BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife Rahme
China, ¿amenaza para Estados Unidos?
CUANTO MAS SE hunde la economía de Estados Unidos
más aparecen enemigos de gran envergadura en el horizonte euroasiático.
Esta semana le tocó a China ser objeto de la paranoia militar estadunidense
mediante la publicación de un reporte largamente diferido, que proclama
que detrás de su modernización militar acelerada China busca
conseguir una victoria rápida contra Taiwán en el estrecho
de 100 millas que los separa (casi la misma medida que el Estrecho de Florida).
EL PENTAGONO LLEGA a la conclusión (¿cómo
poder discutírselo?) de que China, al contrario de sus asertos públicos,
desearía dirimir su conflicto con Taiwán por la vía
militar. Mientras Pekín fortalece sus relaciones con Washington,
no cesa en tratar de disminuir la influencia estadunidense en Asia ni en
"prevenir el resurgimiento del militarismo japonés". Su temor se
centraría en que la separación permanente de Taiwán
lleve a "la isla a convertirse en una playa estratégica de EU",
por lo que China, a sabiendas de su inferioridad militar evidente, sustentaría
una "doctrina basada en objetivos de efecto de choque, sorpresa y engaño"
que permita que "un país débil pueda vencer a uno más
poderoso". ¿Desconocen acaso en el Pentágono que Sun Tsu,
cinco siglos antes de Cristo, creó el "arte de la guerra" que no
ha sido superado? ¿Desean en el Pentágono la capitulación
simple y llana de China frente a la ofensiva retórica que delata
un endurecimiento del equipo de Baby Bush, totalmente subyugado
por halconazos?
EL
PENTAGONO ASEGURA que el gasto militar chino es de alrededor de 65 mil
millones de dólares para este año (en China sólo admiten
que son 20 mil millones), que serán triplicados (a 165 mil millones
de dólares) o cuadruplicados (a 260 mil millones) en los próximos
20 años. El gasto militar de China para este año, según
cifras del Pentágono, resulta ridículo y seis veces menor
a los casi 400 mil millones de dólares de presupuesto militar de
Estados Unidos para el año fiscal que comienza el primero de octubre
y que irá aumentando sustancialmente conforme avance la "doctrina
Bush", de "guerra preventiva", en los próximos años, que
se puede duplicar para alcanzar 7 por ciento del PIB (como durante la guerra
fría) en los próximos cuatro años. ¿Significa
una simultánea política de "contención" y de "disuasión
por el terror" (deterrence) contra China, nación a la que
se acusa de haber desplegado 350 misiles balísticos frente a Taiwán
y a los que cada año agrega 50?
HASTA AQUI NADA novedoso, salvo el pérfido "amarre
de navajas" a los dos lados del Estrecho de Taiwán que perpetra
y perpetúa Estados Unidos, por convenir a sus intereses geopolíticos,
para impedir la reunificación legítima del mismo pueblo fracturado.
Donde el reporte toca puntos sensibles es en relación con 20 misiles
balísticos de China (que serán incrementados a 30 en el año
2005 y a 60 en 2010) que rondan en los océanos y pueden alcanzar
a los estadunidenses. Ahora resulta que China constituye más un
peligro por su creciente arsenal nuclear, que el declinante poder militar
de Rusia, la nueva gran aliada de Washington.
FRENTE AL DESPLIEGUE de la "mini guerra de las galaxias"
de la belicosa administración Bush, a la que Pekín se opone
vehentemente, los militares chinos diseñan armas terrestres contra
satélites, con el propósito de destruir los sistemas de comunicaciones
en el espacio de Estados Unidos y sus sistemas de vigilancia. ¿No
hubiera sido mejor que el equipo Bush hubiera desistido de su fantasiosa
"mini guerra de las galaxias" como lo hizo de manera unilateral del "Tratado
AMB" (Sistema Balístico Antimisilístico), que ha provocado
una carrera armamentista en el este asiático?
POR ULTIMO, EL Pentágono asevera que la fuerza
de submarinos rusos recientemente adquiridos por China, además de
los sofisticados misiles SS-N-22 (también rusos), pueden bloquear
el Estrecho de Taiwán. ¿No sería mejor que EU le reclamara
directamente a su hoy superaliado ruso, el mayor exportador de armas del
mundo en la actualidad, la venta de armas a China, como lo hace a Irán?
EN FORMA COINCIDENTE, el reporte del Pentágono
sale a la luz pública el mismo día en que The Washington
Post (12-07-02) señala algunos avances de un comité bipartidista
del Congreso, la "Comisión de revisión de la seguridad EU-China",
que se publicará mañana, el cual advierte sobre los avances
estratégicos y económicos de esa nación para confrontar
a Estados Unidos. El comité pide una respuesta más firme
para obligar a China a obedecer las leyes mercantiles, así como
prevenir la proliferación de las "armas de destrucción masiva",
debido a que representan una de las fuentes principales de peligro en el
mundo, con tecnología ligada a los misiles y a material nuclear,
destinados a países que apadrinan el terrorismo y que constituyen
"una amenza creciente contra los intereses de Washington en el Medio Oriente
y en Asia en particular".
EL REPORTE, DE 200 páginas, versa más sobre
las "intenciones" de China que sobre sus actos, los que no logra descifrar.
