PRI y PRD intentarán capitalizar los
errores de funcionarios panistas en la entidad
Desacreditado por corrupción y escándalos
el PAN enfrentará los comicios mexiquenses
Asesinatos, desvío de fondos y pugnas internas
acaban con los logros del blanquiazul
SILVIA CHAVEZ, ISRAEL DAVILA, JAVIER SALINAS, RENE
RAMON ALVARADO Y RENATO DAVALOS /I CORRESPONSALES Y REPORTERO
La elecciones locales del estado de México, que
se efectuarán dentro de diez meses, servirán como laboratorio
para que las tres principales fuerzas políticas del país
midan su poder con vistas a los comicios federales de 2003. El panismo
mexiquense, que en 2000 experimentó un notable ascenso arrastrado
por la victoria de Vicente Fox, hoy se encuentra desacreditado por la corrupción
y el crimen, en desventaja para enfrentar al PRD, que intentará
superar su tradicional atomización, y al PRI, aferrado a sus viejas
prácticas, pero que espera capitalizar los errores del blanquiazul.
Ese es el escenario en el que los tres partidos intentarán
conquistar el principal mercado electoral del país, con 8 millones
potenciales de sufragios. Como ingrediente adicional, un "precandidato
natural" a la Presidencia de la República, el gobernador Arturo
Montiel Rojas, estará en condiciones de mostrar sus virtudes para
consolidar sus aspiraciones o, en caso contrario, tomar el camino del ocaso
político.
El gobernador Arturo Montiel es un "precandidato natural
a la Presidencia", dice Isidro Pastor, el nuevo dirigente priísta
mexiquense, estrechamente vinculado con el mandatario estatal. En el flanco
panista, la disputa por la gubernatura entre el subsecretario de Gobernación
José Luis Durán Reveles y el líder nacional panista
Luis Felipe Bravo Mena podría debilitar aún más a
las ya mermadas fuerzas de Acción Nacional. Los perredistas tratan
de rehacerse después de una elección interna en la entidad
que fue anulada y que culminará con un interinato en la dirección
del partido.
Francisco García Burgos, delegado panista encargado
del despacho que dejó Francisco Gárate, chivo expiatorio
del naufragio albiazul, aún mantiene esperanza: "en la contienda
habrá reducción de votos para todos los partidos; ya no habrá
efecto Fox". Los escándalos de los alcaldes panistas son
"circunstanciales", afirma. El prestigio del PAN "no se ha acabado totalmente".
Una historia azul que se volvió negra
El
2 de julio de 2000, el panismo, que parecía haber llegado para apoderarse
del territorio mexiquense, festejó que obtuvo 50 por ciento de la
preferencia electoral, ganó 30 alcaldías y una amplia mayoría
en los votos para el Congreso local en el corredor azul industrial,
donde se asienta 55 por ciento de la población del estado, estimada
en más de 13 millones de habitantes. Esa jornada aportó a
Fox 14 por ciento de los votos con los que ganó la elección.
Apenas tres meses después estalló el primer
escándalo que empezó a sepultar la doctrina cristiana de
la honradez y los valores humanistas pregonados durante seis décadas
por Acción Nacional, cu-yos representantes comenzaron a repetir
los vicios priístas del pasado.
Las encuestas más recientes hechas por los propios
panistas ubican a esta fuerza con 20 y 25 por ciento de las preferencias
electorales, unos 25 puntos menos que en 2000. Si hoy fueran los comicios,
el PAN apenas ganaría diez de los 30 municipios en los que venció
entonces.
Con una diferencia de un punto repetiría en Toluca,
Naucalpan y Metepec, además de en Cuautitlán Izcalli y de
Romero Rubio, Lerma y Tlalnepantla.
El catálogo de excesos, irregularidades, corrupción
y delitos panistas se extiende en las principales plazas electorales: desde
el asesinato de la regidora de Atizapán, María de los Angeles
Tamez, por cuya autoría intelectual fue inculpado el alcalde Antonio
Domínguez Zambrano, hasta la ruptura de la fracción panista
en el Congreso local, de la que se escindieron 13 de sus miembros.
A lo anterior se suman la aprehensión del edil
de Huixquilucan, Guillermo Espinosa; los excesos de un mal actor político,
José Antonio Ríos Granados, alcalde de Tultiltán;
el desorbitado sueldo del edil de Ecatepec, Agustín Hernández
Pastrana, de 420 mil pesos mensuales, y la huida de su hija Regina, acusada
de fraude y delincuencia organizada.
