COREA JAPON 2002
Por 2 horas se suspendieron las relaciones con Washington:
Schily
Yes!, tituló la prensa alemana
En la moderna Postdamer Platz se concentraron los festejos
DPA
Berlin, 21 de junio. Un país eufórico.
Miles de personas salieron hoy a la calle en numerosas ciudades alemanas
para celebrar la llegada de su selección nacional a semifinales
del Mundial Corea-Japón.
El
ambiente en bares, cafeterías y plazas fue más bien tranquilo.
Sin embargo, apenas finalizó el encuentro, la televisión
mostró imágenes desde diferentes lugares del país
en las que aficionados con las camisetas blancas de la selección
nacional ondeaban fervorosamente banderas alemanas.
Epicentro de las celebraciones fue la moderna Postdamer
Platz de Berlín, en la que se colocó una pantalla panorámica
para trasmitir en directo todos los encuentros del Mundial. En la moderna
plaza en la que anualmente se despliegan las alfombras rojas para las estrellas
del cine que acuden a la Berlinale, unos 2 mil fans saltaban y gritaban
soñando con llegar a la final.
"Yes!", tituló instantes después en internet,
utilizando el idioma del contrincante, el diario Bild. "¡Semifinal!
Ahora otra vez muy lentamente para disfrutarlo: ¡S E M I F I N A
L! ¡Quién lo hubiera pensado!", escribe el rotativo más
vendido del país, en un intento por captar el ambiente popular.
A estas alturas, el Mundial se ha convertido casi en un
asunto de Estado. El ministro del Interior, Otto Schily, aseguró
que vio la primera mitad junto con el embajador de Estados Unidos y que
le dijo: "Por dos horas, las relaciones germano-estadunidenses están
suspendidas". Por su parte, la primera autoridad del país, el presidente
Johannes Rau, dijo en televisión que quiere ver al 11 nacional ganar
en la final.
Además, en plena campaña de cara a las elecciones
parlamentarias del próximo 22 de septiembre, los principales candidatos
a la jefatura de gobierno, el canciller federal socialdemócrata
Gerhard Schroeder, y el primer ministro de Baviera, el democristiano Edmund
Stoiber, manifestaron sus reacciones de júbilo tras la victoria
alemana.
Al margen de la política, la jornada mundialista
consiguió incluso dominar el programa de actividades de la Fórmula
1 en el circuito de Nuerburgring, en el que los mejores pilotos del mundo
se entrenaban hoy para el Gran Premio de Europa.
"A partir de ahora, todo es posible", afirmó el
piloto estrella alemán Michael Schumacher, quien pidió que
le informaran por radio del partido mientras conducía. El tetracampeón
mundial, un fan del futbol, dejó escapar el mejor tiempo en los
entrenamientos, pero tuvo pese a todo motivos de alegría.