El Museo de Arte Moderno de San Francisco, en
California, muestra 150 obras
La exposición Yes Yoko Ono revalora en
Estados Unidos a la artista conceptual
Se incluyen instalaciones, poemas, partituras, filmes,
videos, grabaciones y otros
PATRICIA VEGA
Las calles de San Francisco lucen un cartel con un gran
acercamiento a un rostro mundialmente conocido, acompañado de una
simple frase: Yes Yoko Ono.
El
yes (sí) es referencia a la ya mítica instalación
interactiva de Yoko Ono (Tokio, 1933) conocida como Ceilling painting
(Pintura en el techo), mostrada en la galería Indica de Londres
en 1966. El público, invitado a subir a una escalera blanca en cuya
punta se encontraba una lupa atada a una cadena que colgaba de un marco
en el techo, usaba la lente para descubrir la "instrucción" bajo
la hoja de vidrio enmarcada: la recompensa en letras minúsculas
era la palabra yes. John Lennon subió a esa escalera y bajó
de ella transformado, lo demás "ya es historia", como declararía
a la prensa cientos de veces el ex beatle. Así se inició
una de las historias de amor más bellas de nuestro tiempo y una
rica colaboración creativa, truncadas con el asesinato de Lennon
en 1980.
Y ésa es, precisamente, la pieza con la que arranca
la impactante exposición Yes Yoko Ono, abierta al público
hace apenas unos días en el Museo de Arte Moderno de San Francisco.
Se trata de la primera retrospectiva que, en Estados Unidos, revalora -mediante
la reunión de 150 obras que incluyen objetos, instalaciones, poemas,
piezas de "instrucción", partituras, filmes, videos, grabaciones
vocales, música y obras de performance- las aportaciones de una
artista iconoclasta y transgresora que tardíamente es reconocida
como precursora de un arte conceptual que, basado en ideas, representa
innovaciones radicales.
Si bien la exposición examina detenidamente el
papel central de Yoko Ono en Fluxus (movimiento avant-garde que se desarrolló
en Nueva York a principios de los años 60 y en el que participaron
figuras como John Cage, George Maciunas, Andy Warhol y Ornette Coleman),
también explora el arte público de Ono, incluidos los trabajos
con John Lennon, como los famosos y polémicos bed-in (encamamientos)
que los recién casados hicieron en favor de la paz, en 1969, en
hoteles de Amsterdam y Montreal, y que los convierten en los iconos más
populares del movimiento pacifista mundial, con un himno emblemático:
All we are saying is give peace a chance (Todo lo que decimos
es denle una oportunidad a la paz). En este tema los estudiosos de
la historia cultural tendrán mucho que decir al analizar el efecto
que tuvo en Yoko Ono el vivir la destrucción de Tokio durante la
Segunda Guerra Mundial, experiencia que la marca para siempre.
La muestra, dividida en cinco secciones temáticas
y cronológicas (Toronja: instrucciones iniciales; Mitad del viento:
objetos tempranos; Vuelo: eventos, performances y filmes; ¡La guerra
ha terminado!: el movimiento pacifista y otras colaboraciones con John
Lennon, y Juega por confianza: trabajos recientes), permite corroborar
un rigor conceptual cuyo minimalismo tiene sus raíces en el budismo
zen, el haikú y la poética noh. Más que a John Cage,
Yoko Ono reconoce la influencia del poeta japonés Matsuo Basho en
su obra.
La retrospectiva confirma que Yoko Ono era una artista
rebelde y provocadora que ya se había ganado su lugar antes de conocer
a John Lennon, pero su identidad como artista fue opacada y distorsionada
por la fama del ex beatle. Ella dice que los años de rechazo (su
matrimonio con Lennon fue duramente criticado tanto por los fans como por
el público y la prensa) la hicieron más sabia, fuerte y creativa.
Después de décadas en la "prisión
invisible", provocada por la animadversión hacia la mujer culpada
injustamente de causar la ruptura de los Beatles, la contribución
de Ono a la música progresiva como el punk y el jazz libre y su
influencia creativa en John Lennon es finalmente aceptada. Así lo
entendió el editor de la revista Rolling Stone, Jann Wenner,
cuando escribió: "Yoko liberó a John, lo hizo libre para
convertirse en la persona que siempre quiso ser. En su valentía
Yoko le dio a John los medios para ser él mismo". Es ahora cuando
se reconoce que la música de John y Yoko es más avanzada
y vanguardista que lo que estaba haciendo en la época de los Beatles.
¿Por qué ha sido tan lenta la aceptación
del arte de Yoko Ono? Lo cierto es que los críticos han quedado
perplejos ante la dificultad de catalogar un trabajo inventivo, poco ortodoxo
y muchas veces difícil de "fijar" en el sentido convencional, ya
que muchas de sus acciones plásticas son de carácter efímero,
amén de la diversidad de los mundos artísticos en los que
ha incursionado Ono, quien con gran sentido del humor y la ironía
gusta de yuxtaponer ideas contra situaciones visuales para provocar cambios
en los espectadores.
Cuánta razón tuvo John Lennon cuando afirmó
que Yoko era "la más famosa artista desconocida. Todos conocen su
nombre, pero nadie sabe lo que ella hace".
Ha llegado el tiempo de conocer y valorar a Yoko Ono,
cuya obra artística y vida misma son ejemplo de instrucciones para
el cambio y la sobrevivencia: "juntos podemos sobrevivir, curarnos y sanar
el mundo a través de nuestras mentes hermosas", es su mensaje y
su manera de dialogar con nosotros.