Primer aniversario luctuoso del artista y luchador
social
Inalterable, la esperanza en el hombre: René
Villanueva
Concierto de Los Folkloristas y diversas actividades
en su honor en el Museo de Antropología e Historia de Toluca
ANGEL VARGAS
Con un concierto de Los Folkloristas en el Museo de Antropología
e Historia de Toluca comienza este viernes, al mediodía, una serie
de homenajes para recordar a René Villanueva en su primer aniversario
luctuoso, que hoy se cumple.
Las conmemoraciones constan además de un acto con
música en vivo en el Centro Cultural Universitario de la Universidad
Autónoma del Estado de México en esa ciudad, mañana
a las 17 horas; un concierto más de Los Folkloristas, el domingo,
también a las 17 horas, en el Museo de Culturas Populares, y una
conferencia sobre la vida y la obra del artista, el martes, organizada
por la Delegación Coyoacán.
Hombre del Renacimiento
Músico,
investigador, fotógrafo, pintor, escritor y luchador social, a Villanueva
se le definía como ''hombre del Renacimiento" por su versatilidad
e inventiva.
Ahora, en esa misma tónica, podría comparársele
también con el Cid Campeador, pues no obstante su ausencia física
son muchos los lugares en los que está ''presente" y diversas las
''batallas" en las que ha resultado vencedor, a la manera en que lo hizo
el mítico personaje del cantar.
Ejemplo de ello son la reciente apertura de la retrospectiva
pictórica El mundo de René Villanueva, en ese museo
mexiquense, que permanece abierta; la aparición de nuevos títulos
discográficos con sus grabaciones de campo, entre ellos uno dedicado
a la música de concheros; y la próxima edición de
sus memorias, en cuyos detalles aún trabaja su esposa, Beatriz Zalce,
''la pajarita", como él solía llamarla.
A René Villanueva, nacido en Oaxaca en 1933, se
le ubica entre las figuras señeras de la cultura tradicional y popular
mexicana, sobre todo por sus aportaciones en el ámbito musical como
fundador de Los Folkloristas y como musicólogo; terreno este último
al que dedicó más de cuatro décadas de su vida y en
el que logró crear una fonoteca con más de 20 mil registros
con diversas expresiones sonoras del país y otros puntos del continente.
En varias entrevistas compartió su convicción
de que ''en la música los pueblos encuentran su razón de
ser; es la voz libertadora que explica la dignidad del ser humano; es su
alma, el aire que respira; es la verdadera magia, porque es capaz de explicar
lo inexplicable".
Su labor en ese ámbito se enfocó a refutar
''la convicción del mundo desarrollado" de que la música
folclórica es anónima, y demostró que es una expresión
con ''rostro y nombre". Para ello se valió de la grabación
de campo, a la cual calificaba de ''testimonio mágico e irrepetible".
Autor de cuatro libros y prolífico pintor, se distinguió
por su gran humanismo y compromiso social. Lo mismo apoyó a obreros
que al magisterio, a campesinos que a indígenas y pronosticó
una luz de esperanza para la humanidad con la irrupción del neozapatismo,
movimiento al que apoyó hasta el último momento.
Para quienes tuvieron oportunidad de conocerlo, será
imborrable uno de sus ''grandes tesoros" que gustaba compartir a manera
de mensaje: ''Nunca debes perder la esperanza en el hombre, en la humanidad,
y siempre debes ser solidario, sin importar los inconvenientes a los que
el sistema te someta".