Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 30 de junio de 2002
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Política
La ley no reconoce que somos humanos normales, dice la mixe Lorenza Gutiérrez

Trabajadoras domésticas indígenas exigen respeto

ALMA E. MUÑOZ

Lorenza Gutiérrez Gómez, mixe que llegó a la ciudad de México hace tres años en busca de trabajo, cuenta que en la capital de la República padece cinco formas de discriminación: por ser mujer, indígena, migrante, pobre y trabajadora doméstica.

Ella, en coordinación con otras personas de su clase ?afiliadas a seis organizaciones? lucha por que sea modificada la Ley Federal del Trabajo, a fin de que les reconozcan sus derechos.

Como coordinadora general del Grupo de Expresión Cultural Mixe Xaam, habló durante el ciclo de conferencias Nuevas perspectivas de migración y asuntos indígenas, organizado por Sin Fronteras, Cáritas Hermanos Indígenas y Migrantes, Instituto Nacional Indigenista, Casa de Escritores en Lenguas Indígenas, Unión de Juristas de México y Misioneros Scalabrinianos.

En la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Lorenza rechazó enfáticamente la visión que sobre las trabajadoras domésticas difunde la televisión mexicana en telenovelas: "Dicen que la empleada del hogar pasa a ser la patrona o triunfa o se convierte en una cantante famosa y eso ¡no pasa, no pasa, no pasa! Los empleadores nunca se meten con nosotras, nunca nos preguntan cómo te sientes si estamos enfermas, no les importa, y si lo hacen dicen que traemos un bicho de nuestra comunidad, cosa que no es cierto".

Para esta mujer es lamentable que en su lucha por sobrevivir se adopten costumbres citadinas en detrimento de la cultura e identidad de sus pueblos, al grado de que los padres de familia asentados en zonas rurales ya no transmiten ni su lengua a sus hijos, además de que a las instituciones gubernamentales no les importa que los indígenas aprendan a escribir en su idioma.

"Un indígena es una mujer, un hombre o un ser humano normal", pero en la ley "no nos lo reconocen. Como trabajadoras domésticas no tenemos seguridad social y si alguna fallece porque se cayó en el baño no hay algo que nos proteja o a nuestros hijos, para saber si se quedan o se regresan a las comunidades".

Informó que mediante las organizaciones Grupo la Esperanza, Red de Formación Indígena, Colectivo Atabal, Grupo el Porvenir, Centro de Apoyo a la Trabajadora Doméstica Asalariada y el Grupo de Expresión Cultural Mixe Xaam las indígenas que trabajan como domésticas buscan que las patronas reconozcan que la jornada de trabajo debe ser de ocho horas y se les brinden vacaciones, aguinaldo, y se proteja a la mujer que se embaraza porque "a la que espera un hijo, la despiden o no le dan trabajo, cuando en su comunidad no tiene para sobrevivir".

Nosotras, afirmó, nos reconocemos como indígenas y "no queremos ser gentes sin cultura propia. Somos trabajadoras no somos como la imagen que presentan algunos medios informativos, del indígena que está sentado pidiendo limosna. Creen que no pensamos, que no tenemos conciencia y que Dios se olvidó de nosotros".

En la ciudad "han explotado nuestra imagen. Es feo porque sentimos la discriminación. Nosotros queremos las herramientas, no que nos digan cómo vivir porque ya sabemos; valoramos la vida y la naturaleza".

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