También forma parte del catálogo de corrupción
panista la inhabilitación para ocupar un cargo público del
diputado Francisco Guadarrrama y las investigaciones sobre el desvío
de fondos de los ex ediles de Cuatitlán Izcalli Julián Angulo,
y de Coacalco Alejandro Gamiño. Se añaden las acusaciones
por desvío de recursos del munícipe de Metepec, Marcos Alvarez
Malo, con un salario de 215 mil pesos mensuales y el de su esposa. presidenta
del DIF local, de 180 mil. En Chapa de Mota, el presidente muncipal, Roberto
Zepeda, conocido como La Hiena, ha sido acusado de despojo, amenazas,
despidos injustificados y destitución ilegal de regidores, con un
total de 50 demandas. Y qué decir del edil de Zinacantepec, David
Vilchis, acusado de desviaciones por 12 millones de pesos, recursos que
presuntamente estaban destinados al combate a la pobreza.
Las recriminaciones van de un grupo a otro, una riña
familiar que encabezan Durán Reveles, vinculado con Diego Fernández
de Cevallos, y Bravo Mena, enfrascados en la disputa por la gubernatura
en 2005, además de Rubén Mendoza, alcalde de Tlalnepantla.
La reciente destitución de Francisco Gárate
del liderazgo estatal, según cuentan los propios panistas, se decidió
en una reunión con el gobernador Montiel Rojas para negociar condiciones
para el 2003. En el encuentro habrían participado Fernández
de Cevallos, Bravo Mena y Ramón Martín Huerta.
¿Un crimen del narco?
Al poniente mexiquense el electorado lo reconoció
desde principios de los noventa como el corredor azul, hoy convertido
en un abismo panista. Una decena de municipios conurbados con la capital
de la República representaban parte principal del nada despreciable
capital político de Acción Nacional en el estado de México.
En marzo venidero serán renovadas las 124 alcaldías
y las 45 diputaciones locales. En ese corredor se prevé una disputa
entre PRI y PAN. A
La hegemonía priísta, rota hasta 1988, empezó
cuando el PAN ganó el municipio semirrural de Melchor Ocampo. El
avance ulterior desplazó los cacicazgos cetemistas y cenecistas.
En 1993 se acabó el carro completo priísta, con las
23 alcaldías panistas y las 25 perredistas.
Sin embargo, el asesinato de la regidora panista en Atizapán,
María de los Angeles Tamez Pérez, y la presunta responsabilidad
intelectual en el homicidio de su jefe y ahora ex alcalde Juan Antonio
Domínguez Zambrano, preso en el penal de Barrientos, fue el punto
culminante de la crisis panista mexiquense. Medio millón de habitantes
se vieron sorprendidos por un crimen en el que la procuraduría estatal
presume vínculos con el narcotráfico.
La Procuraduría General de la República
investiga la posible protección que habrían ofrecido autoridades
municipales para que aeronaves repletas de cocaína aterrizaran en
el aeropuerto local. Evangelina Pérez, madre de la regidora asesinada,
fue senadora suplente de Bravo Mena. Daniel García, uno de los inculpados
en el homicidio, fue asesor político del senador Carlos Madrazo,
involucrado en el caso.
En el Atizapán del crecimiento desordenado y la
especulación de tierras ejidales, fraccionamientos clandestinos
y venta ilícita de predios en zonas populares, Domínguez
Zambrano, un médico cirujano, ganó las elecciones de 2000
con el doble de los votos que obtuvo el triunfador en los comicios anteriores.
Régulo Pastor, alcalde panista suplente después
del encarcelamiento de su correligionario, admitió que a diez meses
del siguiente proceso electoral su partido no tiene segura la victoria.
Entre los precandidatos por el grupo de Durán Reveles
figuran Gonzalo Alarcón, ex diputado federal y actual director de
Correos en el gobierno federal, y Agustín Torres Delgado, ex diputado
federal y cuñado de Régulo Pastor. Por el lado del senador
Carlos Madrazo se perfila Eduardo Arnal, pero también el ex diputado
federal Eduardo Mendoza Ayala, hermano del alcalde Rubén Mendoza,
quien preside el Grupo Tlalnepantla.
