Reconoce la universidad
que 50 cintas de su acervo son propiedad de ese organismo
Convenio entre el Sindicato de Trabajadores de la Producción
Cinematográfica y Filmoteca de la UNAM
RENATO RAVELO
Con la firma este miércoles de un convenio entre
el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica
(STPC) y la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) se sientan, para los primeros, las bases para buscar más
adelante que la máxima casa de estudios pague derechos autorales,
en tanto para la dependencia universitaria se trata de ''otro contrato
de depósito, como los que se tienen con otras productoras".
Se trata de un convenio en el que la UNAM reconoce la
propiedad de 50 películas que forman parte de su acervo, las cuales
no tenía conocimiento que eran del STPC, explica Marcela Fernández
Violante, del comité central del organismo sindical.
En la década de los cincuenta, señala Fernández
Violante, ''el sindicato se hizo de varias películas al participar
en la producción de Ensayo de un crimen de Luis Buñuel
(1955) o El rebozo de Soledad de Roberto Gavaldón (1960).
Estas películas de alguna manera llegaron al acervo de la filmoteca,
incluso ellos tienen negativos propiedad del STPC, así como otras
copias que nos pertenecen".
Para Iván Trujillo, titular de Filmoteca de la
UNAM, ''es un contrato no muy distinto a muchos que se firman con otros
productores. El depósito es una figura reconocida a nivel internacional,
no es ni compra ni donación. Con ello queda demostrado que ese acervo
-el cual se incrementará con algunos títulos que no teníamos-
es propiedad del sindicato, pero no es la base para un pago de derechos
autorales, sino el reconocimiento de los derechos patrimoniales".
Fernández Violante no opina así: ''Empezamos
por este convenio mediante el cual se nos tendrá que notificar si
hacen algún préstamo, si la exhiben nos informarán
qué reacción tuvo en el público. El sindicato podrá
tener control sobre ese material. Era importantísimo para los escritores
y directores que represento. Siento que es un acontecimiento por parte
de la UNAM y todo esto lo logramos gracias a Ignacio Solares, quien desde
la Coordinación de Difusión Cultural apoyó porque
como creador entiende lo que significa que no haya controles sobre la obra".
''No descartamos el pago de derechos más adelante,
explicó Fernández Violante; "por eso la firma se hará
con el presidente de la Sociedad General de Escritores de México,
Víctor Hugo Rascón Banda, como testigo, así como con
Ignacio Solares en la sede de los autores. Habrá representantes
de la Asociación Nacional de Actores, de los trabajadores Técnicos
y Manuales, de Autores y Adaptadores de Cine."
Patrimonio sindical
El convenio o contrato de depósito, como lo denomina
Trujillo, ''ciertamente resuelve una situación que se había
generado, porque nosotros teníamos algunas copias que no sabíamos
que eran propiedad del sindicato. Con esto queda demostrado que forman
parte de su patrimonio".
-Lo considera un antecedente para el pago de derechos
autorales.
-No veo por qué. La Universidad Nacional Autónoma
de México se compromete a resguardar el material y mantener informados
a sus propietarios sobre quien lo solicite. Bajo resguardo nuestro, en
caso de que alguien se interese en explotarla comercialmente, ya se le
informaría quién es el propietario de la cinta para que se
canalice el pago. La más destacada sin duda es Ensayo de un crimen,
pero también están Los amantes de Peralvillo, El túnel
6. Incluyeron otros títulos como Días de combate
y Zona Roja, que estarán en resguardo para cuando quieran
retirarlos.
Entre los títulos que forman parte del convenio,
informa Fernández Violante, ''se encuentran cerca de 10 películas
de los años cincuenta, con una cooperativa que se llamaba Alianza.
Se tienen además de los años setenta, cuando se hicieron
producciones conjuntas. Luego el Banco Cinematográfico las sacó
a remate y compramos 22. Otras más se tienen en copropiedad con
los herederos de Manuel Barbachano".