la principal economía latinoamericana- junto con el "resto de las turbulencias", puede originar una mayor depreciación del peso mexicano frente al dólar y "eventualmente también causar un incremento en las tasas de interés".

La clave, asegura, radica en "actuar con cautela", aunque sin que esto represente frenar proyectos viables que ya están en marcha.

Banorte, en segmentos específicos

Othón Ruiz no considera que Banorte, el único banco del país con capital enteramente mexicano, opere en una situación de desventaja frente a los grandes consorcios financieros, principalmente españoles y de Estados Unidos, que controlan gran parte del mercado de crédito en México.

"Competimos en igualdad de circunstancias. Captamos depósitos en el mercado mexicano y colocamos el ahorro que captamos en el mercado mexicano. Todo se lleva a cabo en la arena nacional. En ese sentido no tenemos ninguna limitación para competir. Ellos tienen sus servicios de captación, nosotros los nuestros. Ahorita la competencia está en el crédito, en colocar préstamos."

Es, dice, en este terreno en el que Banorte está haciendo frente a esta competencia. La institución lleva adelante programas intesos de financiamiento al consumo, a vivienda -en este caso con algunos planes con la participación de instancias gubernamentales-, y con entidades como Nacional Financiera (Nafin) está otorgando préstamos para pequeñas y medianas empresas y, en la capital del país, para la compra de taxis, en un plan en el que además de Nafin está involucrado el gobierno capitalino.

El director de GFNorte dice que la cartera de crédito de la institución presenta un incremento anualizado promedio de 12 por ciento, mientras que la cartera vencida ha disminuido. "La diferencia entre lo que ocurre ahora y la expansión de crédito que se registró entre 1991 y 1994 (que a la postre fue una de las causas que agravaron la crisis bancaria de 1995) es que el incremento de los préstamos se da principalmente con productos de tasa fija", lo que reduce el riesgo de incumplimiento en caso de que hubiera un incremento brusco de los réditos.

Señala que "el principal reto" que enfrenta hoy Banorte es si la institución va a tener la misma habilidad que sus competidores para captar capital. En este momento, dice, el capital no es problema para este consorcio financiero, pues cuenta "con posiciones de liquidez muy importantes y no tenemos limitación para crecer y para competir". Pero, dice, en el mediano plazo "la gran pregunta es la captación de capital cuando sea necesario. Esto lo vemos en un horizonte que oscilará entre los tres y los cinco años, porque nuestro índice de capital actual se ha visto incrementado por reinversión de utilidades".

La entrevista es aprovechada para tratar un tema de carácter general de la banca. Hace unas semanas, el IPAB comunicó a cuatro instituciones (Banamex, BBVA Bancomer, Bital y Banorte) que una nueva auditoría a los programas de capitalización y compra de cartera sería necesaria para que los pagarés que emitió el extinto Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fueran intercambiados por otros documentos avalados por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario.

Se trata de pagarés con un monto cercano a 200 mil millones de pesos, cuyo intercambio por instrumentos avalados por el IPAB es necesario para que puedan ser liquidados cuando comience a expirar el plazo de emisión, hacia 2005. Los directivos de esas cuatro instituciones se opusieron a la decisión del IPAB y recurrieron a solicitar un amparo ante la justicia federal contra la nueva auditoría, bajo el argumento de que ésta ya fue realizada en 1998, cuando el Congreso contrató al especialista Michael Mackey para que efectuara la revisión. Hasta ahora, no hay una decisión judicial respecto a cuál de las dos partes tiene la razón.

Ruiz Montemayor explica que la auditoría planteada por el IPAB tiene el fin explícito de "reducir el costo del rescate bancario". En ese sentido, asegura:

"No es una auditoría neutra, sino que se ordena con el fin explícito de reducir el costo del rescate bancario y, pues definitivamente, nosotros somos administradores de lo ajeno. No estamos de acuerdo con esa nueva auditoría, pues ya se han hecho y de diversa índole, y de acuerdo con nuestra interpretación las diversas disposiciones que regulan todo esto no prevén que haya auditorías adicionales y menos explícitamente hechas con el propósito de reducir el costo del rescate."

Desde su punto de vista, "como administradores que somos, tenemos que utilizar todos los recursos legales que tenemos a nuestro alcance para inconformarnos con estas auditorías".

-¿Los cuatro bancos que están en contra de la auditoría ocultan algo, tienen temor a ser revisados?

-No. Si pudiera en alguna forma desarrollarse un ambiente de neutralidad en la auditoría no habría problema. Los bancos no ocultamos nada, somos permanentemente fiscalizados. Estamos sujetos a una regulación exhaustiva, no hay espacio ni manera para ocultar nada. El problema que vemos es un prejuicio por anticipado, no es que nos vayan a revisar sino que nos buscan castigar, con independencia de cómo salga la revisión. Ojalá no hubiera surgido esta polémica, pero es una excelente oportunidad para desahogar definitivamente este tema de una manera ordenada, que es acudiendo a la Suprema Corte. Así se maneja en los países civilizados.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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