Regresa el performancero colombiano a Ex Teresa con una retrospectiva
El arte puede con todo, dice Rosemberg Sandoval
La exposición incluye 32 obras procedentes del museo La Tertulia, de Cali
MERRY MAC MASTERS
Las obras y acciones del artista colombiano Rosemberg Sandoval (Cartago, Valle, 1959) hablan por sí solas, con voz franca e inquietante. Con más de 20 años de performancero e instalador -emplea los medios de acuerdo con sus necesidades-, Sandoval lo mismo ''escribe" sobre la pared con el cuerpo mugroso de un indigente que construye un objeto con desechos de un atentado terrorista.
A principios de los años 80, cuando el artista inició su producción, una de las opciones era ''la redefinición de cosas basadas en el conceptualismo que acababa de perecer". Otra opción era la vuelta a la pintura que nunca le interesó. Con candor, Sandoval expresa:
''El principio de la investigación de mi trabajo está relacionado básicamente con material orgánico. Además, me interesa mucho reconstruir a partir de la historia, ya sea anónima u oficial. Me interesó mucho al comienzo, también ahora, el precedente de los materiales, su historia, su tratamiento. Vivo en un país muy convulsivo que es Colombia y mi trabajo tiene mucha proporcionalidad con todo lo que allí se vive."
Desafío contra todo
En 1996, Rosemberg Sandoval escribió sobre las paredes y parte del piso de la Universidad del Valle, en Cali, durante la exhibición de Margen:
''Soy un artista montañero y pobre, de padres campesinos desplazados; soy el menor de 14 hermanos. Hacer arte es y ha sido para mí un desafío contra todo. Contra el dinero, contra el gusto, contra el mito del arte y contra los viajes obligatorios a Norteamérica y Europa. Sólo a través de libros u otros recursos he podido construirme un gran quipú a manera de Vía Láctea en expansión que anudo en mi guarida, viajando a través de mi ser, descubriéndome."
Permea su trabajo el espíritu de aquella primera acción corporal vista de niño en su propia casa, donde una hermana de su papá solía ''permanecer sentada y quieta sobre su baúl de madera cruda, contenido de sus pequeñas cosas, para luego cortar esa quietud absoluta, con un estado de convulsión que la tumbaba brutalmente de su pedestal, hiriéndose alguna ceja, la boca o los codos".
En 2000, la participación de Sandoval en el noveno Festival Internacional de Performance, de Ex Teresa, consistió en limpiar un niño de la calle con compresas de gasa y alcohol. Ahora, el artista regresa al recinto de Lic. Verdad 8, Centro Histórico, para presentar una retrospectiva integrada por 32 obras, que viene del Museo de Arte Moderno La Tertulia, de Cali, Colombia, cuya exhibición concluirá el 3 de agosto.
Precaución con los cadáveres
La muestra comienza con Extensión (1980-81), una tela teñida en café y sostenida con una sonda repleta de orines suyos. En 1982, el entrevistado comenzó a trabajar con ''otro tipo" de material orgánico: vísceras de cadáver humano, con ''precedentes sociopolíticos". El año siguiente, Acciones individuales incluyó 16 performances escritos con cabello humano sobre las paredes, como ''una manera de suicidarme".
Del performance Síntoma (1984) quedan las fotografías en las que Rosemberg Sandoval, armado con una lengua de cadáver, que remoja en sangre, grafitea ''palabra sobre palabra".
De su trabajo con cadáveres, afirma: ''Al principio no me daba tanto terror porque, por ejemplo, el sida no estaba tan difundido. Ahora los utilizo con mucha precaución". ƑDónde los consigue? ''En la morgue, es muy fácil. El arte puede con todo. Basta una cartica o algo y uno tranquilo, como el abanico de gente que tiene acceso es tan poquito, no hay peligro".
''Romántico", ''soñador", "un poema precioso" son los términos utilizados por Sandoval para describir su performance Rose-Rose (2001), en el que molió con las manos una gruesa de rosas hasta que el rojo de los pétalos se confundió con el rojo de su sangre.
Los materiales que emplea son encontrados, robados o regalados. Para la instalación Alcalde popular (1991), sobre las ''jornadas de limpieza social" de su país, Sandoval acudió a los lugares donde sucedieron esos ''asesinatos nocturnos en masa de indigentes", a recoger lo que quedaba: calzado de todos tamaños, que ''organizó" en barras de hierro.
La muestra culmina con los testimonios de Yagé, acción consistente en perforarse el estómago, recibir la sangre en su mano y bebérsela.