Mañana inauguran su muestra Juego
de pelota en la capital de Oaxaca
Tradición y memoria son las claves del quehacer
fotográfico de Lucero González
Recrea ese ritual mixteco, pero con mujeres, tema omnipresente
en su obra
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Cuando la fotógrafa Lucero González oprime
el obturador de su cámara no busca la captura del instante, sino
la unidad del tiempo; que se borren las fronteras arbitrarias que pretenden
dividir el presente del pasado y el futuro. Sus claves son la tradición
y la memoria; su materia prima es la luz; y su tema omnipresente, las mujeres.
Son
las constantes de su trabajo que aparecen ahora en su nueva exposición,
Juego de pelota. Metáforas visuales, que se inaugura mañana
en el Centro Cultural Santo Domingo, de la ciudad de Oaxaca.
Mediante sus imágenes, Lucero González recrea
y reinterpreta el juego de pelota, un ritual -de acuerdo con la mitología
mixteca- cuyo propósito era mantener vivo al Cosmos y preservar
la energía primigenia.
La fotógrafa retoma el mito y lo subvierte, a la
vez que lo enriquece añadiendo nuevos elementos y referencias. Lo
primero que hace es abordarlo con un enfoque de género: el juego
de pelota se práctica donde quiera que haya más de un mixteco,
pero sólo lo juegan los hombres y son de hombres las figuras que
suelen representarlo.
En contraposición a eso, Lucero convocó
a un conjunto de adolescentes mixtecas pertenecientes al Taller de Artes
y Oficios Polvo de Agua, quienes aprendieron a jugar para quedar registradas
en la serie de fotos que se exhibirán en Santo Domingo.
Por los caminos de la cultura mixteca
Para Lucero, Juego de pelota. Metáforas visuales
tiene particular importancia: ''Llegué de niña a la mixteca,
crecí en esta cultura, corriendo y recorriendo sus caminos. Tuve
vivencias que dejaron marcas en mi memoria, son parte de mi identidad,
es mi tierra. Allí conocí la luz y sus variantes. La luz
que ahora es el elemento con que trabajo como fotógrafa. Allí
desarrollé mis sentidos: conocí texturas, pieles, olores,
aromas. Y después me fui de Oaxaca y también me convertí
en una migrante, como los mixtecos que se van en busca de trabajo". Por
eso las narraciones visuales que expone también aluden a esa parte
de ella y de muchas mujeres mixtecas: su calidad de migrantes.
En sus investigaciones para elaborar el trabajo, Lucero
González descubrió que a lo largo del camino que los mixtecos
siguen para irse a trabajar a Estados Unidos u otros lugares, se práctica
el juego de pelota de manera cotidiana. Así ocurre en Ciudad Nezahualcóyotl,
en Tijuana, en las urbes californianas de Fresno y San Francisco.
Entre las fotografías de la serie aparece la cantante
y compositora Lila Downs -hija de madre mixteca y padre estadunidense-
representante innegable de la multiculturalidad y de la mujer migrante
que por lejos que se vaya no se desprende de sus raíces.
La escritora Sandra Lorenzano -con quien Lucero ha establecido
una profunda ''sincronía de emociones, sentimientos y pensamientos"-
escribe en el catálogo de la exposición: ''Album de la memoria;
álbum de las raíces y los deseos. Album de mujeres con ojos
de fuego..... llamas los ojos y llamas las que miran... Lucero González
arma un extraño álbum familiar. Album que habla de una genealogía
femenina; de ojos vistos por ojos de mujeres.
''Ojos melancólicos de la migrante que se vuelven
vivaces ojos adolescentes en el juego de la pelota. Pero siempre, ojos
de mujeres. Luz y tiempo en la mirada que es llama; fuego que purifica;
vientre que se incendia para mantener el equilibrio del universo."
Mitos, luz, tierra, fuego, memoria, rescate y renovación
conforman el universo visual que Lucero González revela en su nueva
exposición: una experiencia venturosa por la cual quiere agradecer
en especial a las integrantes del Taller de Arte y Oficios que la apoyaron:
Lolita Ramírez, Rosbelía Ramírez, Olga González,
Ofelia Martínez, Adela Reyes, Joanna y Karen Martínez.