NIÑOS
Miguel Yedra
ASISTIR A UNA función de danza en pleno fervor
futbolero, por la Copa del Mundo Corea-Japón, que se celebra en
la mayoría de los hogares del mundo, es resignarse a verla con otros
tres despitados o sufrir la cancelación "debido a causas de fuerza
mayor"; sin embargo, existe una opción: la obra ¿Danza?...
para muestra un botón, puesta en escena del Ballet Neoclásico
de América Latina. Al entrar al teatro la gente goza de una sorpresa
muy agradable, el bullicio se adueña del ambiente hasta dejar todo
listo para que la expectación se congele; en eso aparece en el centro
del escenario un muñeco (Raúl Platas), que amablemente narra
historias a los niños que el viejo Ballet (Gabriel Huerta) le ha
contado; así, la danza transporta a los espectadores al mundo de
la fantasía.
LAS
COREOGRAFIAS, algunas de Platas y otras colectivas, coquetean en los límites
de la tradición, para después desecharla y ser instrumento
perfecto para hacer resaltar las cualidades interpretativas de los bailarines,
que ensamblan perfectamente en un ambiente que poco a poco se va tornando
festivo, en el cual los cuerpos se buscan y se repelen mediante tramas
que cada vez se hacen más cómicas y logran la participación
de los niños.
CON EL TRANSCURSO del tiempo, los bailarines se van contagiando
del goce infantil, llegando a permitirse el jugueteo compartido, del cual
surge una bailarina de alba crinolina (Mónica Maldonado), quien
comparte diálogos con Botón. El bien y el mal en su eterna
lucha son manejados de manera muy divertida, lo que ayuda a que las interpretaciones
se vean certeras y disfrutables, sin dejar de mencionar el trabajo de Luis
Maya, y especialmente el de Bellina (Vera Islas), bailarina que logra un
trabajo brillante.
LA OBRA NOS permite situar la concepción del Ballet
Neoclásico, que lo mismo interpreta coreografías del repertorio
clásico, que otras propias y modernas. Por otro lado, le quitan
lo cuadrado y serio para hacerlo dinámico y divertido.
CON UN FINAL totalmente inesperado, sencillo y cómico,
que provoca el disfrute de los niños, porque Botón los espera
afuera del teatro para despedirlos de mano y tomarse la foto (gratuita).
Evento para hoy
CANTO CON CRI-CRI, con los Niños Cantores de Chalco.
Leszek Zawadka es el director de escena -y director artístico- de
esta feliz reunión entre uno de los clásicos de la música
para niños y el mejor coro infantil de México. Esta vez,
la agrupación se desprende del repertorio tradicional de la música
coral para transportarnos al mundo mágico y fabulativo del Grillito
cantor; Leszek nos muestra la riqueza y variedad musical de Francisco
Gabilondo en ópera infantil con danza que semeja los movimientos
del Tai-chi. La actuación y participación de actores es una
propuesta donde se experimenta con Brecht y Grotowski.
LOS ARREGLOS CORALES que se le hicieron nos permiten ver
una visión diferente, no con una ilustración, sino como una
verdadera interpretación que se aleja significativamente del folclorismo
y el simplismo.
UN TRABAJO DE altos vuelos es el que presenta el coro,
que como dice el director Zawadka: "Después de haber cantado la
Octava de Malher y otros compositores, el coro está listo para interpretar
a Crí-crí, ya que su música es muy difícil
y compleja". Este es un trabajo que se preparó durante tres largos
años, y el montaje se realizó en uno, amén de decir
que la propuesta es novedosa y afortunada, un espectáculo que invita
a llevar a la sensibilidad de nuestros niños a un banquete donde
sólo hay un platillo, el arte. Canto con Crí-crí
se presenta dentro del ciclo El niño y la música,
que organiza Difusión Cultural de la UNAM en el Anfiteatro Simón
Bolivar; Justo Sierra 16, Centro Histórico, en única función,
a las 12 horas. El boleto cuesta 26 pesos.