Malos actores con salarios millonarios
José Antonio Ríos Granados, alcalde de Tultitlán,
llegó para encarnar el papel de actor en una mala película
albiazul. Ganó las elecciones en 2000, cuando acabó
con el cacicazgo del priísta Sergio Pérez Tovar, que por
23 años designó ediles y diputados.
Frivolidad y excesos caracterizaron la gestión
de Ríos Granados, que con rapidez encontró el camino del
escándalo para atraer reflectores con sus películas, con
fotos entre conejitas, limusinas y cheques sin fondos. ¿El
resultado?: un faltante de 90 millones de pesos de las arcas municipales,
uno de sus hijos acusado de robo de autopartes y una nómina confidencial
que repartía quincenalmente 750 mil pesos entre 18 funcionarios.
En Naucalpan, la joya de la corona industrial mexiquense,
el alcalde panista Eduardo Contreras ?secretario del municipio cuando gobernó
José Luis Durán? aceptó que ganaba 190 mil pesos,
salario más elevado que el del gobernador Arturo Montiel.
Se ha denunciado que el ayuntamiento factura pagos especialmente
a dos medios de comunicación locales, uno de ellos propiedad de
la hermana de José Luis Durán, según denuncias de
regidores priístas y perredistas.
Naucalpan, gobernado por el panismo desde 1996, aporta
2 por ciento del producto nacional y supera a 18 entidades del país.
Genera casi una quinta parte de la riqueza estatal.
La contienda venidera también será protagonizada
por el PRI y el PAN. Ya se han registrado nueve precandidatos tricolores,
entre ellos Héctor Luna de la Vega, ex secretario de Planeación
y Fi-nanzas del gobernador Arturo Montiel. Pero David Parra Sánchez,
dirigente del sindicato de trabajadores mexiquenses, se dice "candidato
natural" y tiene un año en precampaña.
En el grupo panista de Durán Reveles figuran Manuel
Gómez Morín, ex secretario del ayuntamiento; la diputada
local Angélica Moya Marín y el legislador federal y ahora
delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, José María
Jurado Cobos, el más perfilado. En tanto, Carlos Madrazo apoya a
Amado Olvera.
Ecatepec, uno de los municipios dormitorio, que
cobija a 1.6 millones de habitantes, de los que un millón son electores,
un día fue semillero del voto priísta, pero en 2000 llegó
Agustín Hernández Pastrana, quien atrapó las luces
públicas por el incremento salarial que se otorgó al triunfar:
420 mil pesos. Después de protestas domésticas y externas,
se decidió legislar sobre topes de 131 mil de salario para los munícipes.
En ese listado de quienes recibían grandes salarios
figura Domínguez Zambrano, hoy preso, quien tenía percepciones
de 145 mil pesos. Los alcaldes de Cuautitlán, San Felipe del Progreso,
Tecámac, Ocoyoacac y Huixquilucan ganaban más de 127 mil
pesos. Sus sueldos experimentaron un aumento de más de 200 por ciento
respecto al de sus antecesores.
La hija del alcalde de Ecatepec, Agustín Hernández
Pastrana, Regina, está presa por fraude y delincuencia organizada,
acusaciones con las que también está relacionada su sobrina
Araceli Hernández. En la obra pública, 380 proyectos cancelados
el año pasado, con 167 millones de por medio, todos previstos en
el ramo 33 para el combate a la pobreza.
Huixquilucan tampoco escapó a los escándalos
que estremecieron a la "nobleza" panista. El edil Guilllermo Espinoza Cruz
afronta cuatro demandas por desvío de recursos. A su vez, Francisco
Guadarrama López, diputado federal, fue inhabilitado por 17 años
para ocupar un cargo público por desviar recursos durante su desempeño
como síndico en la administración de Alejandro Gamiño
como alcalde de Coacalco, a quien el Congreso local obligó a "devolver"
fondos cuyo gasto no estaba justificado.
En Cuautitlán Izcalli, el edil Fernando Covarrubias
enfrenta denuncias por tráfico de influencias. En los albores de
su gestión colocó en cargos públicos a nueve familiares.
Su antecesor, Julián Angulo Góngora, ahora coordinador de
la diputación albiazul, no ha podido responder satisfactoriamente
a la denuncia por uso indebido de 20 millones de pesos. Es la historia
del abismo panista, un negro mar de corrupción y delincuencia.