Ejidatarios de San Salvador y Texcoco rindieron homenaje a Espinoza Juárez
"Ya no hay peligro de que te saquen de tu tumba"
Les preocupa que el gobierno del estado de México cumplimente las órdenes de aprehensión
RENE RAMON ALVARADO CORRESPONSAL
San Salvador Atenco, Mex., 3 de agosto. José Enrique Espinoza Juárez ya podrá descansar en paz, porque el panteón en el que está sepultado su cuerpo no desaparecerá, ya que no será en estas tierras donde se construya el nuevo aeropuerto, dijeron ante su tumba los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
"Tu cuerpo y alma tendrán dónde estar, cerca de tu familia, porque ya no hay peligro de que te saquen de tu tumba", señaló uno de los cientos de ejidatarios de los pueblos de San Salvador Atenco y Texcoco que respondieron al llamado a participar en el homenaje religioso a su compañero, quien perdió la vida días después de haber participado en el enfrentamiento con granaderos del estado de México, ocurrido el 11 de julio pasado en el municipio de Acolman.
A las 13:00 horas, hombres, mujeres y niños comenzaron una marcha de más de tres kilómetros, para luego participar en la misa de los nueve días que se celebró en la parroquia de San Francisco de Asís, cuyo templo y parte del atrio apenas fue suficiente para albergar a la gente.
Ahí, el párroco Polo Fuentes pidió a los ejidatarios tener fe en Dios. "El santo Juan Diego y los beatos Jacinto de los Santos y Juan Bautista eran campesinos, al igual que ustedes". A la familia le dijo: "les queda un recuerdo doloroso y triste, pero también tienen que tener fe, porque para la fe no hay distingos, por eso pedimos perdón por los pecados de Enrique para que tenga un eterno descanso".
Las órdenes de aprehensión
En el atrio, Mauricio Pájaro Huertas, una de las nueve personas que fueron detenidas el 11 de julio cuando se enfrentaron a los granaderos mexiquenses, informaba que había "preocupación porque el gobierno estatal quiere infundir miedo, pues sabemos que puede ejecutar las órdenes de aprehensión".
Explicó que los procesos que enfrentan Raquel Rojas Salas, María Isabel Avilés, José Juan Martínez, Manuel Núñez Arias, Gil Morales Pérez y él están atorados en el penal estatal Molino de Flores, ubicado en el municipio de Texcoco, debido a que el juez en turno se encuentra de vacaciones.
Pájaro Huertas indicó que desde el 11 de julio sólo en una ocasión tuvieron que acudir a firmar, pero como el juzgado primero de lo penal con sede en el penal de Chiconautla, en Ecatepec, se declaró incompetente, "no sabemos qué es lo que va a pasar".
Añadió que hasta donde tienen conocimiento, el gobierno del estado de México mantuvo la postura de continuar con los procesos en su contra, pese a que el gobierno federal determinó cancelar la construcción del aeropuerto en sus tierras. "Aclaramos que no tenemos nada de qué arrepentirnos. Nosotros no fuimos quienes los molestamos; fueron ellos quienes vinieron a nuestras comunidades a molestarnos".
Comentó que le ha llegado información en el sentido que la Procuraduría General de la República ya canceló las denuncias que inició contra los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, "pero han sido voces no oficiales, pues esa versión ha surgido entre los vecinos; esperamos que así sea y que el gobierno del estado también haga lo mismo".
Pasaban las 15:00 horas cuando en el interior del templo concluyó la misa y Claudio Duana dijo unas palabras en honor de José Enrique Espinoza Juárez: "Siempre lo llevaremos en el corazón, siempre lo recordaremos".
Antes, Ignacio del Valle comentó: "el motivo por el cual José Enrique ofrendó su vida se ha cumplido. Estamos satisfechos y estamos seguros de que si él estuviera también estaría contento".
Los integrantes del frente, provenientes de los pueblos de Acuexcomac, Nexquipayac, Santa Isabel Ixtapa, Atenco, Magdalena Panoaya, Tocuila, San Felipe y Santa Cruz, de los municipios de San Salvador Atenco y Texcoco, caminaron hasta el panteón de la comunidad donde vivió José Enrique. Ahí, entre rezos, las mujeres hicieron la limpieza de la tumba y colocaron nuevas veladoras y flores.
Entre la docena de coronas, ya con sus flores marchitas, se excavó un hoyo, donde Juan y Andrea, los menores que dejó huérfanos José Enrique, colocaban la cruz en la tumba.
Por la mañana, en la cabecera de San Salvador Atenco se celebró una comunión colectiva, donde al menos 100 menores de edad acudieron a la iglesia del Divino Salvador para recibir la bendición. Debido a que durante estos días se celebran los festejos del santo patrono del pueblo, en decenas de viviendas se hicieron los preparativos, más tarde se ofreció comida y baile a familiares y compadres que vienen desde el Distrito Federal y otras partes de la República, para compartir el pan y la sal con los vecinos de esta comunidad.
El resto de la tarde transcurrió en calma y la mayoría de los ejidatarios aprovecharon la tarde para participar en el comienzo de la fiesta religiosa, la cual concluirá el próximo miércoles.