Se emprenderá su rescate en el mercado Abelardo L. Rodríguez
Murales de O'Higgins en el Centro Histórico exhiben severos daños
A 19 años de su fallecimiento, el pintor fue recordado en el Teatro del Pueblo
Restaurarán el conjunto arquitectónico ''para convertirlo en un Faro de Oriente''
ANASELLA ACOSTA NIETO
Los murales de Pablo O'Higgins que se hallan en el edificio Abelardo L. Rodríguez -en el patio del Teatro del Pueblo y en el mercado- exhiben múltiples daños a causa de las filtraciones de agua, la acción del viento, los vapores que despiden los comercios de comida y las condiciones climáticas adversas, agravadas por las micas con que algunos fueron cubiertos a manera de protección, reconoció Arturo Cuenca, subdirector de Cultura de la Delegación Cuauhtémoc.
A las obras de O'Higgins que sobreviven en esas condiciones se suman las de Ramón Alva Guadarrama, Angel Bracho, Raúl Gamboa, las hermanas Grace y Marion Greenwood; Antonio Pujol, Miguel Tzab e Izamo Noguchi, quienes recibieron una paga de 13.50 pesos por metro cuadrado en la década de los 30. Ahora los murales de Noguchi han sido valuados en casi 2 millones de dólares.
Rescate del espíritu primigenio
Durante el homenaje que la Delegación Cuauhtémoc, las fundaciones Pablo y María O'Higgins y Cultural Telmex rindieron al muralista originario de Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, a 19 años de su muerte, Virginia Jaramillo Flores, directora general de Desarrollo Social de esa demarcación, y Arturo Cuenca anunciaron que las autoridades delegacionales se coordinan con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para definir un plan de rescate de los murales y del ''espíritu original" del conjunto Abelardo L. Rodríguez, cuyo fin era ofrecer enseñanza, cultura y comercio para el pueblo.
Cuenca explicó que el plan es rescatar en su totalidad el edificio localizado entre las calles Del Carmen y Rodríguez Puebla, y el callejón de Girón y República de Venezuela, para convertirlo en verdadero centro cultural, ''un Faro de Oriente" en el que se impartan talleres, se presenten exposiciones y tengan cabida el teatro y la danza.
El conjunto Abelardo L. Rodríguez fue construido por el arquitecto Antonio Muñoz García en la década de los 30 sobre las ruinas de lo que fue el claustro del convento San Pedro y San Pablo. Los estilos barroco, belle époque, art nouveau y art decó se pueden apreciar en sus arcadas, líneas y detalles. El Teatro Cívico Alvaro Obregón, que en 1935 recibió el nombre de Teatro del Pueblo y fue decorado por Antonio Pujol, destaca por combinar art nouveau y art decó en acabados y plafones.
El conjunto, rodeado hoy por el comercio ambulante, se erigió como uno de los testimonios de la modernidad y el nacionalismo prevalecientes en esa época y se aunó a la apertura del Palacio de Bellas Artes, al establecimiento de la educación socialista y el nacimiento del salario mínimo.
El subdirector de Servicios Culturales de la Delegación Cuauhtémoc precisó que una de las tareas primordiales para el rescate del inmueble es la restauración y la preservación de los murales.
El histórico edificio es considerado el cuarto recinto más importante, en términos de obra mural, en el Centro Histórico, después del Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Educación Pública -donde O'Higgins trabajó al lado de Diego Rivera- y el Palacio Nacional.
Encapsulado en acrílico
Los trabajos de rescate de los murales serían dirigidos por Walter Boelsterly, director del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La idea es desprender los murales y encapsularlos en acrílico, comentó el funcionario delegacional.
Uno de los mayores daños para los murales se ha derivado de los vapores que despiden los puestos de comida instalados donde antes sólo se vendían verduras, carne y flores, sin soslayar la falta de mantenimiento durante décadas y el ajetreo diario del ambulantaje.
Al preguntársele sobre la postura de los comerciantes del Abelardo L. Rodríguez (primer mercado moderno en México) respecto del plan de restauración, Cuenca admitió que algunos se oponen. Sin embargo, Jaramillo consideró a su vez que ese problema se reducirá con el programa delegacional para cambio de giro de los locatarios.
Empero, el obstáculo mayor para recuperar los murales y el inmueble es la falta de recursos.
Cuenca informó que la delegación y el INBA realizarían una coinversión con recursos provenientes de los gobiernos federal y capitalino, sin descartar la participación privada.
Los trabajos de rescate se iniciarían con inversión de 5 millones de pesos de la delegación para comenzar la obra civil y resolver problemas de hundimiento, grietas y daños generales causados por el tiempo y los sismos de 1985. Después, en coordinación con el INAH, se restaurarían las obras artísticas.
El plan de recuperación del conjunto Abelardo L. Rodríguez no forma parte del programa de rescate del Centro Histórico.