León Bendesky
ƑQué sabe el secretario de Hacienda?
El fantasma de la argentinización persigue al secretario de Hacienda. Ya son varias las veces que advierte que la falta de disciplina y control en la administración fiscal puede orillar a la economía mexicana a una situación de crisis similar a la que padece Argentina. No es, entonces, un malentendido lo que provocaron sus declaraciones durante la comparecencia del pasado jueves 20 ante la Comisión Permanente del Congreso al referirse de nueva cuenta a ese asunto. El secretario sabe lo que dice y cuándo lo dice; conoce bien el funcionamiento de la hacienda pública, la situación fiscal del país y el funcionamiento del banco central; parte de una postura teórica e ideológica firme que ha defendido mucho tiempo y sin desviaciones en su trabajo en el gobierno, como economista profesional y maestro universitario. Esas convicciones se manifiestan en la manera en que ha presentado ya dos presupuestos federales, en su propuesta de reforma fiscal y en el manejo que ha hecho del gasto público. De inconsistencia o desviaciones no se le puede reprochar, aunque no se compartan su visión de la economía y de la sociedad ni sus posiciones políticas.
ƑQué es, entonces, lo que sabe el secretario y que lo lleva a repetir la advertencia sobre una posible argentinización? No se necesita llamar a Belascoarán Shayne para resolver el enigma, aunque con ello se crearía una fuente de empleo para un detective local. Lo que sabe el secretario es que la situación financiera del gobierno es muy frágil, debido a la insuficiencia de ingresos, especialmente los de origen tributario y que no podrá ya allegarse de muchos recursos mediante la privatización de empresas públicas. Lo que sabe el secretario es que el presupuesto que se diseña cada año sobre la base de un déficit muy pequeño, y con la perspectiva incluso de alcanzar un superávit, aún esconde una serie de cuentas no reconocidas explícitamente y que exigen mayor capacidad financiera del gobierno, como es el caso de la seguridad social y de las pensiones estatales. Sabe que los pasivos del Fobaproa-IPAB son parte de la deuda pública, que la manera en que se ha administrado el rescate bancario ha sido muy onerosa y que se han protegido los intereses de muchos banqueros. Sabe también que la mayor sincronía de la economía nacional con la de Estados Unidos no ofrece ya las mismas ventajas para generar un alto crecimiento, y que la producción maquiladora ya no tiene el mismo dinamismo productivo y comercial que favoreció por mucho tiempo la creación de empleos y ayudó a contrarrestar el déficit comercial con el exterior. Sabe que la economía nacional no tiene una fuerza interna que la haga crecer a las tasas que se requiere para satisfacer las necesidades sociales y que, aún con las reformas estructurales que propone el gobierno, no podrá crecer conforme se establece en el nuevo programa de financiamiento al desarrollo que establece el marco de la política económica del gobierno.
Pero, a pesar de saber todo esto, y seguramente mucho más que no todos sabemos, no es claro que la comparación con Argentina sea válida y, entonces, Ƒpor qué recurre a ella de modo reiterado? Aun con las discrepancias que pueda haber respecto a la conducción de la política económica en el país, se advierten algunos rasgos diferentes, entre ellos y sólo como muestra pueden señalarse los siguientes.
El régimen de tipo de cambio no es igual al instrumentado por Cavallo. La flexibilidad cambiaria es uno de los principales argumentos de defensa de la política económica del Banco de México e incide en la forma de control de la inflación. Al parecer no existe aquí una irresponsabilidad fiscal del tamaño de la de Menem y los demás políticos y empresarios de ese país, lo que involucra el proceso de privatizaciones y el destino de los recursos de esas ventas que se asocian con claros casos de corrupción. El tamaño y distribución de la deuda pública no es de la misma magnitud y allá llevó a una incapacidad para financiarla que incluso acabó con el peso que valía un dólar. Estas diferencias no garantizan la estabilidad macroeconómica o el crecimiento sostenido del producto en México y tampoco hay inmunidad al contagio de una posible crisis en Brasil.
ƑQué hay detrás de las advertencias del secretario? Será una forma de limitar su responsabilidad política en la conducción de la economía, o bien, de exhibir sus discrepancias con el Presidente y su muy cercano colaborador, Eduardo Sojo. Si el secretario de Hacienda realmente percibe que la situación de la economía de México puede aproximarse a la debacle Argentina, las advertencias que ha estado haciendo no son útiles, pues no tienen sustento práctico ni fuerza política. En el primer caso, cuando menos, porque no ha creado una relación propicia con el Congreso para impulsar la política económica y las reformas; en el segundo, porque la visión del presidente Fox y Sojo parece no salir de una enorme voluntad de que las cosas sean como ellos las imaginan. Entre amenazas y voluntades, las perspectivas de crecimiento y de mejoría en las condiciones sociales del país siguen siendo muy débiles y esperan nuevas vertientes en la política económica.