Hacia un país de lectores, opción
educativa del Estado proveedor, considera Jorge Velasco
Fomentar la lectura requiere rodear de libros al niño
desde prescolar
Desde 1959, cuando se creó el texto gratuito,
se han repartido cerca de 3 mil 550 millones de volúmenes A fin
del sexenio, ''cada aula en el país tendrá 150 de las mejores
obras didácticas''
RENATO RAVELO
Cerca de 3 mil 550 millones de libros se han repartido
desde 1959, cuando Jaime Torres Bodet, titular de la Secretaría
de Educación Pública (SEP), creó la Comisión
Nacional del Libro de Texto Gratuito (Conaliteg), eje de la educación
en México. Ahora, el programa Hacia un país de lectores
parte del trabajo de esta comisión, pero también intenta
ser una alternativa a este modelo educativo de un Estado proveedor, para
lo cual se invertirán 4 mil millones de pesos en la compra de libros
a la industria editorial.
Cuatro hitos
Jorge Velasco, director de la Conaliteg, considera que
en México existen cuatro hitos en la educación. El primero
ocurrió con la gran cruzada que José Vasconcelos emprendió
en 1921, desde la SEP, con grandes tirajes de clásicos de la literatura,
así como su distribución en todas las regiones del país.
Ese movimiento, fundador en la cultura nacional, se vio
también reflejado en el arte, pues Vasconcelos -en contrapeso a
ese estímulo al conocimiento de la cultura universal- impulsó
el movimiento muralista que exaltó el nacionalismo.
La
segunda fecha que explica la educación en México es justamente
la creación de la Conaliteg en 1959, durante el gobierno de Adolfo
López Mateos: ''Cuando Torres Bodet convenció al Presidente
de que era necesario establecer una norma que permitiera el desarrollo,
y que éste se encontraba en la educación".
Entidad institucional, en ocasiones polémica, como
cuando con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se propuso rescribir
algunos pasajes de la historia, como la existencia de El Pípila,
la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito representa uno
de los baluartes del discurso nacional.
Detrás de ese concepto se encuentra el sindicato
más grande de América Latina, pero también el sustento
histórico del artículo 3o. constitucional. En parte la labor
de esa comisión hace que México sea excepcional en el mundo
editorial, ya que es el único país donde el Estado edita
la mitad de los libros que se producen. Durante años los editores
privados lucharon por revertir esa ''competencia desleal".
Velasco ubica el tercer momento histórico de la
educación nacional en 1997, cuando el gobierno del presidente Ernesto
Zedillo permitió que los editores privados compitieran por la edición
de los libros de secundaria: ''Con Miguel Limón Rojas, se les compran
las ediciones a los editores privados, con lo que se busca privilegiar
la visión plural. Los editores tienen la opción de presentar
sus propuestas".
Es una entrada a la diversidad, pondera: ''para las 23
materias que se imparten en la enseñanza secundaria se cuenta con
440 opciones dentro de un mismo plan de estudios, así como con la
participación de 23 editoriales".
En la competencia los profesores, o la propia SEP, se
encargaron de seleccionar los libros que consideraban más completos,
mejor desarrollados, más didácticos en su exposición:
''Con el tiempo se volvió al libro de texto único, por ejemplo
el de matemáticas de Trillas, por lo que el problema de la diversidad
no quedó del todo resuelto".
En conversaciones con el presidente Vicente Fox, revela
Velasco, ''así como con el secretario de Educación Pública,
Reyes Tamez, llegamos a la conclusión de que la única manera
de promover el término de la unicidad, así como el fomento
a la lectura, era rodear a los alumnos de libros desde que están
en prescolar".
Biblioteca de aula
La clave de la distribución de los 4 mil millones
de pesos anunciados en el programa Hacia un país de lectores
se encuentra en este concepto de ''rodear desde prescolar" a los estudiantes,
porque en sus aulas, a la ''altura de sus ojos, ellos van a tener libros
que les ayudarán a estudiar".
Por ejemplo, señala Velasco, ''si lo difícil
en el tercer año, en matemáticas, son las operaciones de
quebrados, además del texto escogido por el maestro los estudiantes
tendrán otros que los ayuden a entender, quizá con explicaciones
más amables, cómo son las operaciones. En cada una de las
750 mil aulas habrá textos para completar, en el caso de sexto año,
por poner otro ejemplo, cómo se conjuga el presente indicativo".
Para octubre de este año, informa quien fue presidente
de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem),
''se contará con 180 millones de ejemplares para educación
básica y para secundaria habrá 650 mil paquetes. Este año
hay grupos seleccionadores, pero el siguiente serán los propios
profesores".
El dinero fluye y de acuerdo con las cifras de Velasco
''para este año se quiere que haya 30 millones de ejemplares más
en bibliotecas de aula, y ahí se va parte de los 600 millones de
pesos que ya se gastaron. Una parte de esa cantidad, 450 millones, provenía
del presupuesto de la comisión. Se generó un ahorro de cuatro
pesos por ejemplar, lo que se traducirá en 25 ejemplares para cada
aula. Así se incrementará cada año en 25 ejemplares
y al final de sexenio cada aula tendrá 150 de los mejores libros
de apoyo educativo".
Velasco cree ''que las 300 editoras que hay en el país
se animarán a producir libros y presentarlos para su examen y discusión.
Con un título que pase estaríamos hablando de 20 mil ejemplares.
Creo que ahora sí vamos hacia la diversidad y la participación
que históricamente se ha buscado".