Este año ha recibido 16 quejas: Francisco Olguín
Aumenta en México la práctica de la tortura,
asegura la CNDH
Plantea perfeccionar técnicas para detectarla y combatirla
VICTOR BALLINAS
La práctica de la tortura, los tratos crueles,
inhumanos y degradantes no sólo persisten en el país, sino
que las denuncias por ese delito han aumentado, aseguró la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). El secretario ejecutivo del organismo,
Francisco Olguín, informó que en los primeros seis meses
de 2002 se han recibido 16 quejas por tortura, contra nueve del año
pasado.
Al conmemorarse ayer el Día Internacional de las
Naciones Unidas en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, Francisco
Olguín manifestó que es fundamental seguir perfeccionando
las técnicas y los procedimientos para detectar la tortura, hacer
causa común para combatirla frontalmente e impulsar reformas legales
para impedir que un servidor público, de cualquier corporación
policiaca, acusado de tortura sea investigado por la dependencia a la que
está adscrito; es decir, el proceso de investigación debe
estar a cargo de otra institución.
En conferencia de prensa, Olguín subrayó
que el combate frontal e irrestricto a la tortura es uno de los caminos
para garantizar el estado democrático de derecho, y sólo
puede hacerse con el trabajo conjunto y el rechazo abierto y terminante
de todos los actores sociales.
Destacó que además de la denuncia de parte
de las víctimas, debe establecerse el derecho a la compensación
y reparación del daño a las víctimas y ofrecer servicios
de rehabilitación sicosocial y física a quienes han padecido
esa práctica degradante.
Agregó que como parte del programa Províctima,
la CNDH inició la atención sicológica a familiares
de desaparecidos en la época de la guerra sucia en Sinaloa,
con el propósito de ofrecerles apoyo en los casos detectados de
síndrome de estrés postraumático. Se trata de familias
vinculadas estrechamente con los casos de 42 personas que fueron víctimas
de desaparición forzada en esa entidad.
Asimismo, señaló la necesidad de realizar
reformas legales para que un procedimiento penal pueda ser anulado en forma
total cuando se demuestre que una persona declaró bajo tortura.
Olguín reiteró los datos del primer informe
sobre tortura en el país que realizó la CNDH y fue presentado
en el seminario internacional efectuado en marzo pasado en Mérida,
Yucatán.
Expuso que del total de recomendaciones emitidas por tortura
entre 1988 y 1999, en 67.8 por ciento de las quejas recibidas se denunció
que la tortura fue causada por golpes con manos, pies y objetos contundentes,
y en 74.5 por ciento la víctima recibió amenazas contra él
y sus familiares.
En dicho estudio, abundó, resalta que en 91 por
ciento de los casos el propósito de los actos de tortura fue obtener
una determinada declaración o confesión; en 4.7 se pidió
dinero a la víctima a cambio de recuperar la libertad, y en 3.8
por ciento se exigió inculpar a otra persona.
Olguín detalló que 51.2 por ciento de las
víctimas de tortura, cuyos casos han sido documentados por la CNDH
en el periodo referido, fueron inculpadas por delitos contra la salud;
14.9 por homicidio; 4.4 por ciento por robo, y 3.2 por ciento por secuestro.
Al analizar las quejas y denuncias, la CNDH encontró
que 38 por ciento de los presuntos responsables fueron agentes de la desaparecida
Policía Judicial Federal; 21.6 miembros de las policías judiciales
de los estados -Policía Ministerial-, y 15.6 del Ejército;
15.3 personal de penitenciarías y centros de reclusión, y
8.7 por ciento por servidores públicos de otras dependencias.