Esa política sólo ahonda desigualdades, alega el SME
Alerta el PRD sobre argucias para privatizar
la electricidad
RENATO DAVALOS
Frente a la amenaza del secretario de Energía,
Ernesto Martens, en el sentido de que en el futuro México será
un país "a media luz", el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
expuso que las privatizaciones han demostrado que sólo profundizan
la desigualdad. "A mayor precio de tarifas, menor consumo en grandes sectores",
señaló.
A su vez, la profesora Ifigenia Martínez, integrante
del Consejo Político Consultivo del PRD, planteó que su partido
está en favor de la participación empresarial en el sector,
pero de forma acotada. "Tenemos que ser cuidadosos de que no prosperen
argucias jurídicas para introducir cambios constitucionales", dijo.
En el segundo y último día de trabajos del
foro sobre la reforma eléctrica, convocado por el PRD, analistas
privados aseguraron que hay una proyección equivocada del gobierno
acerca de los recursos que requerirá el sector en la próxima
década. La estimación se dispara por la consideración
de una creciente inversión privada, afirmó José Luis
Apodaca, de la Mesa Ciudadana de Observación de la Energía.
Citó que no es cierto que el sector requiera 319 mil millones de
pesos en los próximos 10 años, sino sólo 140 mil millones,
a partir de las propias cifras de financiamiento de la Comisión
Federal de Electricidad.
A
su vez, Francisco Abundis, director de la empresa Parametría, mencionó
que una encuesta que se hizo en junio pasado reveló que 64 por ciento
de la población rechaza la privatización del sector eléctrico
y 51 por ciento declaró que esa condición sería perjudicial
para el país.
La voz de los trabajadores del SME fue llevada al foro
por Ramón Félix Pacheco. El dirigente relató la estrategia
gubernamental de hace casi 30 años en torno a la Compañía
de Luz y Fuerza del Centro. En 1974 se anunció su liquidación
y fue en 1976 cuando se construyó la última planta. No se
ha invertido en ese periodo ni un centavo para generar electricidad.
Pese a las denuncias hechas, nada se ha hecho para resolver
la pérdida de 25 por ciento de la energía por "fraudes" que
se cometen en la zona. Equivale, precisó, a un millón de
los 5 millones de usuarios y a unos 4 mil millones de pesos, es decir,
casi un tercio de las transferencias del gobierno. "No cederemos a chantajes
y presiones que pretenden privatizar el sector por un puñado de
dólares", añadió.
Por su parte, la ex senadora Ifigenia Martínez
aludió a las cifras engañosas que pretende utilizar el gobierno
como argumento privatizador. En el país los grandes consumidores
de energía trabajan con la cuarta tarifa más baja del mundo.
Las proyecciones oficiales están hechas con base
en fuentes de energía como el gas, que elevan la estimación
e incluyen además la participación anticipada de los particulares
en todo el proceso.
También hay una pretensión del gobierno
que confía ciegamente en el mercado, cuando éste ha demostrado
sus efectos devastadores, como con el sector agropecuario, especificó.
La participación privada, resumió, puede darse sin enmiendas
constitucionales. Fácilmente puede crecer la relación entre
inversión y las compras de equipo que requiere la comisión.
Por la tarde, Rubén Flores García, de la
Comisión Reguladora de Energía, planteó que no habrá
éxito en ninguna reforma en este sector mientras no se cuente con
un marco regulatorio adecuado y con una competencia en este ámbito.
Las empresas mexicanas no pueden estar en desventaja respecto de sus competidores.
Admitió que la modernización no pasa necesariamente
por la privatización, aunque dijo que las experiencias en este sentido
en Inglaterra y Argentina permitieron una reducción tarifaria de
casi un tercio.
A su vez, José Manuel Muñoz, de la Mesa
Ciudadana de Observación de la Energía, dijo que no debe
desmantelarse un sistema como el eléctrico "sólo para vernos
modernos o para ceder a las presiones". Los precios tarifarios en las experiencias
inglesa y argentina, refutó a Flores García, se explican
a partir de niveles iniciales muy elevados.