En noviembre, el Museo Mural Diego Rivera mostrará
150 piezas del artista
El Munal exhibirá en 2003 obras de Leopoldo
Méndez de la colección de Carlos Monsiváis
El escritor refrendó sus críticas al "lapidario"
silencio oficial hacia el grabador
MERRY MAC MASTERS
El
"silencio lapidario" que rodea la obra del grabador Leopoldo Méndez
ha empezado a romperse. Ayer, al inicio de de la conferencia magistral
que Carlos Monsiváis impartió con motivo del centenario del
nacimiento del artista, Graciela de la Torre, directora del Museo Nacional
de Arte (Munal), anunció que en marzo de 2003 el recinto exhibirá
piezas de Méndez de la colección del escritor y periodista.
Junto con ese esfuerzo, a mediados de noviembre próximo,
el Museo Mural Diego Rivera abrirá una muestra de casi 120 grabados
provenientes de los acervos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca,
la Academia de Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Monsiváis, quien estuvo acompañado por Pablo
Méndez, hijo del grabador, dijo que en torno a la obra del fundador
del Taller de Gráfica Popular "ha caído uno de esos silencios
lapidarios que ocultan casi reverencialmente a un artista, sin que la mayoría
de las veces intervenga la descalificación estética".
Algunos, afirmó, ni siquiera intentan la revisión,
sino que tan sólo se guían por la ausencia comprobada de
una obra del mainstream, de la corriente o suma de corrientes que
en cada etapa definen o valoran la tradición y la actualidad, y
que constituyen, por así decirlo, el cánon provisional en
que se impulsan las fortunas o las caídas en el mercado del arte,
se inducen homenajes y grandes retrospectivas, se declaran discipulados
y se establecen genealogías.
Ello, continuó, "no sé qué tan parcialmente
explica la modesta conmemoración del primer centenario de su nacimiento,
y el porqué no se localiza a Méndez en los vértigos
hoy tan petrificados del mercado de arte. Al respecto las explicaciones
no pueden ser demasiadas. La ideología política y social
de Méndez no va, o no acompaña, muy a tono el auge del neoliberalismo.
La sombra del culto a la URSS y a Stalin que Méndez profesó
largo tiempo también interviene". Esto es contrario "a la marea
desmitificadora que más bien quiere inclinarse por Lucas Alemán,
Iturbide, Porfirio Díaz".
También influye en ese silencio, señaló
Monsiváis, "el descenso inadvertido del grabado como arma de educación,
de radicalización y, casi podría decirse, de expresión
artística. Hay que tomar en cuenta la pérdida de la fe en
los grandes símbolos que expresan a las masas y la sensación
irreversible del progreso, la grandeza del pueblo y los héroes fundacionales
que para Méndez fueron Cuauhtémoc, Juárez, Zapata
y Lázaro Cárdenas. Y finalmente el proceso de toma de conciencia
que generó la resistencia a la opresión", sin cuyo entendimiento
"no se puede ver en su cabalidad la obra de Méndez".
A lo largo de la conferencia fueron proyectadas una serie
de imágenes de la obra del grabador, algunas de las cuales dejaron
sorprendido al mismo hijo. Fue una probadita de lo que será la muestra
de la colección de Monsiváis. Para el autor de Amor perdido,
a los cien años de su nacimiento "Leopoldo Méndez es, como
debe suceder, un artista en la plenitud de sus facultades, y esto no lo
disolverá el olvido"x.