Niega el ejército de Venezuela que esté
dando instrucción castrense a civiles
Los golpistas, neutralizados; es imposible que triunfen
en un nuevo intento: Hugo Chávez
La instalación de baterías antiaéreas
en Caracas, sólo medida de precaución, afirma
PL, AFP, DPA Y REUTERS
Caracas, 22 de junio. El presidente Hugo Chávez
afirmó hoy que la mayoría de los venezolanos quieren la paz
y se oponen a la guerra preconizada por opositores. No obstante, sugirió
que su gobierno ha neutralizado a los golpistas, y señaló
que ahora está preparado para no volver a ser sorprendido como en
abril pasado.
Puntualizó que si entonces más de 40 generales
y almirantes llamaron a la movilización y se encontraron con que
la estructura no los apoya, un nuevo intento para derrocarlo es "imposible
que triunfe". Acotó: "Si alguien intenta un golpe de Estado estamos
muchísimo mejor preparados que hace tres meses".
A su vez, el jefe del ejército venezolano, general
Julio García Montoya, desmintió que se esté entrenando
militarmente a grupos civiles, como sostiene la oposición en el
sentido de que existen campos de preparación castrense para los
círculos bolivarianos, organizaciones comunitarias simpatizantes
del chavismo.
En el Día del Ejército, el general García
Montoya aseveró que esas denuncias no se ajustan en lo más
mínimo a la realidad, ya que las fuerzas armadas sólo entrenan
a sus tropas regulares y al personal del servicio militar. Añadió
que en las filas del ejército prevalece un clima de absoluta tranquilidad,
y puntualizó que los ascensos se ganan en función de méritos
profesionales y tiempo de servicio, por lo que no es la orientación
política los que lo determinan.
Resta valor el presidente a intentos por cambiar correlación
de fuerzas
Por
su parte, Chávez desestimó que mediante procesos judiciales
y cambios en la correlación de fuerzas en el Parlamento y en el
Tribunal Supremo puedan sacarlo de la presidencia. Reconoció que
en las semanas recientes los opositores han estado presionando muy fuerte
para captar diputados oficialistas y buscan enfrentamientos en el alto
tribunal, donde han presentado varias denuncias en su contra.
Durante una larga conferencia de prensa con corresponsales
extranjeros, Chávez hizo énfasis en que en el país
se ha dado una respuesta positiva ante la instalación y multiplicación
de las mesas de diálogo, que son impulsadas por el vicepresidente
de la república, José Vicente Rangel.
Apuntó que las conversaciones constituyen una decisión
estratégica del gobierno, pero dijo que los medios privados de comunicación
le han concedido muy poco espacio al tema. Refirió que hay opositores
que se niegan al diálogo o se escudan en condiciones inaceptables
para asistir. Con todo, aseveró, los diálogos continuarán
con todos los adversarios, incluyendo partidos políticos, dirigentes
sindicales y periodistas.
Al responder a las críticas de sus adversarios,
sobre la decisión de instalar baterías antiaéreas
en Caracas, cerca del palacio presidencial de Miraflores, defendió
el derecho de su gobierno a estar alerta ante cualquier eventualidad de
ataque y porque los servicios de inteligencia así lo han recomendado.
Refirió que esta precaución para impedir
otro golpe, ante quienes aún estén interesados en sacarlo
del poder por esa vía, considera las hipótesis de informes
de inteligencia recibidos respecto a que se podría estar preparando
desde alguna zona del mar Caribe una "acción audaz" contra el palacio
de gobierno.
Si bien el mandatario subrayó que hay gente que
"perdió la brújula", que podría intentar alguna acción,
se abstuvo de mencionar que el contralmirante retirado Carlos Molina Tamayo
se encuentra asilado en El Salvador, mientras que el líder golpista
Pedro Carmona recibió el mismo beneficio en Colombia. Ambos son
investigados por las autoridades venezolanas por su implicación
en la asonada.
Chávez afirmó que también hay gente
"desesperada" que comenzó a pensar en el magnicidio, al reconocer
que esa es una de las razones por las que disminuyó sensiblemente
sus presentaciones en actos públicos. Anotó que apenas comienza
a retomar sus actividades normales, efectuando visitas a barrios populares.
El presidente reiteró que no existe una fractura
en las fuerzas armadas, a pesar de que tras el fallido golpe se vio obligado
a desplazar de sus mandos a cerca de 80 de los casi 180 generales y almirantes
y dio de baja a cuatro. "Si las fuerzas armadas estuvieran fracturadas
hoy estaríamos en guerra civil", expuso.
No se puede decir que haya división, pero tampoco
que todo sea perfecto, argumentó. En todo caso, recalcó,
hay una ruptura con el pasado, ante lo que definió como un proceso
de revolución bolivariana pacífica, en alusión a su
programa reformista y de combate contra la pobreza que castiga a 70 por
ciento de la población. Y a esa ruptura, dijo, no son ajenas las
fuerzas armadas.
Por lo demás, el gobernante aseguró no estar
preocupado por el "afán legalista" emprendido ahora por los opositores
para derrocarlo. Se refirió de esta manera a la última denuncia
en su contra por la supuesta contribución a su campaña electoral
de 1998 por parte del banco español BBVA.
Manifestó no saber nada de ese asunto, pero dijo
que no tenía nada que temer al respecto y que las autoridades deben
investigar todo. "Seguramente -anotó- en España llegarán
al fondo y aquí estoy seguro que las instituciones colaborarán
para aclarar esa cuestión por el bien de todos".
En el mismo tenor, refirió que sus adversarios
están presionando duro y ofreciendo dinero en la Asamblea Nacional
para cambiar la correlación de fuerzas en su contra, al tiempo que
tratan de destituir al fiscal general, Isaías Rodríguez,
"porque es honorable" y quieren a otro funcionario dispuesto a enjuiciar
al presidente.
Respecto a la versión de que mediante el chantaje
y el dinero sus adversarios busquen controlar el Congreso y el Tribunal
Supremo para meterlo preso y enjuiciarlo, Chávez dijo: "¿y
el pueblo se quedaría callado ante ese hecho?"
"Me han denunciado casi 30 veces. Creo que me van a denunciar
hasta por estar vivo, por feo. Supongamos que me enjuician y yo vaya preso.
¿Qué pasará con el pueblo? El pueblo no se va a quedar
callado por el atropello. El pueblo no se va a dejar meter ese gol, por
eso no será fácil", resaltó.