Boicot árabe contra productos de EU
La cadena de cafeterías Starbucks, el objetivo principal en cinco Estados
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Beirut. Una nueva y cuidadosamente coordinada campaña de boicot contra productos estadunidenses ha sido lanzada en cinco Estados árabes, con la cadena de cafeterías Starbucks como principal objetivo en una lista en la que también figuran las compañías Nestlé, Coca-Cola, Johnson & Johnson y Burger King.
El próximo viernes, en Beirut, activistas repartirán panfletos afuera de las cuatro cafeterías Starbucks de la ciudad, en los que se explican los sentimientos pro israelíes y contra Arafat del presidente ejecutivo de la compañía, Howard Shultz, a quien se califica de "sionista activo". En 1998, Shultz recibió el "Premio al Mérito en el 50 aniversario de Israel", otorgado por la Fundación Jerusalén Aish Ha Torah, misma que critica duramente a Yasser Arafat e insiste en que los territorios palestinos ocupados no deben considerarse como tales, sino "en disputa".
En un discurso pronunciado en Seattle a principios de este año ante la organización Judíos Americanos, en momentos en que la campaña de ocupación israelí en Cisjordania ordenada por el primer ministro Ariel Sharon se encontraba en su apogeo, el jefe de Starbucks condenó la "inmovilidad" palestina y anunció que la autoridad de ese pueblo "no está haciendo su trabajo, no está deteniendo el terrorismo". Gideon Meir, funcionario de la cancillería israelí, felicitó a Shultz por ayudar a los estudiantes estadunidenses a conocer "la versión israelí de la crisis en Medio Oriente".
Starbucks opera en otros seis países árabes -Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein, Omán, Qatar y Emiratos Arabes Unidos- pero los promotores del boicot, que incluyen a grupos palestinos e islámicos que funcionan en la Universidad Ein Shams, en Egipto, y la Universidad Americana, de El Cairo, tienen una lista mucho más amplia de compañías a las que quieren señalar públicamente por su presunto apoyo a Israel, no sólo en Medio Oriente sino también dentro de Estados Unidos.
En la lista figuran America On Line, Time Warner, Disney, Esteé Lauder, Nokia, Revlon, Marks and Spencer, Sefridges e IBM. Estudiantes de la Universidad de Dubai y otros de Damasco están uniéndose a los planes de boicot.
"Al principio era muy frustrante tratar de coordinar la cooperación de los cuatro grupos de Líbano", dice Amira Solh, una de las activistas libanesas. "Nos era difícil definir si debíamos enfocarnos a los productos estadunidenses o a las compañías que tienen relación directa con Israel. En realidad, nos pusimos realmente en marcha la primera vez que los israelíes sitiaron las oficinas de Arafat en Ramallah. Líbano tiene un boicot sobre todos los productos israelíes y entonces nos preguntamos: Ƒqué hay con todas las compañías que ayudan directamente a Israel? La mayoría de países árabes han caído en el mundo capitalista, y por eso aceptan a compañías estadunidenses con nexos fuertes con Israel. Lo que estamos haciendo es comenzar una guerra económica".
Burger King encendió el enojo árabe hace más de dos años cuando abrió un establecimiento en un asentamiento judío ilegal en Cisjordania ocupada. La compañía, en un principio, decidió cerrar el restaurante y posteriormente, tras fuertes presiones de un lobby pro israelí en Estados Unidos, aparentemente permitió que el local reabriera bajo el nombre de una franquicia diferente.
Nestlé adquirió 50.1 por ciento de las acciones de la compañía israelí Osem, lo que le permite la venta de sus productos en Israel -incluyen Nescafé, Perrier, Carnation, Libby's, Smarties y KitKat. La transacción, según un periodista israelí, "otorga a Osem distribución e infraestructura publicitaria a escala mundial". El más reciente reporte cuatrimestral para inversionistas del grupo Osem-Nestlé habló de ganancias por 7.5 millones de dólares.
Coca-Cola cuenta con una planta productora en Líbano. Ha tratado de librarse de críticas árabes al señalar que no produce el refresco en Israel y que en ese país sólo vende su producto en botellas importadas, incluidas las de Fanta y Sprite. Israel ha elogiado a la compañía por haber rechazado un anterior boicot convocado por la Liga Arabe.
En lo que se interpreta aquí como un intento por ablandar a sus opositores, la compañía Coca-Cola de Líbano ha lanzado, repentinamente, un programa para plantar nuevos árboles de cedro -el emblema na-cional libanés- en las inmediaciones de la localidad cristiana de Jezzine, en el sur de Beirut. En la antigüedad, Líbano estaba cubierto por inmensos bosques de cedro, algunos de los cuales fueron talados para construir el Templo de Jerusalén.
Starbucks, que tiene 4 mil 709 establecimientos en todo el mundo, ha tratado de mitigar su imagen pro israelí diciendo que su presidente ejecutivo, Howarad Shultz, quien es judío, "no cree que el terrorismo sea representativo del pueblo palestino (sic)". Starbucks explicó también que "Howard habló a título personal y no dijo nada a los medios sobre el tema", cuando expresó recientemente sus opiniones sobre la crisis en Medio Oriente en su sinagoga.
Otro comunicado de Starbucks indicó que la compañía "se encuentra profundamente entristecida por los actuales acontecimientos en Medio Oriente" y cita una afirmación del señor Shultz: "Lamento muchísimo que mi reciente discurso en Seattle haya sido interpretado erróneamente como antipalestino", dice. "Mi posición siempre ha sido en favor de la paz para las dos naciones que deben coexistir pacíficamente. Estoy profundamente entristecido por los actuales acontecimientos en Levante".
Los estudiantes árabes creen que los verdaderos temores de los ejecutivos estadunidenses tienen que ver no con las pérdidas individuales que tendrán en el mundo árabe, sino con el riesgo de que a las protestas contra sus productos se adherirán simpatizantes de los palestinos en Europa, o incluso Estados Unidos, donde sus compañías pueden sufrir un daño económico mucho mayor.
El señor Shultz, de quien no se tiene noticia que haya condenado en ningún momento la construcción de asentamientos ilegales en tierras ocupadas, fue la punta de lanza para introducir a Starbucks en el mercado israelí el año pasado con la inauguración de dos cafeterías -construidas mediante una filial llamada Shalom Coffee Limited- en Tel Aviv. Para finales del año en curso, Starbucks planea tener 20 cafeterías funcioando en todo el territorio israelí. El accionista mayoritario en Starbucks Israel es la compañía Delek, con base en el Estado is-raelí, aunque su centro de operaciones se encuentra en Nashville, Tenesee.
El señor Shultz visita regularmente Israel y fue uno de los muchos personajes que han viajado a Jerusalén como invitado de la misión Theodor Herzl -que es copatrocinada por el alcalde de la ciudad santa- y que celebra una cena de gala para la ceremonia de premiación para los Amigos de Sion, en honor a todos aquellos "que han desempeñado papeles clave en promover la estrecha alianza entre Estados Unidos y que luchan por la liberación del judaísmo soviético".
Otros que han sido invitados por la mi-sión Theodor Herzl incluyen a la baronesa Margaret Thatcher, al portavoz del Congreso estadunidense, Newt Gingrich, a la ex embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, la muy derechista Jeanne Kirkpatrick, así como el sobreviviente del Holocausto judío, Elie Wiesel, y el gobernador John Ridge, quien hoy encabeza la llamada "Oficina de Seguridad Interna".
©The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca