Hablan teojomulquenses
Sólo la solución de conflictos agrarios evitará la violencia
MATILDE PEREZ U.
Sin una solución real a los conflictos agrarios que existen entre Santo Domingo Teojomulco con San Lorenzo Texmelucan y Santiago Xochiltepec será difícil terminar con las confrontaciones, las cuales surgen regularmente al inicio de la temporada de siembras, manifestaron originarios de Teojumulco radicados en el Distrito Federal.
"No es un asunto de siembra de estupefacientes ni de guerrilla, sino de ingobernabilidad, porque no se han solucionado los problemas agrarios. Santiago Tejomulco ha firmado acuerdos de civilidad, ha sostenido pláticas, mesas de trabajo y nunca hemos visto que la Secretaría de la Reforma Agraria ponga atención al asunto", abundaron.
Puntualizaron que la defensa de sus tierras ha sido principalmente con los comuneros de San Lorenzo Texmelucan. "Desde 1952 empezaron a perderse vidas humanas" por ese motivo; hasta 1997 habían muerto 86 personas, según sus estadísticas. El 9 de diciembre de1996 se sumaron a las autoridades de Santa Cruz Zenzontepec, San Melchor Betanza, Santa María Zaniza, Tataltepec de Valdez y Santiago Textitlán -miembros de la Unión de Comunidades de la Sierra Norte y Sur- que llegaron hasta Los Pinos para pedirle al entonces presidente Ernesto Zedillo que empezara a trabajar para terminar con el olvido y la marginación de los pueblos de la región.
Desde entonces advertían que el desconocimiento constitucional de sus usos y costumbres, la aplicación de una justicia ajena a los pueblos indígenas, las constantes violaciones a sus derechos y la desatención gubernamental eran los factores que provocaban la "desesperación y violencia en la región".
En el escrito entregado entonces a la Presidencia de la República indicaron que "son comunes los despojos e invasiones, que en algunas ocasiones son llevadas a cabo por las instancias agrarias en contubernio con personalidades de las altas esferas políticas", y concluían: "hay insensibilidad política".
Por ese olvido y falta de sensibilidad política -abundaron los teojomulquenses- continúan las luchas por la tierra, ningún pueblo quiere perder un pedazo de terreno. La costumbre que se hereda de generación en generación es no permitir que se pierda más territorio.