Los congresistas aducen que existe una falsa percepción sobre China,
a la que se suele vislumbrar como "manufacturera de juguetes" pero que
en realidad exporta bienes más sofisticados que han repercutido
en el cada vez más creciente déficit comercial entre las
dos naciones y que eventualmente "pueden socavar la base industrial militar
estadunidense".
EL REPORTE ENFATIZA que Pekín caracteriza a Washington
como "un poderoso protagonista y un dominador agresivo" (¿y a poco
no es verdad?), pero que también denota "un poder declinante con
vulnerabilidades militares explotables". Por último, el documento
señala que las empresas estatales chinas han recaudado más
de 40 mil millones de dólares en los mercados internacionales de
capitales en la pasada década, mientras que en Estados Unidos se
han radicado 14 mil millones en los recientes tres años.
LAS PRIMERAS FILTRACIONES del reporte del Congreso han
causado malestar en la comunidad empresarial estadunidense, por el temor
de que se provoque una limitación a las inversiones y a los negocios
con China.
LA SEMANA QUE transcurrió fue generosa en noticias
contra China en varios frentes. Hasta se ha llegado a pretender que la
experimentación de la fuerza aérea china de un nuevo misil,
el AA-12 ruso, guiado por radar, alteró la correlación de
fuerzas en el Estrecho de Taiwán, sumado a la compra, a Rusia, de
2 mil misiles aire-superficie AS-14, con alcance de 6 millas, después
de la adquisición en los pasados años de 80 aviones bombarderos
Su-30, la negociación de ocho submarinos, por mil 600 millones de
dólares, y la construcción por mil 400 millones de dólares
de dos destructores para la armada china.
PERO NO HAY que alarmarse, porque los sabios del Pentágono
tienen respuesta para requilibrar las "deficiencias defensivas" de Taiwán
y estudian transferir a la isla 120 misiles AIM-120 aire-aire, de alcance
medio, que fueron comprados por Taiwán pero que permanecen en las
bases estadunidenses sin entregar. ¿No basta el paraguas nuclear
con el que supuestamente protege EU a la isla? ¿Cuál es la
necesidad de armar a Taiwán, si no es para estimular las ventas
del complejo militar industrial de Washington?
NO SE PUEDE soslayar que la "doctrina Bush", referente
a la región del Este asiático, en particular hacia China
y Japón, al que desean transformar en la "Gran Bretaña asiática",
sea una copia idéntica de los axiomas bélicos del influyente
grupo de reciente acuñación, el PNAC (por sus siglas en inglés,
Proyecto para el Nuevo Siglo Estadunidense), de cuyo consejo directivo
sacaremos algunos nombres dilectos que propician temores y temblores: Jeb
Bush, gobernador de Florida; Dick Cheney, vicepresidente y ex director
de la mafiosa petrolera texana Halliburton; Elliot Abrams, ex jefe del
criminal "Irán contras" y hoy a cargo de los "derechos humanos"
(¡very nice!) y operación internacional del Consejo
de Seguridad Nacional de Baby Bush; Donald Rumsfeld, secretario
de Defensa; Paul Dundes Wolfowitz, vicesecretario de Defensa y verdadero
autor de la "doctrina Bush"; Richard Perle, director del Consejo de la
Política de Defensa en la Secretaría de Defensa; James Woolsey,
ex director de la CIA; el súper halconazo William Kristol, director
del PNAC y editor de The Weekly Standard; Norman Podhoretz, editor
en jefe de la revista Commentary; Jeanne Kirpatrick, embajadora
ante la ONU con Reagan; Steve Forbes, dueño de la revista del mismo
nombre, donde garabatea Zedillo su lacerante inglés; Francis Fukuyama,
el iluso sepulturero de la "historia", que acabó por enterrarlo
a él, etcétera.
ESTE CONSEJO DIRECTIVO del PNAC es una declaración
de guerra contra el universo y sus miembros son más belicosos que
los generales del mismo Pentágono, lo cual suele suceder con los
burócratas civiles, quienes nunca han disparado un revólver
y no perciben las consecuencias de sus diseños macabros. Su director
ejecutivo, Gary Schmitt, acaba de publicar un artículo en The
Weekly Standard (¿dónde más podría ser?),
en el que fustiga "la política ambivalente estadunidense hacia China",
que se adelantó al reporte del Pentágono (¿quién
se lo filtró entre Jeb, Cheney, Rumsfeld,Wolfowitz y Perle?) y a
la evaluación del Congreso.
PERO LO MAS interesante radica en que la retórica
ofensivo-bélica contra China se escenifica días después
de que, el 28 de junio, el periódico chino The People's Daily
exhibiera la propuesta audaz para la adopción del "dólar
chino", que integraría a Taiwán y a Hong Kong, sumando reservas
en dólares por casi 500 mil millones; es decir, el equivalente al
déficit de cuenta corriente estadunidense.
ESTO, SIN CONTAR la liquidez en dólares que detenta
el "circuito étnico chino" (así lo denomina técnicamente
la correduría Morgan Stanley, para que no se indignen los aludidos),
por alrededor de 1.5 billones de dólares que, de hecho, tiene secuestrado
al devaluado "dólar estadunidense". ¿Qué escogerá
Taiwán? ¿La guerra junto a Estados Unidos y contra China,
para perpetuarse como una vulgar base militar, o la prosperidad con sus
hermanos raciales del continente asiático, donde Washington sufriría
una severa derrota estratégica, sin el disparo de una sola bala,
con el solo ascenso del "dólar chino"?