Una historia de chantajes, presiones y nepotismo
Protegido con el manto del poder que su partido, el PRI, ostentó en la ciudad hasta 1997, y escudado en el fuero de que ha gozado como diputado local y federal, el líder del Sindicato Metropolitano del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, Fernando Espino Arévalo, ha logrado hasta ahora evadir su presunta responsabilidad en diversas irregularidades en el manejo de recursos de su gremio.
Entre 1989 y 1996 las administraciones priístas del STC-Metro entregaron más de 6 millones de pesos a los dirigentes del sindicato que encabeza Espino -existen recibos que así lo comprueban- para apoyar la construcción de un balneario en Yecapixtla, Morelos, que se comenzó hace 18 años y que a la fecha no existe; para una guardería cuyo costo finalmente cubrieron las autoridades, y para la adquisición de un autobús de lujo que se destinó, primero, a la campaña del ex presidente Ernesto Zedillo, y después para la del propio Espino como aspirante a diputado. El autobús finalmente fue desmantelado y vendido en partes a cambio de papelería, en 1993.
Bajo la vieja práctica de la presión, Fernando Espino logró más tarde que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal cumplieran con viejas prebendas. Entre 1999 y el año 2000, el sindicato del Metro recibió más de 15.5 millones de pesos para sufragar sus celebraciones, congresos y "actividades varias".
Según el registro del sindicato, entre el personal del comité ejecutivo del sindicato del Metro se cuenta la hermana de Fernando Espino, de nombre Guadalupe Espino Arévalo, así como cuatro hermanos de su esposa, María Enriqueta García Villarreal, y dos hermanos de su muy "cercano colaborador" Horacio Pereznegrón.
Otro escándalo alcanzó a Espino Arévalo a principios del año pasado, cuando trabajadores disidentes del Metro denunciaron que recibía doble sueldo: uno como legislador local y otro como líder del sindicato del Metro, situación que él mismo aceptó.
Después de esta denuncia, Espino convocó a un paro de brazos caídos en el Metro, que le significó incluso una denuncia penal interpuesta por las autoridades ante la agencia 50 del Ministerio Público.
Pero en la Asamblea Legislativa el líder moral del Metro obtuvo incluso el apoyo en contra de su desafuero del Partido Acción Nacional, particularmente del diputado Federico Doring, quien en diversas ocasiones se manifestó a favor de Espino.
Además, a partir de la revisión que llevaron a cabo las autoridades capitalinas de los Permisos Administrativos Temporales Revocables en el Metro, la Contraloría General capitalina comenzó un exhaustivo proceso de investigación en este organismo descentralizado, que involucra también al sindicato y su líder, Fernando Espino, priísta de cepa que durante 23 años ha sustentado el liderazgo de este gremio, que debió dejar desde hace meses, y ya prepara su siguiente paso político para lanzarse como candidato a diputado federal por el 37 distrito para el periodo 2003-2006. ELIA BALTAZAR