El modelo económico es exitoso en expulsar campesinos a EU: investigadora
de UNAM
Cada año se pierden en México 11.7 millones
de hectáreas cultivables
La escasez de agua obligará a cambiar sistemas de riego por temporal
en varias regiones, aunque no se pague a EU
Los desechos industriales han transformado los cuerpos acuíferos
en basureros
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
De manera irremediable, cada año se pierden en
México 11.7 millones de hectáreas de tierra cultivable, en
una depredación de superficies vegetales que se mantiene constante
al menos durante los últimos ocho años, aseguró la
especialista universitaria Yolanda Trápaga, investigadora de posgrado
en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM).
Señaló que el modelo económico ha
resultado un fracaso para promover la actividad agrícola, pero en
cambio ''ha sido muy exitoso'' en expulsar a millones de habitantes del
campo hacia Estados Unidos y generar con ello un ingreso de remesas por
12 mil millones de dólares al año, que equivalen a 90 por
ciento de las exportaciones de petróleo.
Señaló que para los campesinos de México
existen pocas opciones: emigrar para convertirse en fuentes de divisas
o dedicarse al narcocultivo.
En una mesa redonda organizada para analizar las perspectivas
de crecimiento del sector agrícola, actividad que ahora contribuye
con 6 por ciento del producto interno bruto (PIB), la especialista apuntó
que los recursos naturales disponibles para esta actividad ''están
en franco agotamiento''.
La escasez de recursos naturales relacionados con las
actividades del campo, donde viven uno de cada cuatro mexicanos, no se
circunscribe a la falta de agua, tema de moda que ha tensado las relaciones
entre México y Estados Unidos.
Yolanda Trápaga explicó que además
de la escasez de agua se encuentra el problema de que los cuerpos de agua
en México se han vuelto basureros de los desechos que arrojan otras
industrias.
El suelo se está volviendo árido o semiárido
En el país, expuso, la mayor parte del suelo se
está volviendo árido o semiárido y a esa situación
se responde con una tecnología inadecuada y pobre, en un contexto
de políticas de libre mercado que impiden la intervención
del Estado para salvaguardar los recursos naturales.
En la mesa redonda, en la que además participaron
los catedráticos Antonio Gazel Sánchez y Gerardo Fujii, también
de la Facultad de Economía de la UNAM, quedó claro que el
actual gobierno no ha realizado ninguna modificación sustantiva
de las políticas agropecuarias desarrolladas en las administraciones
anteriores, lo que ha arrojado al campo a la peor crisis de su historia.
El problema, expuso Yolanda Trápaga, no es sólo
la pérdida de recursos naturales, hecho de por sí preocupante.
Reveló que sólo en la administración del ex presidente
Ernesto Zedillo se perdieron 70 millones de hectáreas de cobertura
vegetal ''y esta tendencia es permanente''.
Ejemplificó que las regiones más exportadoras
de productos vegetales, como Sinaloa, sufren una mayor y progresiva escasez
de agua y ''no hay compensación económica que valga ante
la pérdida de recursos naturales''.
Señaló que la escasez de agua va a obligar
a una reconversión en el campo que implica sin duda un gran retroceso:
habrá regiones que deberán cambiar sus sistemas de riego
por otros de temporal, no sólo si México paga sus deudas
de agua con Estados Unidos, sino también por la falta del líquido.
Esa reconversión, explicó, implica que la participación
de la agricultura en el producto interno bruto tenderá a reducirse
más.
Ausencia de financiamiento, problema central
También dijo que la ausencia de financiamiento
al campo es un ''problema central'' que enfrenta el sector y que se agrava
con un mercado interno contraído. Los agricultores mexicanos enfrentarán
una competencia más desventajosa respecto de los estadunidenses,
después de que Washington decidió hace dos semanas otorgar
subsidios a sus productores por 40 mil millones de dólares en los
próximos 10 años.
En el mismo foro, el profesor Antonio Gazel Sánchez
consideró que si el actual gobierno de Vicente Fox Quesada tuviera
decisión política de apoyar al campo, existen espacios e
instrumentos de promoción que pueden ser utilizados sin apartarse
de los acuerdos firmados, como el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte o los compromisos adoptados como miembro de la Organización
Mundial de Comercio.
''Con todo y las restricciones externas, sí existen
márgenes de acción para construir políticas públicas
de promoción agrícola, en vez de que quejarnos por los efectos
del Tratado de Libre Comercio'', señaló.
Gerardo Fujii, también catedrático en la
Facultad de Economía, afirmó que efectivamente la actividad
agrícola sólo genera 6 por ciento del PIB, en cambio 40 por
ciento de los ingresos generados en la industria manufacturera provienen
de sectores que transforman productos agropecuarios.
''Así, por lo menos 15 por ciento del PIB de México
viene del agro de manera directa o indirecta'', por lo que el descuido
de este sector tiene una importancia mayor a la que a simple vista se puede
apreciar.