MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
Venta de garaje en Wall Street
Desplumados, los pequeños inversionistas
Especuladores compran a precio de ganga
DESPLUMADOS LOS MICRO, pequeños y medianos inversionistas que cíclicamente alimentan a la gallina de los huevos de oro, las hordas especulativas no desaprovecharon la oportunidad y ayer salieron de shopping a Wall Street, en vísperas de un nuevo desplome bursátil.
CON LAS AMPLIAS FACILIDADES (precios de remate incluidos) que les garantiza el free American style, muchas de las empresas involucradas en los escándalos contables y financieros -fieles participantes en el derrumbe del principal mercado de valores del mundo y en la crisis de confianza que se reporta en él- aprovecharon el breve espacio de ofertas y recompraron sus propias y muy devaluadas acciones con etiqueta de regalo, resarciendo pérdidas y tapando ''errores'' administrativos acumulados. Los desplumados, por su parte, desplumados quedaron.
LA DE AYER NO ES LA primera vez en la que los grandes consorcios proceden en ese sentido. Por el contrario. Tal actitud confirma la norma, seguida religiosamente en todos los centros bursátiles del planeta. Cuántas fortunas, por ejemplo, se amasaron o robustecieron con el crack de 1987 (la ''codicia colectiva'', como la llamó el prócer Miguel de la Madrid) en la Bolsa Mexicana de Valores, cuando 350 mil micro, pequeños y medianos inversionistas fueron pasados a cuchillo por los eufemísticamente llamados ''tiburones del mercado'', quienes pocos años después salieron de shopping a la venta de garage de empresas paraestatales, banca incluida.
EN ESTADOS UNIDOS no tendría por qué ser distinta la actitud de los grandes consorcios -de hecho, son ejemplo empresarial para el resto del mundo-, aunque es necesario subrayar que para la realización de la más reciente venta de garaje en Wall Street primero fue menester desplumar a buena parte del universo de inversionistas en el mercado de valores del vecino del norte -estimado en 60 millones de personas-, muchos de ellos pensionados y jubilados sin más ingreso que el generado por sus dineros confiados a los operadores bursátiles.
EL HECHO ES QUE AYER, tras seis días de caída vertical, los principales indicadores de Wall Street mostraron sorprendentes avances en las primeras horas de operación: el promedio industrial Dow Jones repuntaba 3.71 por ciento, el Nasdaq 4.12 por ciento y Standard and Poor's 500 3.76 por ciento. Los incrementos, desde luego, no alcanzan a cubrir las pérdidas acumuladas en el mercado, pero sí para acumular un buen volumen de acciones baratas de las llamadas empresas triple A. A mediodía el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores reportaba un crecimiento cercano a 3 por ciento.
PARALELAMENTE, LOS OPERADORES del mercado están esperanzados en que la Reserva Federal anuncie un nuevo recorte en las tasas de interés. ''Estamos escuchando ciertos rumores en ese sentido y ello ciertamente está contribuyendo a mejorar las cosas; los inversionistas esperan que una decisión de esa magnitud ayude a la economía y nos salve de recaer en la recesión'', de acuerdo con un despacho de Reuters que retoma las declaraciones del jefe del grupo de acciones de Estados Unidos de Deutsche Bank Private Banking, Owen Fitzpatrick, institución que maneja inversiones por 7 mil millones de dólares.
SIN EMBARGO, NO ES LA única noticia positiva que los mercados esperan impacientemente, porque los efectos de la recesión, los ataques del 11 de septiembre y los escándalos contables y financieros han provocado una drástica caída en los montos de inversión extranjera en Estados Unidos que han tocado importantes intereses bursátiles. De acuerdo con un reporte del Departamento de Comercio de aquel país, publicado por The New York Times, la presencia de capital foráneo en la economía estadunidense se desplomó en más de 60 por ciento tan sólo en 2001 y en el presente año la situación ha empeorado.
EN ESTE SENTIDO, el monto de la inversión extranjera directa en Estados Unidos pasó de 301 mil millones de dólares en diciembre de 2000 a 124 mil millones en igual mes de 2001, y a lo largo de 2002 la situación no ha mejorado, reconoció el Departamento de Comercio. The New York Times anotó que ''los inversionistas extranjeros que contribuyeron de manera sustancial a la expansión económica de la última década se están tornando cautelosos con la economía nacional... La tendencia está aumentando la presente debilidad y dificulta una robusta recuperación... Tras una gran expansión en las últimas dos décadas, hoy las compañías extranjeras tienen una presencia corporativa lo suficientemente fuerte como para poder fortalecer o debilitar con su comportamiento la economía nacional''.
MUCHOS SECTORES SUPONIAN que en 2002 la inversión extranjera en Estados Unidos inundaría de nueva cuenta el mercado de ese país, como resultado de ''las expectativas de una rápida recuperación y bajos precios en que se podían comprar muchas compañías, en particular en el sector de alta tecnología, pero no ha sido así... Los extranjeros estaban a punto de volver a invertir cuando su confianza se vio afectada por los escándalos corporativos y la caída de la bolsa... Ahora no pueden conseguir financiamiento y sus propias economías nacionales se están debilitando''.
EL DIARIO DESTACO que la fuerte reducción en el renglón señalado ha contribuido a ''una disminución todavía más crítica en las inversiones de capital extranjero para ampliar o renovar sus operaciones aquí... Estos gastos han bajado de 15 a 20 por ciento desde su punto más alto de 136 mil millones de dólares de 1999'', según las estimaciones de Morgan Stanley, que recuerda que los europeos en particular ''entraron en el mercado estadunidense con espectaculares adquisiciones y enormes inversiones para ampliaciones sin lograr los resultados esperados... Por esa experiencia, van a regresar con extrema cautela... (Ahora) ningún aspecto de la economía de Estados Unidos es más importante para la recuperación que las inversiones de capital, gastos para nuevas fábricas, maquinarias, computadoras, oficinas e instrumentos de producción que contribuyen a la expansión económica'', aunque nadie podría apostar a que se registre un regreso masivo.
UNA PIEDRA MAS en el zapato de la recuperación ya no del vecino, sino de un país que todos conocemos.
Las rebanadas del pastel:
PAPA, PAN Y CIRCO -en el Zócalo-, claras señales del cambio.
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