Mi nombre es Eva, título de su segunda novela
Eladia González convierte las voces de mujeres en literatura
Importante, enriquecer la condición humana: Eliseo Alberto
ANASELLA ACOSTA NIETO
Las voces de cuatro mujeres que viven bajo el dominio de ''estrictas reglas morales y religiosas" en el México de principios del siglo XX, se convierten en literatura en Mi nombre es Eva (Planeta).
La segunda novela de Eladia González, escritora de origen cubano y naturalizada mexicana, se presentó la tarde del jueves en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes con la participación de los escritores Eliseo Alberto, Germán Dehesa y Guadalupe Loaeza.
En esa novela la protagonista habla desde la muerte y da cuenta de la transición hacia el rompimiento de lo que debía ser la mujer, pero que ya no le toca vivir ni a ella ni a sus primas Macrina, Celeste y Refugio.
Sobre los atavismos que posiblemente desencadenaron esta historia, la autora ha referido en otras ocasiones: ''La Habana era otra cosa de lo que era México; era una vida mucho más abierta desde las casas con puertas y ventanas, y mucha luz. Lo contrario de una casa antigua con cortinas y puertas cerradas y voces silenciosas".
Voces y literatura
Eliseo Alberto destacó el lenguaje em-pleado en la reciente novela de González, pues permite que el ''discurso oral, las confesiones, las voces se conviertan en literatura", lo que muchas veces falla, pero que en este caso no sucede ''con gran dominio dentro de una tradición literaria mexicana muy clara, que tiene su ejemplo mayor en Pedro Páramo (de Juan Rulfo), donde las voces van contando la historia con gran literatura".
No obstante ser una novela ubicada en el pasado, Mi nombre es Eva se vuelve ''muy actual" al plantear ''el valor de una mujer al asumir su vida, su nombre, su sello de distinción", comentó el escritor cubano, y agregó:
''Lo importante de una novela no es la época en la que sucede, es lo que uno pueda aportar sobre la condición humana.
''El hombre es el mismo desde la primera Eva hasta la de hoy, las mismas angustias, temores, miedos y alegrías.
''La modernidad de la novela de Eladia González viene dada por su sabiduría humana, no por su ubicación histórica. El centro de la novela son los personajes más que la trama, cuando hay personajes interesantes, conflictivos, es inolvidable."